No he sido de tener muchas amigas, solamente he tenido unas pocas entre esas pocas la que siempre sobresalió fue Daniela, una chica sencilla, dócil de bonitos ojos y de sonrisa afable, siempre la creí ingenua y hasta un poco tonta.

Todo cambió un día en el que ella olvido un libro en mi casa, yo no tenía nada que hacer así que fui a dejarlo en su casa. Como era un viejo conocido solo entre a su casa, tenía un gran patio, la casa estaba al fondo. Abrí la puerta principal y fui hacia su cuarto no la encontré, entonces supuse que todavía no regresaba. Salí y fui a la cocina a tomar un vaso de agua. De pronto escuche unos gritos ahogados en el sótano, me apresure a ir a ver que pasaba. Tomé un palo y entre muy sigilosamente.

La escena era bizarra, dos mujeres con arnés estaban abusando de mi amiga, no sabía que hacer. De repente sentí una persona en mi espalda regrese a ver era otra mujer, muy bella, solo me hizo callar. No dije nada, sentí temor.

– Miren lo que encontré espiando.

Me empujó con fuerza y me hizo entrar a la fuerza, Daniela puso una cara de susto única, pero no podía decir nada por el bozal que estaba puesto. Me hicieron tomar asiento frente a la escena. La una era una mujer de grandes tetas, muy dominante. La otra parecía una modelo de cuerpo hermoso y cara delicada.

La mujer que me obligó a entrar se sentó junto a mi.

– ¿Te asusta lo que vez?

Estaba entre asustado y excitado, quise decir algo, pero ella empezó a acariciarme suavemente y continuó.

– Daniela es nuestra amiga, ¿no te a contado de nosotras?. Somos sus buenas amigas, la visitamos regularmente y ella nos ayuda con otros trabajos con otras amigas.

Yo no decía nada, las otras dos mujeres seguían en su faena, la una estaba de lo más divertida dándole por el culo y la otra la abofeteaba y la escupía. Daniela, en cuatro, gimiendo y disfrutando.

– Tu amiga es una de nuestras mejores amigas, le rompemos el culo seguido y a ella le encanta. También le enseñamos obediencia y ella lo disfruta.

Le sacaron el bozal, una se sentó en el sillón y le ensartó el culo la otra vino y le ensartó en la chucha y comenzaron a darle con todas las fuerzas. Mi acompañante se paró y le ordenó:

– Vas a contarle a tu amigo lo puta que eres, en vos alta me oíste.

Daniela comenzó a gimotear y a repetir que era una puta que le encantaba tener amas, que su culo era de uso para sus amas.

Yo pasé del miedo a la excitación, mi nueva amiga se sentó junto a mi.

– Que clase de anfitriona sería si no te ofrezco algo.

Sin previo aviso se levantó el vestido y yo le seguí bajando mi pantalón. Se subió y me dio el mejor sexo que he tenido en mi vida. Termine agarrado a sus tetas y besándola con pasión.

Se levantó, me había olvidado de Daniela. Ella seguía siendo abusada por sus amigas. Se acercó hacia ella y le hizo que lamiera su chucha. Me sorprendió ese nivel de sometimiento.

Yo me quede mirando hasta el final, Daniela se levantó temblando y se arrodilló, limpió a sus amigas con la lengua, y el piso con su cuerpo. Ellas mientras se vistieron y se marcharon, se despidieron de manera distante y salieron.

Yo no sabía que decir, Daniela al fin habló.

– Es una larga historia, que te contaré si sabes mantener un secreto – me dijo.