Era una noche de verano, yo estaba bastante cansado y me había ido a dormir, ella se había quedado en el comedor con su computadora.

En otras ocasiones ella aprovechaba ese momento para quedarse viendo porno y masturbarse, luego llegaba a la cama toda mojada y eso a mi me excitaba muchísimo, incluso recuerdo que muchas veces me he ido a acostar con ese cosquilleo en la panza imaginando esa situación.

Esa noche me había quedado dormido, supongo que habría pasado un rato considerable ya que había perdido la noción del tiempo. De repente siento que me acarician el culo suavemente, acercándose cada vez mas al agujero, pero sin tocarlo. Ella sabía que me calentaba que hiciera eso, de hecho en alguna oportunidad le había comentado el morbo que me producía que me tocara el culo y que incluso me calentaba mas que cualquier otra cosa. Ella siguió pero inmediatamente notó mi excitación por lo que apoyó su dedo en mi agujero y se acercó a mi oído susurrándome en vos clara -estuve chateando con un pendejo y estoy re caliente, me mojé toda. Tomó mi mano y la puso dentro de su tanga, estaba realmente empapada y yo hiper caliente.

Sin permitirme tocarla demasiado, se sacó su tanga mojada y me obligó a que me la pusiese con el objetivo de verme humillado, me agarró la cara y me dijo -quiero que sientas como me mojé con otro. Entonces se sentó de espaldas sobre mi cara y empezó a refregarse desparramándome todo su flujo. Mi sumisión era total.

Luego de embadurnarme toda la cara con el fluido de su concha, me llevó al pie de la cama y me hizo arrodillar, abrió sus piernas por sobre mi cabeza y me dijo -quiero que me la chupes, y que sepas en todo momento, que estoy fantaseando con ese tipo. Mi morbo había excedido todos los límites, la situación de infidelidad y sumisión me producía una ansiedad que nunca antes había vivido. Se la chupé mientras sentía sus gemidos sabiendo que su mente estaba puesta en ese tipo con el que se había calentado en el chat, yo le estaba dando placer para que ella se imagine con otro.

De repente corrió mi cabeza, se paró y tomó uno de sus consoladores, se puso en cuatro patas al pie de la cama -quiero sentir su pija, y me obligó a que la penetrará con su consolador hasta que finalmente acabó.

Mi calentura era extrema, tenía la pija muy dura pero ella ni siquiera atinó a tocarme, -andá a mi computadora que hay un archivo donde te guardé toda la conversación, léelo todo y hacete una paja, llevate mi tanguita puesta así te acordás de como me mojé. Ese fue el postre de la noche, siempre me gustó que me dijera que me tocara y mas aún cuando me sugería con que. No hice mas que obedecer, fui al comedor, busqué el archivo en su computadora, fui leyendo cada línea de la conversación mientras me pajeaba, imaginaba la excitación que ella había sentido en cada palabra, y eso me motivaba aún mas. La paja fue tremenda, desparramé toda mi leche sobre su tanga. Y ese fue el comienzo de mi sumisión.