al calvo para que me manoseara las tetas y me las chupara y yo tuve que mamarlo en la calle en cada paseo, se hizo una costumbre que mamara al gordito en los paseos nocturno, mi amo gozaba con mi humillación, si hubiese sabido lo que estaba desencadenando no lo habría hecho. Ya eran diez meses de estas experiencias y mi amo me estaba arrendando a sus amigos.

Empezaron a llegar a mi casa fotos mías desnuda paseando en las noches como perra, el gordo se paseaba frente a mi casa esperando poder hablarme, un día llamó y como atendí yo me dijo:

«No me cortes perra o las fotos siguientes serán para tus padres»

«Sí dígame profe» respondí lo más serena que pude

«Sale hasta la plazoleta, debo mostrarte algo»

«Sí gracias profe, ahí hablamos»

Me di una vuelta y dije que iba a comprar a la librería que quedaba lejos, tomé algo de dinero y salí, la plazoleta estaba casi al lado de la casa del calvo, llegué ahí y él me estaba esperando, me hizo ir a su casa y ahí me puso a ver los videos de mi amo conmigo especialmente los más humillantes, me mostró un album con mis fotos saliendo desnuda de mi casa y dejandome poner el collar y la correa de perra y como en unas caminaba así por la calle y en otras se veían mis tetas movidas por el trote.

«¿Que dirían los padres de esto? Si no quieres que las vean vas a ser mi puta-perra, ya sabes que te gusta como te culeo, así que mañana tu madre sale con tu padre a jugar y vuelven tarde en la noche, vas a venir desnudita, solo con medias y tacones envuelta en esa hermosa capa larga para hacer lo que yo te mande aquí, ¿está claro? si no llegas a los quince minutos que tus padres salgan, pasado mañana todo esto estará en sus manos!» salí casi corriendo de esa casa vieja y antigua, con olor a viejo.

Al día siguiente llegué del colegio con frío de miedo y al poco mis padres salieron para su tarde-noche de juego. Mi amo no me iba a buscar, estaba enamorado, no había mensajes de tener que ser usada así que procedí a desvestirme y ponerme lo que el calvo me había dicho, me envolví en la capa y salí hacia su casa, al tocar el timbre se abrió la capa dejando ver mi desnudez, el tipo se asomó y dijo

«Entra, está abierto, empuja para que se cierre bien y entra a la casa que ya vienes atrasada!»

Entré empujando la mampara y antes de dar un paso dijo:

«Sácate la capa la cuelgas en la percha y en cuatro patas como perra que eres ven acá, tu dueño está impaciente!», lo hice como me ordenó y llegué hasta la sala en la que habíamos estado.

«Siéntate en tus patas traseras y acesando saca la lengua para lamerme, que lo haces muy bien según ví! Ahora puta lame» y el sosteniendo su pico grueso pero en reposo me lo puso de tal modo que pude lamer su tallo hasta los huevos y ahí me metí uno en la boca saboreándolo, luego el otro, seguí hacia atrás hasta el culo, él estaba de pie abierto de piernas, metí mi lengua en su agujero y volví hasta llegar esta vez a la cabeza, que estaba libre del prepucio, lamí toda la gran callampa y pasé la punta por la ranura del glande, de repente me agarró la cabeza y empujó su tremendo falo dentro de mi boca, se me partieron los lados una vez más y me empezó a culear hasta la garganta, cuando creía que ya no podía respirar lo sacaba y me embestía de nuevo, así me tuvo a sus pies hasta que con un gruñido acabó en mi garganta, me tragué toda su leche y me acarició la cabeza, diciendo

«Buena perra, buena quiltra caliente! Venga pichicha, sígame hasta el lugar donde va a ser feliz, en cuatro, muy bien quiltrita caliente!» Lo seguí hasta un cuarto que era oscuro y feo, con muebles antiguos, me sacó unas fotos y dijo:

«Espere ahí la quiltra, ya vengo!» y se perdió en una puerta, volvió y me ordenó subirme a la cama de espaldas con las cuatro patas levantadas «Ya mi perra callejera, voy a limpiar sus patas delanteras» lo hizo con un algodón empapado en alcohol.

«Tóquese las ubres y ofrézcamelas» me trataba como si fuese una perra de verdad, SU perra de la calle. Tomó de su velador un frasco, se untó la mano en el líquido que tenía y me frotó la concha metiendo sus dedos adentro, yo estaba tocando mis tetas esperando que las chupara y así lo hizo, me las mordía, tironeaba mis pezones con sus dientes, mientras su mano diestramente aprisionaba mi clítoris y me sacó dos orgasmos continuos, empecé a sentir una calentura extraordinaria porque literal me culeaba con sus dedos que bañados en el aceite entraban hasta la palma y me agitaba cada vez más con orgasmos que me tenían disfrutando.

«¿Qué quiere mi quiltra? ¿Está en celo? ¿quiere pico?. Pidalo fuerte y claro, la ventaja de estas casas antiguas es que los sonidos no salen de aquí y esta pieza da a un patio interior, grite putita que quiere pico, que quiere culear!» Me decía jadeante y jugaba con mi concha!

Me mordió todo el cuerpo mientras yo desesperada decía:

«Culéame, culéame, quiero pico, estoy caliente culéame por favor, por favor! Te lo ruego méteme tu pico rico!»

Me estaba mordiendo el pubis y se puso entre mis piernas. las alzó hasta sus hombros, me punteó la concha y de repente me entró con fuerza!

Grite y lloré pero de calentura, ya había perdido la cuenta de mis orgasmos, me culeó un poco y lo sacó pero acto seguido mojado en mis jugos me lo metió en el culo:

«!Ayyy! me partes rico, más, más, aaaghh, aaagh, más, más»

Sus dedos en forma de espada me culeaban la concha y entraba hasta su puño, yo me corría en forma imparable, cada dos embestidas acababa, me estaba volviendo loca.

«Mi quiltra mira como estás culeada por tus dos hoyos y por tu dueño!» Bufando se vino dentro de mis intestinos, sentía como entraba a raudales su leche hirviendo y mi culo no quería soltarlo, lo empecé a apretar y soltar, apretar y soltar, y así se quedó dentro de mí y se puso duro otra vez, su mano me tenía caliente y acabando sin parar.

«Méteme tu antebrazo, rájame la concha, es tuya, es tuya!» Me entró un poco más, pero tenía los brazos muy gruesos! me había vuelto a bombear el culo y yo gemía revolcando mi torso de placer, tomé su mano libre y la puse en mis tetas.

«Pégame, apriétalas, haz lo que quieras con las ubres de tu quiltra!»

Estuvimos así varias horas, luego volví a mamarlo y a tomar su leche.

«Quiltrita, yo no soy tan joven como tu amo, debo descansar un rato, para un poco estás recaliente todavía con todo lo que te he culeado!»

Para calmarme me puso sobre sus rodillas y me dió de palmadas dejándome el traste adolorido., mis medias estaban pegoteadas con mis jugos, me ordenó que me fuera, era muy tarde ya! habíamos culeado más de cinco horas! Yo quería más y me culeó con la mano por un largo rato más, acabé infinidad de veces.

«Mire con mi quiltra, es multiorgásmica!» dijo riendose

Al final me puso la capa y casi me echó para que me fuera, llegué como cinco minutos antes que mis padres, me hice la dormida y como se me había ido la calentura lloré de verguenza, ¡cómo yo iba de mal en peor! ahora era la quiltra de un viejo asqueroso! Y le había dado mi número de celular, mi correo, mi chat, mis claves para que me vigilara, todo, mientras me culeaba. Vibró mi celular era el viejo

«¿Está en calma mi quiltrita ya?. Yo no había culeado desde aquella vez del auto, sabía que ibas a ser mía perrita»

«No voy a volver, me da asco su gordura y calvicie y su estatura!» y le corté

No me llamó, al día siguiente en mi puerta había un sobre, tenía un DVD rotulado «Mi quiltra caliente», me mostraba desde que había llegado, mi posición de perra al entrar, hasta la tremenda culeada que me había dado y con mi voz gritando por pico y varias cosas más que casi no recordaba. Esa noche me encontró en el chat y me ordenó ir a dormir a su casa cuando mis padres estuvieran dormidos, desnuda como el día anterior, fui y otra vez me volvió loquita con su técnica de amante experto y con mi calentura propia de los 14 años super culeados que tenía de vida.Le suplicaba que me diera pico, le pedía que me culeara por los dos hoyos. Llegué a las 6 de la mañana a mi casa con los hoyos abiertos, fui al colegio y casi no podía sentarme.

Al llegar encontré un cuaderno en un sobre, era de 100 hojas y tenía una línea escrita que decía:

Estoy loca por el pico de un gordo, bajo y calvo (Escribir hasta llenar el cuaderno) demás está decir que lo escribí en dos días y se lo entregué en su buzón! Me quedé parada esperando que me hiciera entrar y nada. Duermo en su casa tres a cuatro noches por semana, estoy llena de él y eso me encanta!