
Por
Anónimo
COMPAÃ?ERA DE CLASE
Ella se llama Nuria, una chica algo atractiva que desde hace ya un tiempo me gustaba mucho. Quise coger con ella un día, así pues, pensé como. Al fin lo tuve, una apuesta, algo que no podría rechazar. Así pues, ese mismo día la dije que si era buena en el tema sexual, evidente ella me respondió diciendo que a qué venía esto. La dije que era virgen y me habían dicho que de clase las mejores son ella y Carolina. Ella dijo que esa zorra no iba a desvirgarme, que sería ella misma. Esto lo hice porque hace tiempo atrás me dijo que le gustaba.
Así pues, tras haber puesto la trampa la dije que entonces podía hacerlo aún mejor. Ella me preguntó como y la dije que hacerlo en el baño de las chicas era algo que nunca jamás otra chica me haría. Nuria aceptó, así pues quedamos que en los baños iríamos ahí y me desvirgaría. Moría de ganas de saber que me iba a hacer.
La noche se me hizo larga, al igual que el tiempo hasta el recreo, pero por fin llegó. Nos hicimos los tontos, tardamos en recoger el material escolar a posta. Luego, ella fue a checar que no hubiera nadie en los baños, tras eso me dijo que podía entrar. Al entrar estaba nervioso, no sabía como iba a reaccionar ella, pero Nuria no dudaba en nada. Me la bajó y comenzó a chupármela. Su boca era tan suave que correrse en ella fue imposible, y es que en tan solo 15 segundos me hizo venirme. Me caí de culo contra el piso por ello, Nuria se rió y casi se atragantó por ello al tomarse mi leche.
Ambos nos reímos, pero ella quería más, dijo que la había encantado el sabor y así pues, volvió a chuparla, a la par que la movía de abajo a arriba y con la otra mano me acariciaba los huevos. Me hizo venirme en su boca unas tres veces así. Juraría que ella lo gozaba más que yo, no dejaba de lamer. Después se cansó de estar así, se quitó su camiseta y sus tetas salieron a relucir, como si fuera Messi entrando al campo para anotar un último gol. Eran esponjosas, nunca sabré como es una nube, pero deben de parecerse demasiado a las tetas de Nuria.
Con sus tetas y boca me tuvo ahí un buen rato sacándome leche y tomándose toda como buena puta. Rápidamente aproveché que ella pensaba que tenía el control y la saqué los pantalones. Ella quiso huir, pero la agarré de las patas y finalmente la saqué las bragas. Fue a gritar, pero la tapé la boca con su propio sujetador. Cogí su culo, le pegué una buena lamida, fue entonces que empezó a llorar cuando sintió mi verga erecta pasar de arriba a abajo por su culazo. Entonces la metí lo más profundo posible como si de la mismísima Excalibur clavada en la piedra se tratase. Empujé fuerte y dejé su culo lleno de leche en la primera descarga. Para mejorarlo decidí darla golpes.
Terminó su culo irreconocible, era rojo y blanco, como si de la bandera de Japón se tratase. Luego fue el acto final, la di la vuelta, estaba llena de lágrimas. Cuando la abrí de piernas juré escuchar que suplicaba por su vida misma. Se la metí de una hasta el fondo. Gemía entre llantos y sollozos, aquello era música para mis oídos. Me vine varias veces, la dije que iba a abusar de ella. Que no podría moverse y así fue. Después fuí a por sus pies, mientras follaba de nuevo su culazo se los olía y lamía, después los usé para venirme.
Cuando terminé allí estaba Nuria, tirada en el suelo, atada con sus bragas, sujetador y camisa llena de semen por todos sus agujeros. Me hice una paja viendo esa escena para tirar semen sobre ella. Había caído rendida. Fue entonces que vi en frente de ello unos pies en la puerta de uno de los baños. Fingí irme, cuando se abrió la puerta vi a una chica horrorizada por la escena. No podía dejar que dijese nada, así pues, sñme abalancé sobre ella y me la llevé contra la pared para violarla también.
Llegué tarde a la hora siguiente, dije que Nuria se encontraba mal y por eso tuvo que irse. Al acabar las clases tenía dos nuevas adquisiciones para la colección. A mí compañera de clase Nuria y a Leticia, la chica que lo vió todo. Las metí al maletero y las llevé al sótano. Ahí las desnudé enteras y até de manos y pies. Las puse consoladores y pasé mi polla por sus cuerpos llenos de mi semen. Las dos perras gemían muy bien.
Finalmente las dije que no se preocupasen que las daría compañía próximamente. Saqué el teléfono y vi la foto de las próximas víctimas. Nora, Vanesa y Laura P.
Esta historia continuará próximamente.
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