
Por
Anónimo
CABALGUE A UN COMPI DE CLASE
El primer día de clase en la ESO conocí a un chico muy majo llamado Diego, desde el primer momento en el que lo vi me gustó mucho y quería tenerlo entero solo para mí, pero no sabía como. Tras la charla inicial fuimos a un bar cercano a hablar de donde veníamos y tal, pasado ya un rato la gente comenzó a irse, así pues terminé estando sola con Diego; este me dijo que ya se tenía que ir, pero algo dentro de mí me hizo decirle que si quería podía ir a mi casa. Él dudo un rato, pues le pareció raro, no obstante, terminó aceptando.
Una vez llegué a mí casa le dije que mis padres estaban fuera, esto le hizo sospechar que yo quería algo más con él, pero después de decirle que no era así terminó sentándose en mi sofá. Le conté que me había caído muy bien y que quería saber más sobre su paso por la primaria. Ahí fue que me contó que le hicieron bullying y que es por eso que no le gusta hablar de ello, el pobre lo debió de pasar muy mal. Cuando Diego terminó de contarme aquella historia hubo un silencio sepulcral que inundó el salón, hasta que sin saber a día de hoy bien porqué, le pregunté si me podía ayudar con algo, aunque seguro que se iba a negar, ante lo cual Diego dijo que si me iba a ayudar, así pues le dije que era a ver que braga me quedaba mejor, si una azul con círculos blancos o una roja con rayas negras. Diego no supo que hacer ni que decir ante ellos y yo rápidamente me disculpé por ello.
Tras formular esa pregunta el silencio volvió, aunque finalmente terminamos hablando del curso que estaba por venir y demás, así pues, sin previo aviso Diego me dijo que sí, yo confusa, pues no le había preguntado nada le dije que a qué se refería, este mi dijo que era a ayudarme a decidir que braga me quedaba mejor. Yo me quedé en shock, pero al poco fuimos a mí cuarto. No me podía creer que el chico que me gustaba me iba a ver en bragas, me daba un poco de vergüenza, pero decidí que llegados a ese punto, ya no había vuelta atrás. Le dije que se pusiera cómodo en mi cama, así pues se sentó en esta, yo me quité mi braga negra delante suyo y me puse la azul cian con puntos blancos y di una vuelta para que me viera el culo, posteriormente hice lo mismo con la de color rojo con líneas onduladas negras. Diego me comentó que la azul cian con puntos blancos era la que más le gustaba a la par que si respiración se entrecortaba porque estaba excitado y es que su pene estaba bien recto y erecto, así pues me tiré encima suyo a mi cama y lo tumbé en el proceso.
Una vez hecho eso le di un beso en la boca, le desnudé entero y comencé a chupársela entera, era increíble ver como se movía y entre gemidos me pidió coemencia pues era virgen, pero esto no le sirvió para que terminara en mi boca. Le enseñé su rica leche en mi boca y como me la tragué y le di un beso, después de esto le comenté que me gustó muchísimo desde el primer momento en que le vi y que quería que fuera mío fuera como fuera. Fui un momento a por algo y es que traje unas cuerdas con las cuales le até en mi cama, el trató de poner resistencia, pero al haberse venido antes no lo logró. Una vez lo tenía atado y completamente desnudo en mi cama me desnudé entera y al ver mis tetas se le subió, lo volvió a besar y le dije que le iba a desvirgar del todo de todas las formas posibles, y ya que le gustaban mis tetas, dije mientras las moví y le vi tener una erección, tras esto le puse mis pechos en su boca y le obligué a que me los chupara hasta que gemí y me vine, al poco ya puse mis ricas tetas encima de su polla y comencé a frotarlas contra su rico pene hasta que se vino en estas.
Diego seguía suplicando que parase, pero no iba a hacerlo cuando al fin era solo mío, así pues seguí haciéndole venirse, en esta ocasión volví a chuparsela, pero en esta ocasión me la metí bien adentro y comencé a succionar bien fuerte, a la par que la chupaba bien rico como su polla, que estaba riquísima. Finalmente se vino bien adentro de mi boca, se lo mostré de nuevo y me lo tragué todo, ante lo cual le dije que su semen sabía delicioso. Tras ello pasé a hacerle una paja con mis manos y se vino en un minuto y medio dejándome las manos llenas de su rica leche. Él seguía duplicando que parase, pero no iba a pasar nunca, continúe está vez con una idea que tuve, le di un beso y le dije que sí se acordaba de la braga que había elegido, Diego asustado dijo que sí, a la par que forcejeaba por poder desatarse inútilmente, así pues fuí a por ella y le di placer con esta misma generando fricción con su rica polla, cuando se vino me tomé su leche y luego me vine en esta misma y se la puse en la boca atada para que dejara de quejarse.
Era el momento del plato fuerte, y es que puse mi coño encima de su rica polla y bajé de una, ante lo cual él reaccionó con una mueca de quejido, la verdad que se veía adorable desnudo y atado completamente a mí merced en mi cama rosada. Comencé lentamente a subir y bajar mi coño de su pene, pasado un rato comenzaba a incrementar la velocidad de a poco hasta llegar a un punto donde fuí tan rápido que se vino dentro de mi coñito. Ahora tocaba la parte que más ganas tenía, ya era mío, pero quería desvirgarle entero, así pues comencé a cabalgarle, cabalgué a un compañero de clase al cual amé desde el momento en que le vi. Mi enorme culo hizo maravillas con su rica polla hasta que finalmente tras girar tres veces mi culo sobre su pene, Diego finalmente se vino en este. Estaba muy emocionada de ello, estaba a nada de hacerlo completamente mío, y que en su primera vez haya probado a una mujer entera, viniéndose en cada parte de esta misma. Así pues usé mis pies para darle su primera paja de pies de toda su vida, estaba algo nerviosa, pues era mi primera vez también, pero la suavidad de los mismos hizo que esa deliciosa polla que Diego tenía expulsara su leche en señal de rendición ante mis pies en cuestión de segundos.
Tras todo esto le quité la braga que eligió él mismo de su boca y le di a probar mi culo, cosa que sin dudarlo comenzó a probar hasta que me hizo venir y a esto le siguió el mismo juego con mi rico coñito, a la par, yo le chupaba bien rico su rico pene hasta dejarle seco. Tras esto le besé y fue en ese momento en el que Diego me dijo que él era mi esclavo sexual, que Diego de entregaba a mí, Nuria, como sumiso y yo sería su ama de por vida, la única que lo tendrá desnudo y podrá hacer con él lo que quiera.
Y bueno, hasta aquí la historia de como cabalgué a Diego, un compañero de clases el cual me gustaba mucho y al atarlo y dominarlo le volví mi sumiso y es que cada vez que tenía la oportunidad repetía esta misma experiencia con él, mi sumiso, amor de mi vida y esclavo sexual: Diego.
Se despide una servidora, Nuria.
Una respuesta
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