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Anónimo

septiembre 2, 2024

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CABALGUÃ? A UN COMPAÃ?ERO DE CLASE

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En primero de la ESO conocí a un chico de nombre Diego. Recuerdo que cuando lo vi me enamoré de él, fue uno de esos amores a primera vista que dicen tanto. Era la primera vez que algo así me ocurría. Por lo que no sabía muy bien cómo reaccionar, sin embargo mi cuerpo se movía solo y de un momento a otro estaba en frente suya.

Le pregunté con algo de miedo si era nuevo allí, ¿¡cómo se me ocurrió preguntar eso sí estábamos en primero de la ESO!? Él obvio me dijo que sí, cuando me dijo esa respuesta caí en que podría haberme dicho que era evidente que sí, pero en vez de ello optó por contestarme de forma educada. Yo ahí definitivamente pensé que tenía que ser mío, pero la pregunta era evidente, ¿cómo lo hacía mío?

Mientras estaba a mis cosas me preguntó como en tres ocasiones si me encontraba bien, ya que me veía perdida en mis pensamientos y le dije que sí, que solo estaba pensando en que iba a hacer luego. Él me preguntó que qué había decidido hacer tras ese día. Yo me quedé en blanco, no tenía una pregunta para algo así, pero, si antes mi cuerpo se movió solo, ahora mi boca la que hablaba y se movía sola, por lo que le terminé diciendo que iría a mi casa ya que estaba sola, pero que si él quería podía ir conmigo.

Cuando en mi mente sonó lo que dije de manera inconsciente me quería morir, me puse roja cual manzana, pero él una vez más me demostró que debía ser para mí, pues dijo que con gusto iría conmigo a mi casa. Osea, le dije que tenía la casa sola y que si quería ir conmigo y aceptó, yo estaba que no cabía en mí tanta felicidad. Él notó mi cambio de vergüenza a felicidad y no pudo evitar reírse un poco. Yo le pregunté que qué era tan gracioso y él me dijo que le pareció gracioso mi cambio de humor.

Ahí caí en ello, no sabía que hacer, entonces mi cuerpo cogió su cabeza, la acercó a la mía y le besé, no sin antes decirle “cállate bobo”. Lo besé por como minuto y medio. Era su primer beso y el mío desafortunadamente no. Su boca sabía genial y cuando acabé Diego se encontraba en shock. Yo ahí me quería morir, le había besado sin preguntarle si quiera si él sentía algo por mí o no. Cuando Diego salió del estado de shock me dió un abrazo y un beso en la frente, tras esto me preguntó que a qué hora y dónde nos veríamos. Le dije donde quedaba mi casa y le dije de vernos a las 4 de la tarde. Y así quedamos, en vernos un chico al que le robé un beso y yo en mi casa, donde estaríamos solos.

Faltaban cinco minutos para la hora, yo ya pensaba que no iba a venir por lo que le había hecho ese día en clase, sin embargo, el sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Al abrir la puerta lo vi, era él, el chico de mis sueños: Diego. Le dije que pasara y se pusiera cómodo. Se quitó la chaqueta y la dejó colgada en un perchero de la sala. Y se fue al sofá del salón. Yo quería llevármelo a mí cuarto, más específicamente hablando a mí cama, y ahí hacerlo mío.

Comencé a hablar con él sobre nuestros colegios, al pobre le hicieron bullying, me dió tanta pena que le di un caluroso abrazo. Le dije que eso era horrible, y que para que no lo recuerde era mejor cambiar de tema, así pues le dije que quería preguntarle algo, pero que podía sonar muy raro. Él me dijo que no tenía problema y que hiciera la pregunta. Ahí definitivamente quería comérmelo entero. Le dije que me había comprado hace un par de días atrás una braga roja, pero que no sabía si era mejor que la azul cian que llevaba puesta y que me vendría bien la opinión de alguien más. Diego ahí se quedó por unos tres minutos sin saber que decir, así pues opté por hablar yo pidiéndole disculpas, pues algo así era muy raro, más que sea un chico el que me de su opinión. 

Seguimos hablando de otras cosas diferentes, pero tras doce minutos hablando dijo que vale, yo me quedé rallada y le pregunté que vale qué, y ahí él me dijo que aceptaba decirme si era mejor la braga roja que la azul esa, yo le dije que no era azul, sino que era azul cian y que no era necesario que lo hiciera. Él me dijo que no me pusiera exquisita con los colores y que quería ayudarme, pues vió que era una buena amiga y compañera de clase.

Así pues fuí con Diego a mí habitación. Una vez allí le dije que se siente en mi cama para que se pusiera cómodo, cosa que aceptó sin rechistar, ya parecía un perrito, como si fuera mi sumiso, ahora solo quedaba hacerlo mío en la cama. Me desabroché el cinturón y me quité el pantalón bailando un poco para mostrarle mi culo redondito esperando una reacción de su pene y vamos si la tuve ya que see marcó con pantalón y todo. Él no se sonrojó, pero esa era la reacción que esperaba, que me decía que era virgen y que por ende yo iba a ser su primera vez. Le mostré la braga azul cian con nubes blancas que llevaba puesta dando un par de vueltas calentando más su polla rica y deliciosa.

Tras aquel espectáculo me dijo que se veía bien la braga que llevaba puesta y que le mostrase la otra. Y eso hice, la cogí del armario mostrándole mi culo a Diego y una vez la cogí me dijo que se la mostrara, y así hice, se la di en mano. Era una braguita roja con llamas de borde negro y lo demás el mismo rojo, igual algo más rosita, pero casi idéntico. Me comentó que eran bien diferentes, pero que sin duda alguna la roja se veía mejor en cuanto a diseño y colores al tener un tono rosado acompañando al rojo y negro con puntos dorados. Me quedé en shock al ver lo rápido que había decidido. Mi idea era ponérmela delante suya.

Le dije que antes de tomar la decisión tan a la ligera dejara que se la mostrase puesta, pues igual no me favorecía al llevarlas tanto como la braguita de color azul y blanco. Él duditativo aceptó y ahí fue cuendo hice algo que me daba muchos nervios en ese momento. Me bajé la braga azul con nubes blancas levantando la pierna para que viera bien mi coñito depilado y chorrante por su erección y me puse la braguita roja con llamas de contorno negro y puntos dorados con tonos rositas en el interior de estas.

El pene de Diego se puso recto al instante y salté sobre él, quedando boca con boca al tirarlo en mi cama y ahí lo besé. Con mis manos le quité la camiseta y la usé para atarle de manos. Rapidísimamente cogí la braga azul y blanca y la usé para atarle la boca. Finalmente me levanté, me quité la braguita que él eligió y le dije “Diego, ya que tanto te gusta voy a sacarte leche a ese recto y erecto pene mío, ya que ahora me perteneces y pertenecerás”. El trató de moverse y como tenía los pies libres me costó algo, pero al fin alcancé mi objetivo: su pollita bien rica y sabrosa que pedía a gritos que la sacara lechita bien rica y calentita, y eso hice.

Le comencé a hacer una paja con mis manos y al poco tiempo se la comencé a chupar bien rico. Su cuerpo no hacía más que moverse y aunque sus pies en más de una ocasión chocaron conmigo eso no impidió que se la chupara bien rico y succionase al final del acto para darle las lamidas finales, las cuales lograron hacer que la rica pollita de Diego se viniera dándome su rica lechita en mi boca. Una vez conseguida se la mostré y me la tomé entera. Tras esto le recordé que él eligió la braguita con la que le haría venirse y es que la usé para hacerle una rica paja haciendo que se viniera en nada en esta misma. Luego me la puse y comencé a saltar sobre él con la braguita puesta, no sin antes haberla lamido algo para tomarme un poco de su rica leche calentita.

Cuando estuvo a punto de venirse, me quité la braga y boté sobre su pene con mi rico coñito mientras Diego gemía y hablaba sin que supiera que quería decir, así pues le quité la braga azul y blanca de su boca y me suplicó que parase por favor pues era virgen y le dije que así me gustaban a mí. Y en efecto poco duró para terminar su pene sabroso y delicioso dentro de mi coñito, en lo más profundo del mismo. Ahora venía la mejor parte y es que tras eso lo besé y le dije que lo iba a cabalgar con mi culazo y es que no era precisamente pequeño, y él lo sabía bien por su erección al vérmelo con la braga que tenía en su boca. Comencé a cabalgarlo mientras él gemía y entre gemido y gemido suplicaba clemencia, que parase, pero yo le dije que no, que iba a hacerle completamente mío. Cogí sus pies al ver como los intentaba mover para darme y le dije que iba a hacerlo sufrir más, y es que mientras le estaba montando le chupé los pies delicadamente con la lengua y la punta de la misma haciéndole reír y gemir sin posibilidad de hablar, hasta que finalmente le hice venirse bien adentro de mi culo.

Al sacar su rica polla de mi culazo un gran chorro de semen caí como si de una cascada se tratase, yo que no quería desperdiciar nada de la rica lechita de mi compañero de clase Diego tomé con mis manos la de mi culo y la tomé haciendo ruidos que hicieron a la pollita de Diego ponerse recta, lo cual me facilitó chuparsela bien entera para tomarme la leche de la descarga anterior que cayó en su rica, sabrosa y deliciosa polla y hasta tomarme una segunda descarga de lo rica que sabía la pollita de mi compañero Diego, el cual vió como la lamiá y chupaba bien rico hasta hacerlo venirse. Me pareció muy adorable de su parte cuando dijo que parase porfavor, yo obviamente le dije que no, que aún falta algo más. Comencé a chuparle su sabrosa polla y luego continúe excitándole con mis manos mientras lamía la punta de su rica pollita y besaba la punta mientras Diego gemía y se movía bien rico. Finalmente mis manos se pringaron de la nata que bombeé de la pollita de Diego y obviamente las dejé bien limpias con mi boca al igual que la punta de la polla de Dieguito.

Para el acto final le dije que noté como gimió bien rico cuando le lamía suavemente los pies, así que debían de gustarle mucho, él nervioso me dijo que no era eso, sino que fue mi culo, pero yo que no le creía le dije que iba a comprobarlo, y así le puse mis pies en su cara mientras rozaba su rica polla con mi coñito y se puso bien recto según lo olió. Era innegable ya que le volvían locos mis pies y entonces decidí metérselos en la boca y comenzó a lamerlos según se lo ordené. Al fin era mío, era mi esclavo, mi sumiso, Diego me pertenecía. Le hice venirse en mi coñito con el roce con su rica polla y su excitación de pies, pues al ser tan elástica logré que un pie mío le toque la parte de arriba  de su rica pollita y hacer pequeños círculos sobre esta. Para rematar la faena saqué mi otro pie de su boca, le dije “ya veo que no te excitan nada eh”, él me respondió que mi culo también lo excitó en ese momento y le dije “cállate” y le besé tumbándole en mi cama y comencé a hacerle una rica paja con mis pies mientras lo besaba. Mis suaves pies hicieron el mejor masaje que esa polla de Diego pudo recibir y es que no paraba de gemir hasta después de venirse, donde sacó una gran descarga de lechita bien calentita, la cual no dudé en tomar de mis pies y su rica pollita, bueno de mi polla, ya que al fin era mía.

Diego estaba en shock tras tantas descargas y yo fuí un momento a por algo: un sombrero del lejano oeste y comencé a cabalgar su pollita, la polla de Diego que ahora me pertenecía mientras la chupaba y lamía y la daba un buen masaje de pies con la intención de dejarlo seco del todo y eso hice. Él se despertó y suplicaba piedad, pero sabía que no iba a parar y es que le dije que me gustaban así, vírgenes como él, como Diego, para hacerlos míos de por vida. Tras un buen rato le dejé seco y lo até de pies a mi cama y dormí con él. 

A la mañana siguiente le desperté chupándole la polla a Diego y es que era mi esclavo y en vez de pedirme piedad o clemencia me pidió que siguiera haciéndole venirse cuando yo quisiera, pues él mismo, dijo “te pertenezco ama mía, Nuria, yo, Diego me entrego a usted, te pertenezco, le pertenezco”. Y así es, cada día le dejaba seco montándole y usando mis ricos pies para dejar seco a su rico pene, a la pollita de mi adorado esclavo y sumiso Diego. No necesitaba otro sumiso más, quise hacer a Diego mi sumiso y a mí, Nuria, su ama y lo logré.

Pues bueno, hasta aquí la historia de como monté la polla de un compañero de clase como es Diego y como lo volví sumiso mío, es decir, sumiso de su ama Nuria y le dejaba bien seco. Por si se lo preguntan a día de hoy sigue siendo mi sumiso, pues lo será de por vida, ya que nos casamos.

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