Hace dos años vivo sólo con mi hija Belén de 15 años. Yo tengo 45, soy profesor de educación física. Mi esposa, nos abandonó, para iniciar una nueva relación. Yo trabajo en un colegio secundario, durante la mañana y mi hija, cursa en el mismo colegio también en horario matutino. Normalmente, compartimos mucho tiempo, tarde y noche, somos muy pegados y cariñosos. Belén me dice que no quiere tener novios por temor, a que mi historia se repita con ella. Todos los años, vacacionamos en el mar, por ende ya en octubre comenzamos a planificar. Hhasta el año pasado, ella usaba malla para ir a la playa. Este año decidió comprar una tanga muy finita y caladita, resaltando su cuerpo, ellas es dueña de una figura esbelta, muy buenos pechos, piernas y una cola que levanta suspiros. Ese día después de comer, me dispuse a reparar una peérdida debajo del lavatorio del baño y ella estaba depilando su pubis en su habitación, probándose su nuevo traje de baño. Yo estaba entretenido reparando el flexible, sentado en el piso, ella toca mi hombro y me pregunta, si se había depilado bien su pubis, para lucir su tanga, estaba desnuda, levante mi cabeza y mi boca rozó los labios de su vagina, ella se sonrojó y gimió, los labios vaginales invitaban a un beso, lo hice, con mi lengua busqué el clítoris y comencé a jugar, cuando sentí un chorrazo caliente en mi boca y mi cara, ella temblaba y los espasmos volvían y su leche bañó mi cara, la alcé en brazos y la llevé a la cama, fregué con mi pene los labios de su vagina, ella estremecía, lo fregué sobre sus pechos duros y se lo puse en la boca, ella quería comérselo, en su boca apenas cabía, ya que soy muy bien dotado, tengo un penen con cabeza puntiaguda, de 20 cm de largo y a partir de los 10 cm tiene 6 cm de grueso. Yo estaba fascinado viendo el cuerpo de mi hija, comencé a preparar su conchita para penetrarla, era muy estrecha, labios salientes parecía una empanadita, hundí mi lengua en su vagina y ella me pidió que la penetrara, mi sorpresa fue mayúscula, era muy estrecha, apenas entro la punta y los primeros 5 cm, sentí que algo se desgarraba sobre mi verga, pensé que la había desvirgado totalmente, y empujé despacio para introducir los 20 cm en esa cuevita vírgen, no lo pude hacer mi pene quedó atascado a los 10 cm, miré los labios estaban estirados a punto de reventar, mi pene y mis testículos bañados de sangre y sémen, mi bebé a pesar de sus gritos y llantos seguía acabando, empujé nuevamente intentando entrar hasta lo más profundo, sin conseguirlo, retiré mi pene, con mucho esfuerzo, el hueco enorme escupio chorros de leche y sangre, ha cice arrodillar a mi hija, y deposité mi verga en su boca. Prometió hacerme gozar con su boca, para que no la penetrara más, su lengua me incentivó, mi pene se puso muy duro, la puse a Belén de costado, me metí entre sus piernas, comencé a juguetear, y ví que podía avanzar un poco más, cuando ella iniciaba un orgasmo, preparé el envión y puse los 20 cm dentro de mi nena, su grito fue desgarrador, pero su calentura pudo más, la penetré una y otra vez con locura, ella me pidio que la llenara de leche, no tardé mucho, y comencé a derramar mi sémen en su concha, ella lo sintió y sus espasmos acompañaron tres acabadas seguidas. Quedamos tendidos, desnudos en la cama, nos dormimos hasta la noche, su boca en mi pene, me despertó, ella no podía creer que lo había tenido todo dentro suyo…yo tampoco.