DESCONOCIDOS                             Autor MAPMAKER

 

Sintió el temblor de su vientre producto del frío del aire acondicionado que llenaba el ambiente; estaba completamente desnuda al lado de un desconocido.

 

En el bar, no se dijeron nombres, ningún nombre, sencillamente se subieron a su auto y de pronto estaban en su apartamento.

Entraron en la habitación; se despojaron de sus ropas y fueron hacia el lecho.

 

Bajo su mano palpando el vientre de aquel desconocido, hasta encontrar la carnosa cabeza de su miembro completamente erecto; lo sintió cabecear cimbreante; palpó el líquido viscoso que escapaba producto del encuentro que se avecinaba.

 

Trago en seco imaginando la dimensión de aquel pedazo de carne; era la primera vez que acariciaba un miembro de esa dimensión y de esa manera.

 

La invadió una oleada de deseo  al sentir como se humedecía su sexo; hacía mucho tiempo que no se mojaba de esa manera tan increíble; sentía como su vagina empezaba a rezumar jugos de una manera como nunca la había hecho.

 

Montó sobre su pubis colocando su hendedura a lo largo del palpitante falo; una sensación de deseo la invadió  causando que su sexo empezara segregar más fluidos pegajosos algo que había dejado de sentir mucho tiempo atrás.

 

Empezó a frotar su ardiente canal a todo lo largo del templado miembro incrementando la emisión de fluidos; sentía la entrada de su vulva palpitar al sentir el roce da la punta en su clítoris.

 

Poco a poco fue buscando que esta fuera acercándose a la entrada de su ardiente túnel; la forma semi arqueada de la punta del miembro causo que en uno de esos movimientos se posesionara justamente en la entrada; presa del deseo se la incrustó hasta la mitad.

 

El erecto miembro continuó avanzando dentro de su sexo apartando sus húmedos pliegues hasta topar pubis con pubis; un gemido de lujuria broto de su garganta.

La increíble lubricación causo una penetración total.

 

Empezó a moverse cabalgando sobre la soberbia verga, gimiendo roncamente hasta alcanzar un increíble orgasmo.

Se desmadejó temblorosa sobre el torso del desconocido, sentía el grueso miembro dentro de su cuerpo, llenando todo su sexo.

 

Se irguió nuevamente empezando a subir y a bajar sobre el lubricado pene, sintió unos labios chupando sus senos y unas manos magreando sus nalgas; era un éxtasis desconocido; los orgasmos se suscitaban unos tras otros de manera increíble hasta dejarla desfallecida y temblorosa.

 

El desconocido seguía penetrándola tiernamente, se lo extraía completamente izando sus nalgas para dejarla caer sobre su falo enterrándosela toda.

 

La verga salía recorriendo el canal de la vagina rozando su clítoris para luego introducirse profundamente en su anegado canal, otra vez se lo extrajo para recorrer el canal entre sus glúteos topando justamente en el orificio anal que empezó a contraerse y dilatarse al contacto con la lubricada punta.

 

Los gemidos aumentaban de tono evidenciando el creciente deseo, las manos del desconocido aferraron los glúteos entreabriendo aún más la apretada entrada; la cabeza de la verga desapareció dentro del orificio anal.

 

Un sonido gutural salio de su pecho al asimilar la lubricada cabeza; poco a poco aquel pedazo de carne fue invadiendo su recto hasta llenarlo todo.

 

Se acomodó sobre el desconocido y poniéndose en cuclillas empezó a subir y bajar sobre el erecto pene; tenía los ojos cerrados y la boca abierta disfrutando cada penetración; así continuó hasta entornar los ojos y derramar sus deseos contenidos sobre el miembro que la poseía.

 

Quedó sollozante, se desmonto tendiéndose temblorosa a su lado.

Sintió adormilada cuando el desconocido le entreabría sus piernas y un una ventosa se apoderaba de su vulva  chupando su clítoris y su orificio anal; su respiración se entrecortó al sentir las caricias que la llevaban a umbrales desconocidos ocasionándole deliciosos orgasmos.

 

Sintió su cuerpo sobre ella, entre sus piernas flexionadas; nuevamente la verga la penetró limpiamente llenando todo su sexo; pudo sentir los testículos chorreantes golpeando su palpitante orificio anal.

 

Una gruesa y larga  lengua invadió su boca hurgando todos los rincones hasta llegar hasta su garganta, empezó a chuparla con deleite mientras disfrutaba las poderosas penetraciones; intuyó con lujuria lo que estaba por ocurrir.

 

La templada verga abandonó su encierro para ubicarse en el palpitante esfínter, abrió la boca para asimilar la inminente invasión; la acampanada cabeza aparto pliegues para irse adentrando en lo más profundo de sus entrañas.

 

Los gemidos se convirtieron en ronquidos agónicos a medida que arreciaban los embates, el olor a sexo inundó la habitación; el lecho crujía a consecuencia de la desenfrenada copula.

 

Entonces lo sintió, el oleaje caliente de líquido espeso inundando su recto, escapando a presión por los pliegues de su culo; elevándola  al punto máximo de la escala del deseo para saciarla de placer.

 

Quedaron rendidos, sus respiraciones entrecortadas,  sus cuerpos temblorosos, acariciándose mutuamente.

Así hasta que el deseo afloró nuevamente dando escape a los deseo reprimidos y el descubrimiento de el desahogo sexual  sin palabras, sin impedimentos, sin recato ni pudor.

 

Fue una noche fantástica que termino antes de rayar el alba, ocultándolos en la oscuridad de la madrugada. Llegó a su casa de día, su pareja dormía plácidamente. se desnudó sintiendo como las bragas  se despegaban de su sexo y  glúteos debido al semen que aún destilaba de ambos orificios.

Se tendió a su lado y  dándole un beso empezó a masajear su pene; estaba completamente lubricada y su cuerpo pedía más.