Soy casada infiel por vicio, cada tanto me escapo a disfrutar del buen sexo. Como saben no soy modelo mido 1,55 rellenita de lejos siempre fueron mis lolas lo más llamativo. 110 naturales y de buena cola también. Mi departamento tiene un pequeño patio interno abajo y solo se conecta con los otros en el garaje. Una noche mi marido se durmió dejándome muy caliente, me fui a la cocina, agarre mate y celular. Y chateando crucé un tipo de unos 50 años, trabajaba cerca y después de una amena charla, empezaron las fotos y pronto la calentura llegó a

-Si te animas paso? -Palazo. -Si te animas vos, yo estoy – retruque esperando arrugara, porque sabía que estaba mi marido. Y vino el-En 5 paso – y quedé atontada, no me daba tiempo ni a cambiar, me puse una bata y baje al garage, abrí la puerta y me asomé, era tarde poco movimiento. En eso se para un auto en la esquina me hace luces y respondí levantando mi mano. Apagó la luces y salió, encarando para donde estaba, era alto 1,80 sobretodo, zapatos y un andar poderoso. Por un momento estaba temblando, pero apenas estuvo delante,solo sentí su mano rodear mi cintura y me puso un beso, de esos que te bajan hasta la ropa interior, fuimos a parar a la pared, y sus manos no dejaron rincón sin tocar. Abrió la bata y me comió los pechos de una manera salvaje, feroz y apasionado, mientras su mano descubría que abajo tampoco había nada, poco tardaron sus dedos en ingresar aprovechando la humedad. Lo tome del brazo y lo lleve al pequeño patio interno, en el camino me cacheteaba la cola. Apenas entramos hurgue su pantalón y descubrí que su foto se había quedado muy corta, y el rápido me levanto y ensarto contra la pared, me olvidé por completo que era mi casa, fue una cabalgata de campeonato, sumado a la chuponeada de pechos y amasada en mi cola. Me hizo gozar una y otra vez, era un animal furioso, en lo mejor del clímax, sentí abrirse la puerta del garage, pero una columna, nos cubrió. Yo me bajé lentamente, y me asomé para ver que pasaran mis vecinos, notando que mi bata estaba lejos.Ellos pasaron sin percatarse nuestra presencia, pero yo sentí que su tronco iba sin frenos destino de mi pequeño agujerito, a esa altura y por mi posición quedé entregada,sintiendo que un toro salvaje me poseía, me dio una buena cabalgada. Luego otra vez me rodeó con su brazo hasta que sin sacarla me puso a gatas, y fue allí donde agarrado de mis caderas me sacudió la cola como si tratara de romperla, los orgasmos que me sacó entre su penetracion, sus dedos en mi conchita y masajes de lolas fueron intensos,duros. Llegando a quedar tiritando tirada en el piso,el apenas si respiraba agitado,me levantó, poniendo de rodillas y poniendo su tronco entre mis lolas, empezó a moverse, pero con mi lengua rozando un par de veces y mirándolo fijo desparramó toda su leche en mi boca, mi cara y mis pechos, doblandose de placer. Busque mi bata, mientras el guardaba su herramienta, fuimos hasta la puerta, me dio un chirlo en la cola fuerte y me dijo -Espero tu llamada – y se fue No puedo decirles que no lo hice, pero se ganó un lugar en mi lista de habituales.