Por

Anónimo

mayo 25, 2025

196 Vistas

mayo 25, 2025

196 Vistas

Usada por extraños

0
(0)

Tenía un departamento mediano pero no alcanzaba a cubrir las cuotas de ciertos servicios por lo que ya con experiencia decidí intercambiar mi cuerpo por dinero, salía de la ciudad a las colonias de al rededor con una gabardina y lencería por debajo, salía en un carro y con una fusca, así que era más seguro estar de noche, siempre e tenido un cuerpo grande, grandes caderas, nalgas y pechos, sin llegar a lo exagerado, mi cuerpo estaba en armonía con mi medidas, así que era fácil encontrar a hombres.

Una noche salí como de costumbre a una calle no cita de noche cerca de una cantina, esperando a alguno hombre con dinero, no tardaron mucho en salir unos 2 tipos cuando les llame de inmediato se acercaron y aceptaron, ya estaban algo pasados de copas así que pensé que sería rápido, me incliné para darles acceso a mi trasero, cuando empecé a sentir que me la estaban metiendo por el lugar incorrecto, volteé y ví algo que no podía creer, eran grandes y gruesas sus pollas, ambos tipos eran delgados, parecía que trabajaban en la siembra o algo así, solo dijeron que no entraba, a lo que solo saqué una botella pequeña de aceite de coco y se las di, reconfortándome que sería una buena paga, mientras la iba metiendo el primero sentía como me empujaba las tripas, sin mentir lo gocé, no tardó mucho en venirse dentro y fue el turno del siguiente, pero sin darme cuenta el primero tipo había regresado a la cantina y con más amigos, esa noche fue larga, así como sus pollas, recuerdo que me dieron asta propina, era bastante más de lo que habíamos acordado pero no me molestó, cuando se empezaron a ir y yo me empezó a subir al carro me di cuenta que no me avía vaciado nada de lo que me habían echado dentro, y lo peor que con tantas pollas que entraron, no podía apretar del todo, sí nada más que hacer me resigné a conducir de vuelta a casa mientras sentía cómo se escurría todo.

Fue excitante y favoreciente así que seguí esa rutina durante un tiempo, no recuerdo cuántos tipos eran pero si algo que estaba segura es que eran más de 10, yo solo podía dejar mi trasero libre para ellos era todo suyo sin intervención mía, mi trasero fue su juguete por muchas noches y horas.

¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

Deja un comentario

También te puede interesar

Mi amiga embarazada

anonimo

23/05/2025

Mi amiga embarazada

Confesiones

anonimo

11/08/2017

Confesiones

fiesta

leo

07/11/2017

fiesta
Scroll al inicio