Por si no lo recuerdan, yo soy bastante alto, obviamente mis extremidades son largas. Ahora entenderán.

Pues ella hizo lo acordado y pasé mi brazo por detrás de su cabeza. Mi mano quedaba justo en la entrada de su ya mojada vulva y, como ella traía falda corta, lo único que tenía que hacer era hacer de lado su bonito calzón rojo y empezar a jugar con sus mojados labios.

Yo tengo la maña de hacer una forma de «V» con mis dedos medios cuando estoy en esa situación. Lo hago con la intención de rozar por fuera de los labios de la fémina en turno y ésta vez no iba a ser la excepción.

Ahí me tenían sube y baja con mi truco de la «V». Después comencé a rozar su botoncito de gomita, ese que les hace temblar las piernitas jaja.

Hacía círculos en su vulva, en su botón de gomita, jugaba en zigzag entre sus labios y así hasta que comencé a meter mis dedos en su más que caliente cavidad.

Con mis dedos dentro de ella, comencé a hacerlos «bailar» encima de la parte arrugada de su pared vaginal (se los dejo de tip).

Mis dedos seguían bailando ahí dentro y ella poco a poco comenzó a intentar gemir (obvio no podíamos hacer ruido) más y más rápido hasta que no aguantó y comencé a sentir cómo me apretaba los dedos con sus paredes y me encajaba las garras en el pecho. La neta eso me dolió un chingo, pero aguanté vara cómo buen espartano.

Saqué mis dedos mojados de ella y le di un besito UwU.

Obviamente yo tenía todas las ganas de deslecharme y directamente le pregunté – cómo ves, va? – mientras me sacaba la pelona del pantalón. Ella accedió.

Pues solita la ojiverde comenzó a bajarse por los chescos y no te pases de reata! Bueno, yo si, pero no jodas!!! No sé si era la posición o qué pedo, pero cada lamida y metida dentro de su boca me hacían sentir que me iba a venir en menos de 1 segundo!

Ella estaba de lado, lamiendo mi miembro, dejandolo subir y bajar dentro de su boca y yo nadamás temblaba peor que gelatina cada vez que lo dejaba salir.

Por momentos ella mantenía mi reata dentro de su boca y comenzaba a hacer círculos con su lengua alrededor de mi mantecada. Pfff’… Yo estaba a nada y ella lo sabía.

Llegó el momento en que ya no podía y nomás’ le avisé – ya ahí viene -.

Lo bueno de ésto es que yo ya sabía que a ella le gustaba tragar y no saben lo que a mí me encanta venirme dentro mientras la siguen chupando.

Ésta deliciosa señorita sólo dejo mi miembro dentro de tu húmeda boca mientras mi leche salía en ráfagas cortas dentro de sus labios y ella intentaba lamer mientras yo me venía.

Yo temblaba como si me estuviera dando toques en los huevos y es que se sentía tan pendejamente rico…

Pues terminé y la fémina en cuestión, en efecto, tragó hasta la última gota y tomó un poco de refesco.

Todavía nos dimos unos besitos más y disque seguimos viendo la pendeja película hasta que acabó.

En fin, amiguitos y amiguitas. Esa es fue la historia de una de los mejores bj’s que me han dado.

PD. Antes de que empiecen porque ya los conozco…

En esa función habíamos alrededor de 6 o 7 personas en toda la pendeja sala (con eso se imaginarán lo culera que estaba la película) y todos muy alejados de los demás, así que no había nadie que pudiera ver nuestro desmadre.

Si, habían cámaras e incluso en algún momento, mientras me sacaban brillo, llegó a entrar un empleado a ver qué pedo, pero en chinga regresábamos a disque no estar haciendo nada.

Y sí, los asientos eran de una sala de esas mamoncitas que les dicen «premium». Por eso ella podía estirar sus piernitas sin necesidad de estar chocado cualquier pendejada que se nos atravesara. Además, esos asientos parecen más camas y puedes moverte a tu antojo.