Por

Anónimo

mayo 20, 2013

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Por infiel, iniciè a mi esposa en la prostit ( 3 )

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Su presencia fue como una aparición incitante y prohibida. Estaba bellìsima y sexy, y el modo como se la veìa, hiso que en el ambiente del burdel, un sensual ramalazo de corriente eléctrica, recorra la espalda de todos los hombres que la contemplábamos.

La vieja dueña del burdel, había hecho en ella una irresistible transformación:

Ella, que siempre llevaba su sedoso cabello suelto hasta los hombros, ahora se lo habían recogido hacia atrás en una apretada cola, que resaltaba la finura de su bello rostro; que ahora, aunque conservaba su antigua expresión dulce,, mostraba una actitud insinuante, y resueltamente provocativa.

Andrea estaba vestida de un traje negro topless cortìsimo y sin tirantes, cuya parte superior bordeaban casi, las aureolas rosadas de sus senos henchidos, que se desbordaban descaradamente de los filos de su escote, de una manera insinuante y seductora.

En su parte inferior, su pequeñísimo vestido negro ajustaba como un guante su cuerpo, vestido que le llegaba apenas al inicio de sus amplias caderas, haciendo la impresión de que sus blancos muslos reventaban en carnosas curvas, dando a su sensual figura, una apariencia tentadora y carnal.

Era la viva imagen de una puta.

Debajo de esa sensacional prenda de puta, se asomaba completamente, un pequeño interior de seda, blanco y transparente, que hacia ver una bulba grande y abultada, llena de vellos oscuros, que incitaban al placer.

Calzaba sus delicados pies con unos sexy zapatos negros, de elevados tacones de aguja.

Su perturbadora presencia de mujer, exitò sexualmente de manera instantánea a todos los clientes del burdel, que se imaginaron de inmediato ocupándose con esa nueva y deliciosa puta.

Yo estaba tan excitado como ellos, y mi verga no cabía en mi pantalón por lo hinchada y caliente, mientras que mi mente estaba tomada por una especie de embriaguez sexual, que hacía latir mi corazón muy fuertemente.

Saqué mi cámara, y empesè a tomarle las primeras fotografías del día.

En ese momento, la vieja me hiso una seña desde el bar, y yo acudí preso de una erótica y ardorosa excitación. Al pasar cerca, ella me miró con una expresión entre ansiosa, excitada, y suavemente sonriente.

Venga, me dijo la vieja, quiero que vea como trabaja su linda puta con su primer cliente. Y diciendo esto, me llevó al sitio ya conocido por mi.

Apenas llegué al observatorio secreto, la puerta del cuarto de Andrea pareció abrirse y cerrarse varias veces. Yo me inquieté.

Estese tranquilo, me dijo la vieja, yo conozco esto, los clientes más avezados y duros se han de estar disputando el gusto de ser el primero, y acordando quienes siguen después. Todos ellos saben que mi puta es nueva, y como es tan hermosa y deseable, la ganará el más fuerte de ellos, y todo quedará en paz.

En ese instante entrò al cuarto Andrea, tomada fuertemente del brazo por un negro enorme, con cara de pillo.

La vieja sonrió y me miró. «Es el negro toro, el negro más duro de todos, tiene fama de vergòn y peleón. Agárrate chico, que este si le va a dar buena verga a tu mujer»

Dicho esto, el negro toro, sin mediar palabra alguna, tomó a mi esposa por sus redondos muslos, y se regodeo besando y mamando sus carnes abultadas y blancas de puta rica, para luego recorrer con sus labios calientes y apasionados todo su cuerpo, desde sus lindos y cuidados pies, sus pantorrillas torneadas y perfectas, el interior de sus muslos, su sexo palpitante y oloroso, y subiendo por su vientre, hasta sus despampanantes senos, que se pusieron al instante ardorosos y erectos.

Andrea tenìa los ojos cerrados, y jadeante de intensa excitación gemía debajo del enorme peso de ese gigante que le decìa: «Que rica puta me estoy culiando, mamita linda, ¿nunca te ha culiado un negro putita rica? «No, Nunca», dijo ella con un suspiro de entrega total. «¿Te gusta el negro Toro, mi amor?…»Si, si me gustas negro rico, papito lindo»

El negro Toro la apretó fuertemente, sabiendo que ya era suya, pues el sabía que esa rica hembra que estaba ya entregada a el, era su primera ves como puta, y que el, el negro Toro era su primer cliente.

El negro apasionó tanto a Andrea, que ella le susurraba anhelantes palabras de deseo que yo jamás le había escuchado decir, mientras el musculoso macho la volteaba, besando la parte trasera de su cuerpo, sus muslos, sus grandes nalgas carnosas, recorriendo con su lengua sus hermosas espaldas y hombros, para luego; mordiendo su nuca con posesión de macho dominante, la arqueo para apretar y acariciar sus senos, diciéndole: «No te meteré mi verga hasta que tu me digas culeame, quiero que me culees»

Acto seguido, se apoderó con pasión de sus labios, besándola de manera posesiva, mientras Andrea, convertida en una arrecha puta, se entregaba a el sin control alguno, besándolo y abrazando su espalda y su cuello, hasta que con ansia, y rendida de deseo le rogó: «Por

favor culeame, mèteme tu verga»

Ella quedó desnuda y anhelante en la cama; esperándolo, mientras el musculoso y fuerte negro, deseoso de saciarse en esa hembra se terminó de desnudar.

La verga del negro era un sorprendente y vigoroso mazo de carne; enorme, gigante, que con ardor de macho en celo, enterró con vigor y potencia, en la sabrosa y delicada vagina de Andrea.

Andrea se quiso resistir al empuje de esa gran verga, que consumaba su posesión en ella convirtiéndola en puta. Pero luego, ansiosa de ser culiada, con un apetito carnal que jamás había sentido, rendida se dejó penetrar una y otra ves por ese hombre que se había adueñado de ella.

El negro Toro hiso suya a mi esposa hasta saciarse, y luego de ser servido con ademanes de aprendiz de puta por parte de ella, se despidió de mi mujer con un beso ardoroso y apasionado.

Luego de asearse y perfumarse, Andrea salió con cierta timidez de su cuarto, a encontrarse con su segundo cliente.

Pasaron tres horas de intenso sexo de Andrea, culiando con 6 nuevos clientes mas, hasta que al marcharse el tercero de ellos,yo salì al salón de las putas, tomándome unas cervezas; en medio de la sensualidad de la música y la excitación del ambiente, mientras tomaba fotos de Andrea culiando, o parada en sus sensuales poses de puta, a la entrada del cuartito No. 1 del burdel «Éxtasis», el Nigh club mas popular y caliente de la 18….CONTINUARÀ


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2 respuestas

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