Por

Anónimo

enero 21, 2020

4510 Vistas

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Ninfómana o prostituta?

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Hace unos días estaba viendo la tv y hecharon el primer anuncio del verano que yo veía.  En el apareció un chico guapo,  con un cuerpazo saliendo de una piscina,  las gotas de agua resbalaban por sus labios,  por su pecho, ummmmmmm empecé a sentir como mi coñito se calentaba.  Imaginaba como esos carnosos labios se deslizaban por mis erectos pezones para ir bajando y pararse en mi jugoso y duro clítoris. Empecé a sentirme mojada,  quería tener la polla de ese guaperas dentro de mi coño y follármela todo el día sin parar. 

Tanto era el deseo de polla que decidí introducir algo dentro de mi salido y deseoso coño,  así que busque por toda la casa, para ver que me podía meter.  De camino a la cocina vi el perchero de los abrigos, con sus patas redondeadas y decidí hacer una parada,  me quite toda la ropa,  la colgué sobre el mismo y me agaché,  empecé a frotar mi clítoris sobre una de sus patas,  sentía mucho placer,  pero quería más,  quería tener mi coñito bien lleno,  así que seguí mi camino hacia la cocina.  Mire a mi alrededor, no sabia que meterme pero el ansia me podía , recordé el collar de bolitas imitación perlas que un día compre en un puesto de mercadillo,  me dirigí a mi habitación,  lo cogí y empecé a chuparlo,  me escupi en la mano y llene mi coñito de saliva para que resbalara bien,  y empecé a meterlo en mi vagina mientras que con las bolitas que quedaban fuera frotaba mi clítoris,  que placer ummmmmmm,  quería más.  Lo metí todo dentro y no podía parar de pensar en una buena polla,  así que decidí ir al sexshop y comprar un consolador,  nunca me había terminado de animar,  pero hoy era el gran día, me sentía muy puta. 

Mi amiga Lucía me comentó en una ocasión que habían abierto un pequeño centro comercial en los grandes almacenes que hay en las afueras de la ciudad, solo para adultos. Allí, aparte del sexshop, hay una sala de cine porno, una librería erótica, un centro de relax y masajes eróticos, un pub de adultos, etc…Así pues, me puse una camisa negra bastante transparente, y larga hasta por debajo de las caderas, justo para tapar los glúteos,  sin braguitas ni sujetador,  y con el collar dentro de mi coño,me monté en mi coche y tomé dirección al centro comercial, sentía como esas juguetonas bolitas se movían sin cesar dentro de mi húmedo y calenturiento coño.

 Llegué al centro comercial, baje de mi coche, y empecé a caminar hacia la tienda. Noté que las bolitas se empezaban a querer salir,  ya que mi coño estaba súper humedo. Me dirigí hacia los baños para poder recolocar las y meterlas bien adentro. Caminando por el pasillo de los baños un hombre venia de frente a mi, se paro y espero a que llegara a su altura,  miro mis pechos excitados rebotando a cada paso,  me sentía muy cachonda, me excitaba que me mirara ya que iba hecha una puta. Pero las bolitas empezaron a asomar. Ya estaba bastante cerca de el y aprecié como miraba mi coñito,  y pude apreciar el enorme bulto en su pantalón.  Pasé por su lado,  le miré a los ojos con cara de zorra y el se giró para verme por detrás,  yo contonee mis caderas y moví mi culito para que pudiera ver bien el collar que colgaba de mi coñito.  

 Una vez todo bien colocado,  salí del baño y me dirigí hacia la tienda.  

 Allí había una pareja,  bastante atractiva. 

 + Buenos días, te podemos ayudar en algo?  

 – Estoy buscando un consolador. Pero no se muy bien como va eso. Es el primero que compro y me da miedo que me haga daño o no lo pueda usar. 

 + No te preocupes, te ayudaremos. Vemos que eres bastante lanzada. No te ofendas,  es por la ropa que llevas. 

 Me sentí muy excitada,  el chico detrás del mostrador no paraba de mirar mis pechos,  la chica estaba detrás de mi y no la veía,  pero sentía su mirada. 

 – jaja jaja; me sonrojé. 

 + No te preocupes,  este sitio es para eso.  Estamos acostumbrados y nos gustan l@s clientes que vienen así. 

 – Ummmmmmm,  si? 

 + Siiii,  mira vamos a hacer una cosa.  Tenemos unos juguetes que las cajas vienen defectuosas y no los podemos vender,  si quieres puedes probar los diferentes tamaños y  llevarte el que más te guste.  Pero hoy es tu días de suerte,  el que más te guste te lo regalamos,  a cambio de que nos dejes que seamos nosotros los que te los probemos. 

 Lo pensé durante unos segundos, pero sentía como mi coño se ponía cada vez más y más húmedo, esa situación era súper morbosa,  y porqué no?  

 – Acepto!!! Ummmmmmm que cachonda estoy. 

 La chica detrás de mi empezó a meter sus manos por debajo de camisa, y acarició mis pechos,  dejando mi cuerpo desnudo y expuesto a la vista de cualquier persona que pasara por la puerta de la tienda.  Me sentía tan puta.  El chico dijo que quería saber como de grande era mi vagina para saber con que consolador empezar a probar,  así que se inclinó hacia adelante,  y con el mostrador de por medio introdujo dos dedos en mi vagina.

 + Ummmmmmm,  vaya y vaya,  pero si tenemos aqui a una zorrita!  Que llevas dentro cariño? 

 Tiró despacio y saco el collar.  

 + Ummmmmmm,  me encanta!,  que ingeniosa!,  

 Y lo fue chupando con mucho deseo hasta meterlo entero en su boca. 

 Ella seguía detrás de mi acariciando mis pechos,  los gemidos empezaron a surgir,  cada vez estaba mas caliente. 

 + Voy a poner este collar en tu cuello,  vas a abrir las piernas y vas a dejar que ese señor que hay fuera mirando te vea como te sometemos probandote los diferentes consoladores.  

 Mire hacia fuera y estaba el hombre del pasillo del baño,  sus ojos estaban llenos de deseo,  y su pene erecto casi rompía la bragueta del pantalón, me excitó muchísimo. 

 – Si,  acepto,  hoy estoy súper cachonda,  nunca me había pasado algo así,  pero estoy disfrutando muchísimo. 

 + Muy bien linda,  pues ya sabes que desde este momento,  y hasta que te vayas eres nuestra putita sumisa. Tienes que dejar que te hagamos lo que queramos.

 – De acuerdo,  estoy conforme,  haced conmigo lo que queráis.  

 La situación era muy morbosa,  pero mas aún que aquel hombre que me había visto en el pasillo del baño,  me viera ahora hecha una puta y totalmente sometida a aquella pareja de pervertidos. Mientras que el chico fue sacando diferentes tamaños y formas de consoladores,  la chica siempre situada detrás de mi introdujo dos dedos en mi vagina. 

 # Ummmmmmm,  que mojadita estas!,  que coño mas caliente! 

 Se llevo los dedos a su boca y lamió los jugos de mi coño.

 El chico me ordenó abrir las piernas, aplico lubricante el cada consolador y los fue metiendo poquito a poco cada uno de los que había sobre el mostrador. Cada vez el placer era mayor y ahí pude descubrir la gran capacidad vaginal que tenia.  

 

El hombre fuera de la tienda se acercó hasta el escaparate para no perder detalle,  hasta que termino situándose en la puerta de entrada. 

 + Te gusta zorrita?  Te gusta que estemos todos aquí para darte disfrute y placer? 

 – Ummmmmmm,  sii,  me encanta!!  

 Cogió el cuarto consolador que me metía,  tenia mucho tacto.  Empezaba a introducirlo despacio,  sentía como entraba la punta,  el dildo era bastante grueso,  yo calculo unos 6 cm,  notaba la punta abrir camino,  ya que los otros consoladores eran más estrechos y pequeños me los tragaba de golpe,  pero este no,  este era muy grande,  sentía como me llenaba, lo introdujo despacio,  ya sentía dolor,  le pedí que por favor parara…. 

 + Ah no,  de eso nada,  te lo tienes que tragar entero.  Tienes coño para eso y para mas, respira ondo y relájate. 

 Así que me resigne, e hice lo que me dijo.  

 Noté como aquel consolador abrió algo dentro de mi vagina e hizo un vacío, como una succión,  era dolor y pacer,  me estremecí,  el placer era tan grande que no podía sostenerme de pie.  

 + Que pasa,  te fallan las piernas?  Muy bien..  Pues este es el tuyo. 

 # Vemos que te gusta llevar el coñito bien lleno. Está ahora lo suficientemente lleno? 

 – Ummmmmmm,  siii,  esta muy lleno. 

 # Te lo saco,  o te lo llevas puesto? Zorrita.

 – Hum…  No se,  creo que no podré andar con el.  

 # Jajajaja,  ya lo creo que si,  pero recuerda que eres nuestra sometida, yo soy tu ama y quiero que lo lleves puesto hasta que te corras varias veces sin sacarlo.  Es una orden. 

 – Si ama! 

 Sin apenas darme cuenta, me había convertido en sometida y esclava de esa pareja. 

 Aquel hombre de la puerta con su abultado pantalón dió media vuelta y se marchó.  El espectáculo había terminado. 

 

Salí de la tienda con mis piernas temblorosas,  mis pezones erectos,  muy excitada,  pues aquella pareja me habían hecho sentir una puta.  Mi coño estaba totalmente lleno,  a cada paso el dolor y el placer eran mutuos,  creí que me correría ahí mismo,  delante de toda aquella gente. Contrage los músculos de mi vagina y apreté mis muslos para que el dildo no se saliera, estaba muy mojada y resbalaba.  Así que acelere el paso y me dirigí hacia el parking subterráneo.  

 En el ascensor había un matrimonio de unos 45 años, me excite recordando a la pareja de la tienda, me gustaría algo parecido con estos dos.  Salimos del ascensor y deje que bajaran primero,  no quería verme en la escena de andar delante de ellos y que se saliera el consolador,  así que salieron,  yo detrás de ellos le miraba el culo a la mujer. El consolador se me salía por loiy excitada que estaba, me agaché e introduje el consolador bien adentro,  la mujer se giró,  me vió y ni se inmutó, me miro con ojos de zorra hambrienta y siguió hacia adelante. No pude contener las ganas de meterme la polla de su marido en el culo y lamerme el coño a esa putita de lujo.  Empecé a follarme ese enorme consolador,  me hacia daño,  me daba placer,  esa pareja justo delante de mi y yo masturbándome y ella me había visto.  Acelere el ritmo y la lubricación hizo sonar ese peculiar sonido sexual,  y ella volvió a mirar.  Siguió caminando pero empezó a subir su falda,  sus piernas largas, con sus pantis negros,  y su liguero sujetando los,  no llevaba bragas y se apreciaba un consolador en su coño.  Se paro y se giró hacia mi,  su marido la miro y la imito, y claro..  Me vio. 

Yo deje de meter y sacar el consolador y cerré las piernas y me levanté, pero entonces ella me imitó y se agachó, su marido sonrío. Ella se introdujo el consolador hasta dentro,  apretó con fuerza,  abrió los labios de su coño y lo cogió con ellos,  cerro los labios,  las piernas,  le dio la mano a su marido y sonrío,  se dieron media vuelta y siguieron su camino.  Yo la imite,  pille el consolador igual que ella y me dispuse a ir hacia mi coche,  nos miramos los tres y sonreímos. 

 + Que pases buena noche, hermosa!  Me la habéis puesto dura entre las dos. 

 # Vienes por aquí a menudo?  

 

– No, hoy a sido la primera vez que he venido. 

 

# Podíamos quedar un día para jugar ya que nos gustan las mismas cosas. Nosotros ahora mismo no nos podemos quedar,  mi marido quiere que lleve el dildo metido hasta que el la meta,  así mi coño esta abierto y caliente. Pero nos podemos dar los números de teléfono. 

 +  Ummmmmmm,  me estáis poniendo muy cachondo con toda esta situación.  Me encanta cuando su coño se agranda y se calienta cuando se ha tragado la polla de su amante secreto, meto mi polla y esta tan caliente,  entonces ella contrae los músculos de su vagina, yo me quedo quieto sobre ella y empieza a mamarla con su vagina,  ummmmmmm, que placer,  lo mejor las mamadas con la vagina,  ummmmmmm sii,  se la traga toda y todo. 

 

– Uuuuuu.. Que excitante todo!!  Ummmm

 

# Mona,  hoy no es el día pero si quieres este es nuestro número. 

No tuve ni que pensarlo,  después de lo vivido en el sexshop todo era posible.  

 

Llegando a mi coche oí pasos detrás de mi a la izquierda,  pero no vi a nadie.  Me empecé a asustar y acelere el paso, pero alguien corrió hacia mi y cuando me giré solo pude ver alguien avalanzandose hacia mi y me puso una camiseta negra en la cabeza. El dildo se me salió, se me acercó al oído y me dijo con voz suave.

 + No te voy a hacer daño zorrita. Te gusta que te miren, verdad? 

 – Quien eres?, Que quieres? 

 – contesta la pregunta si no quieres que te haga daño. Te gusta que te miren mientras recibes placer? 

 – Supongo que si.  Hoy me están sucediendo cosas muy excitantes y morbosas. 

 + A sí? No me digas..  

Y empezó a frotar mi clítoris erecto y húmedo de todos mi fluidos al abandono de mi consolador. 

 Ummmmmmm me sentía éxtasiada de tanto placer,  mis sentidos no podían más. 

 + Será que los astros se han alineado. Eres prostituta? 

 – No,  soy una morbosilla,  cachonda y guarrilla. 

 # No.  De eso nada. Eres una puta,  yo e visto que esos dos no te cobraban para hacerte lo que ellos quisieran. 

 – A sido un regalo. 

 # Ah, entonces eres su amante? 

 Pensé si me los habría follado,  tal vez volvería a por más juguetes y pasaría,  seguro,  habíamos empezado con buen pie. 

 – Si,  puede que algún día lo sea.

 + Ummmmmmm como se chupaba los dedos esa zorras llenos de tus fluidos. 

 – Ummmmmmm cierto. 

 + Te excitaria convertirte en mi puta? . 

  -Ummmmmmm, siiiii!  

 + Entonces…..  Quieres ser mi prostituta ? 

 – siii, ummm

 + Muy bien,  sientes esto? 

 – Si,  ummmmmm

 + Que es?  

 – El consolador 

 + Muy bien…  Te voy a dar un premio,  pero tienes que quedarte aquí quieta. 

 Me quito la camiseta de la cabeza,  y era el hombre del pasillo.  Me había seguido todo este tiempo,  seguro que me vio con la pareja del ascensor,  así que me puse súper cachonda,  sus astros tambien se habían alineado.  

Se dirigió al maletero y trajo un pañuelo de cuello negro.  

 + Te voy a decir lo que vamos a hacer. Te voy a vendar los ojos,  te voy a meter en mi coche,  y te voy a llevar a un sitio donde vamos a disfrutar mucho. 

 Me asustó bastante la situación y le dije que no. 

 + Pero me has dicho que eras mi puta. 

 – Cierto,  pero no voy a ningún sitio,  si quieres aquí.

 + No putita,  me temía que pasaría esto,  así que este pañuelo no es para taparte los ojos. 

 Se abalanzó sobre mi y me tapo boca y nariz. 

 

 

 

    Desperté, oía voces, me dolía la cabeza,  mis músculos no respondían. Sentía mi cuerpo balancearse. Me hacia pis, me dolía la vagina. Recordé el consolador,  pero no,  era una polla,  entraba y salía con fuerza,  mi espalda estaba fría y mojada,  supongo que de sudor. Estaba tumbada boca abajo sobre una mesa con mis piernas colgando y amarradas a las patas, y recordé todo… 

Estaba siendo violada.

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2 respuestas

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