Soy una mujer hoy en día que lo ha vivido todo, fui adicta al sexo y creo que la causa de ello estuvo en la brutal experiencia sufrida tres meses antes de cumplir 13 años. Fui violada en mi propia casa por dos hombres de 20 y 22 años que, eran conocidos míos, por vivir en las cercanías.

Hija única, habíamos tenido que mudarnos a la ciudad con mis padres pues un amigo de él lo había estafado y llevado casi a la ruina, llegamos a la única casa que nos quedó en una vecindad de clase media alta pero que estaba en formación, alrededor de nuestra casa había sitios baldíos y no más de tres edificaciones en la misma manzana.

Llevaba casi dos años viviendo allí, mi hogar era un caos pues mi padre pasaba temporadas lejos, él decía que trabajando pero estaba con su amante, mi madre al borde de la crisis mental por tanto sufrimiento, no había servicio doméstico en casa pues no se podía pagar.

Mi madre estaba en un tratamiento ambulatorio en un hospital público por tendencias suicidas, yo me quedaba sola gran parte del día, así que iba a casa de mis nuevas amistades o nos juntábamos en las esquinas con nuestras bicicletas las niñas y niños de nuestra vecindad.

Era un día lunes de verano, hacía mucho calor, sí yo era un poco provocativa para vestir, grandes escotes y faldas mini que casi mostraban la ropa interior, es esa época estaban de moda los bikinis. Ese día usaba un vestido con tirantes que me servían de brasier para mi ya desarrollado pecho, tenía una cintura muy delgada y caderas anchas, con un culo redondo firme y levantado. Mi largo cabello negro estaba trenzado, no era bonita pero tenía facciones sensuales.

Tenía uno de esos juegos de pareja con un niño de mi edad más o menos y habíamos incursionado en jugueteos sexuales ya que mi pubertad empezó a los 11 años y las hormonas eran inquietas, pero no había tenido penetración alguna, aunque sí le había mamado su verga un par de veces pero me daba un poco de asco cuando se corría así que se perdía su semen, él jugueteaba con sus dedos en mi rajita provocando gratas sensaciones, otras me estremecía cuando me lamía y metía la lengua dentro de mi vagina. Una vez me propuso entrar por mi ano pero de solo pensarlo me dolió, así que me negué. Ese día de verano me dí cuenta que él había contado a sus amigos nuestras experiencias, pero no debo adelantarme.

Como les comentaba volvía a mi casa ese día más o menos a las 13:30 horas, no había aceptado almorzar en casa de Gory, mi mejor amiga pues quería ducharme y ponerme unos shorts para en la tarde ir a la piscina. Iba un poco aburrida de tener que preparar mi almuerzo y decidí que solo comería un emparedado con un vaso de jugo helado.

Mi casa estaba en una esquina y por la calle principal había un murallón de una casa quinta y por la lateral un sitio sin construir, la reja era baja, fácil de saltar. entre por el costado, dejé mi bici y empujé la puerta de un ventanal que había dejado semiabierta, antes de entrar había bajado el cierre de mi vestido para sacarlo rápido y entrar al baño, por lo que mis tirantes habían caído y mis tetas estaban al aire, pero total nadie me veía pues estaba sola.

Entré crucé el comedor e iba por el pasillo hacia el baño cuando alguien me tomó por atrás, grité y le tiré una patada pues no veía al tipo, cuando de mi dormitorió sale el otro que era hermano mayor de un amigo y me dio una feroz bofetada.

«¡Cállate puta!» me ordenó, yo lloraba por el dolor a mi cara y porque el que me tenía sujeta estaba apretando mis pezones con mucha fuerza

«Sácale el resto de ropa, mira la putita sabía que tenía fiesta hoy, ya estaba semi desnuda!» dijo el que me sujetaba y ahí reconocí su voz, era Wicho, un tipo muy atractivo que tenía una moto Gillera que era en ese tiempo lo máximo y que atraía a todas las chicas mayores de las cercanías.

Traté de calmarme y les hablé:

«Por favor chiquillos no me hagan nada, suéltenme por favor, va a llegar mi mamá y se va a enojar» como niña no sabía que más decir.

G. me había dejado desnuda ya y me tomó de las piernas preguntando a su amigo

«¿Dónde se lo hacemos?»

«En el living está bien, ahí la ponemos en el sofá grande y queda más cómoda para penetrarla» respondió Wicho

Así como un fardo me llevaron al sofá, me ataron las manos a las espaldas con algo que traían y me dejaron de semi lado, traté de incorporarme para escapar de ellos pero de un fuerte empujón me tiraron esta vez al suelo. Wiccho abierto de piernas se sentó sobre mi pubis y me miró muy serio diciendo:

«Mira putita, sabemos que te gusta mamar y de seguro follar, hoy no vas a hacerlo no com el chavalito chavalito sino con dos hombres, puedes gritar lo que quieras, sabemos que no hay nadie en las cercanías, tendrías suerte que alguien pasara por esta calle, vamos a poner música fuerte y te vas a portar bien si no quieres que entre los dos además de follarte, te demos una pateadura que tendrías que explicar después por qué fue, ya probaste la mano de G, aún no has probado la mía y ahora mismo la vas a conocer si no te quedas quietecita!»

Ya estaba sonando la radio muy fuerte y era una música que recién se ponía de moda y que nunca me gustó luego.

Se sacó la polera y empezó a desabrochar sus pantalones, me di cuenta que ya había soltado su cinturon de cuero, se paró y me puso un pie en el vientre aplastándome contra el suelo, aunque ya G desnunudo se había sentado sobre mi pecho y acariciaba su polla con mis tetas aprisionándola con ellas.

«Ya sabes mamar puta, abre la boca para meterte mi polla adentro y que la mames bien, si se te ocurre morderme te voy a partir la boca de un puñetazo» dijo G y me metió toda su polla delgada pero larga en mi boca y y empecé a mamarlo, pensé ingenua que era eso lo que querían y se irían.

Pero sentí como mis piernas las abría con brusquedad Wicho y se ponía entre ellas acariciando con su polla mi conchita, suave la recorría y sus dedos jugaban con mi clítoris, mi culo esta alzado sobre sus rodillas.

«Ah que rica raja se va a comer mi polla, vas a bramar de placer puta! Ya estás caliente, tu huemedad lo dice»

Ni pude responder pues estaba atragantada con la polla de G, pero tenía pavor, la cabeza del falo que jugaba en mi rajita era muy grande! De repente un dolor inmenso me invadió y estremeció mi cuerpo, me saltaron las lágrimas y casi muerdo la polla que mamaba, el grito se ahogó en mi garganta.

«Estaba virgen coño, la puta era virgen! que rico se siente poseer a una virgen!!» gritaba enloquecido Wicho con toda su gigante polla adentro mío.

G me seguía follando la boca y no dijo nada, solo sus ojos claros demostraron algo de rabia y jadeante metía su polla hasta mi garganta.

Mi conchita estaba siendo follada a consciencia por esa verga larga y gruesa, entrar y salir, me ardía pero empecé a sentir un placer exquisito como el que sentía con la lengua de mi noviecito y empecé a gemir y mover las caderas sin quererlo, Wicho jadeaba y resoplaba, así estuve una eternidad hasta que los dos se corrieron dentro de mí, a pesar de las arcadas que me produjo, por primera vez tomé semen, tuve que tragarlo porque G me apretó la nariz y me lo tomé todo con su polla aún dentro de mi boca, hasta que se dió cuenta que me estaba ahogando me soltó la nariz para respirar.

«Por suerte gilipollas que le puse una toalla abajo, trabajo habría tenido la puta para explicar la sangre en la alfombra»

Se había tendido en el suelo con su falo semi erecto y sucio con mi sangre y su semen, G se había parado y se sentó en el sofá, su verga estaba limpia pues me había ordenado girar mi lengua por ella cuando la sacó de mi boca, tuve que limpiar la de primer hombre también.

«Bueno, ostias tu suerte Wicho!».- me miró y preguntó.-«¿te han follado el culo puta?»

No, por favor no eso duele mucho!»

«¿Cómo sabes que duele si no lo has hecho?» dijeron casi a coro

Yo dolorida y avergonzada dije que una amiga lo había hecho con su novio y dijo que era terrible!

«Bueno amigo, yo desvirgo este culo, mientras tú le follas la boca, te aseguro que mama como una beba a su biberon!» dijo G a Wicho

«Claro flaco, corresponde. Hay que ponerse a tono y vamos por ella»

«Por favor no más, no más, va a llegar mi mamá» les supliqué llorando y aún tirada en el suelo

«Tu mamá llegá tipo 20:00 horas puta! Seguro te va a llamar tu amiguita para ir a la piscina, podrías invitarla a buscarte así tiramos con ella también, esa seguro es virgen» dijo Wicho

Me asusté no había pensado en eso!

«No por favor no quiero que nadie sepa!»

Justo sonó el teléfono, era mi amiga, G me había levantado y me puso el fono al oído, le dije que tenía un terrible dolor de cabeza que iba a dormir y que en la nochecita iba hasta su casa, que lo pasaran bien, que además mi noviecito estaba en la playa y me daba lata porque iba el pesado de Lalín, mi dijo que bien que nos veíamos, a esa edad no se insiste mucho con las amigas.

Me temblaban las piernas, me soltaron las manos, total ya no tenía más que perder, me llevaron al baño para que me lavara la raja y de nuevo al salón.

«Ya putita a mamar para despertar a tus gozadores, alternando lames y mamas, no te olvides de las bolas!» me ordenó Wicho

Nunca había lamido bolas así que evité hacerlo hasta que G agrarrándome del pelo me dijo:

«Las bolas puta ¿o eres tonta? Pásales la lengua como si fueran helados y con mucho cuidado te las metes en el hocico de puta mamadora y las chupas despacito. Ya ahora!»

Lo hice, olían a sexo las de ambos, más fuertes las de Wicho, se pusieron duras en mi boca y cuando miré sus vergas estaban paradas y listas.

«Yo me siento en ese sillón y la puta se agacha para mamarme, así el culo le queda levantado justo a tu altura flaco»

A empujones y palmazos en las nalgas me hicieron tomar posición, yo no quería y en un momento me escurrí pero de repente Wicho, estiró sus brazos, me levantó, me puso boca abajo en sus piernas y me dió la tunda que nadie me había dado en mi vida, me dejó las nalgas que no las podía tocar, tenía de pesada la mano, que yo terminé pidiendo que me follaran el culo para que no me pegara más.

Así me puse inclinada a mamarle su verga mientras el otro me ensalivaba el ano y su polla y la ponía en la entrada y empezó la tortura de sentirlo romperme el culo a cada empujón que daba G entrando en mi estrecho esfinter que se resistía al intruso provocando la sensación de desgarro. Murmuraba o trataba de hablar, solo sonidos ininteligibles de dolor, súplica y negativa, gritos que no salían era el resultado, pues la polla de Wicho me llenaba la boca y pasaba mi campanilla con su cipote, del pelo me hacía llevar el ritmo. mientras el otro penetraba y penetraba mi intestino, hasta que sentí sus bolas chocar con mi vagina que a pesar del dolor se había humedecido

Por largo rato solo se escuchaban los plash de las bolas chocando con mi jugosa rajita y los jadeos y sonidos guturales de los dos hombres, mis gemidos tenues de calentura. Hasta que se corrieron otra vez en mi boca Wicho y me tragué todo su semen sin rechistar, le había tomado miedo, y dentro de mis tripas una manguera largaba leche caliente. Raramente esta descarga nunca salió de allí. Mis piernas chorreaban mis corridas y jugos. Se quedaron un rato más comiendome las tetas, pero luego G dijo que se tenía que ir a buscar a su noviecita y Wicho dijo que era bastante por ese día.

Antes de irse Wicho me advirtió que si quería le contaba a mi padre lo que me había pasado, si hacía eso seguro mi papá les buscaría para darles un par de balazos e iría a la cárcel, si les contaba a mis mejores amigas iban a saber que era una puta caliente y nadie se juntaría conmigo, si me callaba ellos y yo lo habíamos pasado muy bien y podía repetirse la sesión otro día. Mientra se iban yo temblaba de cansancio y dolor, pero me sentía sucia porque igual había disfrutado.

Me metí bajo la ducha llorando, me lavé por un par de horas hasta que ví que empezaba a oscurecer, mi mamá estaba al llegar con la hermana que la iba a buscar.

Salí del agua, me vestí con un pantalón y una polerita escotada y me dui a la calle, me parecía que todas las personas con las que me crucé sabían que yo era una puta!

Nunca más los ví a los cretinos, tuvieron un accidente y Wicho perdió una pierna, el otro medio pie…¡justicia divina!