
Por
Anónimo
Mi profesora de matemáticas... O no ð???
Confieso, que nunca me había sentido atraído por ella. Sería sucio; es mi profesora de matemáticas.
Un buen día, en una clase de repaso. Se fue al baño, y yo, inocente, me quedé esperando. Al ver que tardaba, fui a ver qué diablos ocurría. Lo que vi, al entre abrir la puerta, aún está en mi memoria.
Sandra, mi adorable profesora, estaba dentro de la ducha, masturbándose con el grifo. Pude verla, a través del espejo. Y, lo que me puso la verga, aún más dura, fue comprobar, que, al pillarme observándola, no de detuvo en ningún momento. Es más, al saberse descubierta, sonrió de medio lado, y comenzó a gemir.
No pude evitar sacarme la polla del pantalón, y masturbarme ante tal Diosa. Nuestros gemidos, inundaban el lugar. Hasta que anuncié que estaba a punto de correrme.
Ella, salió presta del cuarto de baño: «Lo quiero en mi boca», gimió. Cuando me corrí, lo recogió lujuriosamente con sus labios de fresa.
Durante el resto de la tarde, lejos de continuar con la lección de Matemáticas, comenzamos, con la de Anatomía.
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