�Soy una mujer tranquila, sincera, me considero sencilla, y soy pelada, tengo 2 hijos; ya que me estuve casada; pero, la cosa no funcionó (y, a fuerza de ser sincera no sé porque me casé), nos separamos. Al quedar sola comencé a tener relaciones fugaces con diferentes hombres, para no olvidar lo que se siente tener una verga en la vagina, ya parecía puta por la cantidad de hombres que tuve. Como me separé de mi marido quedé sola en la casa (ya que mis hijos vivían con mi madre), y eso me daba la oportunidad de llevarme a coger a los compañeros del trabajo que se me antojara a casa, la cual es muy grande tiene 4 cuartos y me sentía sola. Así que un día puse un anuncio en el periódico de que alquilaba uno de los cuartos, y llegó una pareja de recién casados, entonces mi soledad se convirtió en felicidad; porqué, en el momento que lo vi a él, al que hoy llamaré �mi papi�, sin darme cuenta me enamoré perdidamente, no era ni siquiera lindo; pero tiene un no sé que, lo cual de entrada llamó mi atención, bien dice la frase �no hay feo sin su gracia�, además de que es muy fino en atenciones.

Una noche me levanté a orinar y los escuché teniendo sexo ya que el baño quedaba cerca del cuarto donde vivían hice todo el ruido que pude al lavarme las manos; (ya que el lavadero quedaba a la par del baño), y eso no los detuvo siguieron cogiendo igual, lo cual no sé porque me encambronó, y me calenté como nunca al oírla gemir y bramar con cada orgasmo que experimentaba sentí envidia, como se le escuchaba que gozaba la cogida que estaba recibiendo. Me quedé sentada a un lado de la ventana imaginándome que era yo a quien él pisaba. A partir del siguiente día comencé a abordarlo más seguido cuando sabía que estaba solo en el cuarto sacaba ropa y me ponía a lavar, y cuando no tenía ropa sucia sacaba ropa planchada y la volvía a lavar y mi papi era oyendo que estaba lavando salía a platicar; pero, nunca le vi malicia o insinuación alguna en sus conversaciones. En cambio yo sí, con la mirada le pedía a gritos que me desnudara allí en el lavadero, me pisara y me hiciera gozar como a su mujer; pero, nunca entendió mi mirada. Durante las noches yo seguía yendo a oírlos coger, me acariciaba la concha imaginándome que era mi papi quien me la acariciaba y que era a mí a quien cogía, mojaba toda la concha al oír la a ella como bramaba y gemía. Durante el día y cuando podía con cualquier pretexto rozaba mi cuerpo con el de él, a veces me hacia la adolorida del pié para que el me agarrara de la mano y me ayudara, el objetivo era que me tocara y con eso me conformaba, me encantaba tenerlo cerca de mí, y cuando rezaba por las noches le pedía a DIOS que permitiera que me cogiera una vez y que después de eso me dedicaría a mis hijos y ya no buscaría hombres.

Un día su mujer quedó en cinta y se tuvieron que ir de mi casa porque necesitarían un espacio más grande para la cuna del bebé, sentí que me moría, y volví a quedarme sola otra vez y lo peor y más triste enamorada de mi papi, y creí que DIOS no había escuchado mi pedido. Para mi sorpresa un jueves por la noche me llamó para decirme, que quería verme el siguiente día, que llegaría visitarme ya que sabía que yo descansaba los viernes y yo �pendejamente� en lugar de decirle que sí, le pregunte ¿que si no iba a ir a trabajar? y ¿que para que quería llegar a verme?, a lo cual, gracias a DIOS me dijo que había pedido permiso en el trabajo y que me lo explicaría cuando me estuviéramos juntos. Ese viernes madrugué más que de costumbre, hice la limpieza y barriendo estaba la calle platicando con una vecina cuando apareció, al verlo llegar el corazón me comenzó a palpitar a mil por hora, estaba tan nerviosa que parecía una niña con su primer novio, entramos a la casa, nos sentamos a conversar en el sillón y me pidió que le regalara agua, me siguió hasta la cocina se tomó el agua que le di, estaba tan nerviosa de tenerlo enfrente que le volví a preguntar a que había llegado, entonces se me acercó y me dijo sin tapujos �he venido a pisarla� , no me vaya a decir que no, o me da un vergazo y me voy, o me dice que sí y me deja cogerla, no podía creer lo que había escuchado, al fin me dijo lo que siempre había querido oír de sus labios, me quedé muda y viéndolo fijamente a los ojos y sin decir palabra enredo sus dedos en el pelo de atrás de mi cabeza y me jaló contra su boca y recibí los besos que tantos noches había deseado, abrí lo más que pude la boca para que él acomodara su deliciosa lengua adentro, lo cual hizo, sentía que me desmayaba de la emoción; pero, disfruté como nunca lo había hecho la amontonada que mi papi al fin me estaba dando. Luego me cargo en sus brazos ya que soy bastante delgada y me llevo a la cama, antes de entrar al cuarto le dije que me bajara y me pregunto que si lo iba a correr de la casa, y le contesté ¡! No ¡! quiero cerrar la puerta de la calle lo cual hice, luego, me volvió a cargar y suavemente me acostó en la cama (yo estaba feliz viviendo mi cuento de hadas). Mientras me seguía amontonando y estando encima de mí, con mucha agilidad me desvistió y se desvistió él, y yo como me urgía saborear esa paloma que tantas noches había deseado como loca la tome con mi mano derecha y la coloque en la entrada de mi concha la cual estaba bien mojada, entonces me la empujó y me hizo lograr mi primer y más delicioso orgasmo ya que era el primero que ese hombre me daba siguió moviéndose encima de mí y yo debajo de él, parecía puta con los movimientos que hacia tratando de seguirle el ritmo, logrando una gran cantidad de orgasmos, al fin era yo la que gemía y bramaba como siempre lo había deseado (y no su mujer). De repente sentí como su semen caliente inundaba mi cuca fue tanto lo que me dejo que cuando me levante a lavarme lo fui dejando regado por toda la casa; pero, no me importó ya que después lo limpiaría, nos bañamos, nos secamos y se fue.

En la noche estando sola de nuevo, medité como el hombre que tantas noches solitarias había deseado, me dio ese día el placer más grandioso que ningún hombre había logrado darme ¡! muuuaaa ¡! y fue la mejor cogida de mi vida, fue inolvidable.

Por cosas de la vida mi madre murió y mis hijos regresaron a vivir conmigo, y he cumplido mi palabra por 2 razones: Una por la promesa que le hice a DIOS; y dos porque no le quiero dar mal ejemplo a mis hijos �.