Después de su turbulenta sesión de sexo, los dos estaban exhaustos. Tere fue la primera en levantarse del lecho, donde había sido culiada tan intensamente por ese experto macho. Mirándome con la cara de una suave gatita, me besó con un gesto que no parecía de perdón, sino de agradecimiento, por la forma en que ese hombre la había hecho sentir mujer, delante de mí. Colgada de mi cuello, y acurrucada en un costado de mi pecho, vimos que Fedro se levantó de la cama, y dirigiéndose a mí, solo me dijo: �Gracias Diego por esta señal de confianza� y mirando a mi esposa, moviendo su cabeza de izquierda a derecha, musitó despacio: �Eres�eres la mujer más deseable y sexy de todas las mujeres� Al oír esto, Tere suspiró, y se apretó más a mí. Yo solo sonreí, pues en el fondo pensé, que el que más había disfrutado de los tres, había sido yo.

Luego, de la manera más decidida le dije al mecánico: �Fedro, hiciste un buen trabajo, haz hecho gozar a mi esposa como nunca, y tu eres el primer hombre; fuera de mi, que la ha culiado. Pero es la primera y última vez que lo harás. Como eres nuestro vecino, te pido que no te acerques más a ella, y mucho menos, pretendas nuevamente hacerla tuya. ¿Está claro esto para ti? Fedro me miró; escudriñándome. Cuando leyó en mis ojos quien era yo en verdad, bajó su cabeza, y respetuosamente dijo: �descuida, te prometo que así será� Y se marchó.

Mientras mi esposa se duchaba quedé a solas reflexionando, completamente excitado: �¡¡Rayos!! El mecánico acaba de culiarse a mi mujer, con mi permiso, ¡¡por pedido mío!! ¡¡Que culeada más poderosa le dio; y ella, respondió en la cama como una verdadera hembra arrecha!! Me siento lleno de una emoción distinta, lleno de calor. Esto es el verdadero erotismo, y lo acabo de experimentar, ¡¡Que disfrute, que vuelo sexual tan elevado y morboso!! Pero siento que esto recién empieza. ¿Y Tere? ¡¡Que mujer más deliciosa y sensual!, ¡¡y qué presencia!! ¡¡Tiene los razgos, la edad, y la inexperiencia de una niña; pero el ímpetu sexual, la belleza, y el cuerpo de una rica puta. Además, parece que le encanta la verga!!�

�¡¡Puta!! ¿Y si ella quisiera hacerse puta? ¡¡Que rica, que sensual y erótica experiencia podríamos experimentar juntos, mientras ella se transforma!! ¡¡Mi esposa, mi puta de 16 años!!� Así pensaba yo, cuando ella salió de la ducha, mostrando su refinada desnudez. Se veía fatalmente sexy, la contemplación de sus formas de mujer voluptuosa y carnal era impactante. ¡¡Que hembra tan exquisita, que dirían los hombres al verla con poca ropa, se volverían locos de deseo de tomarla y poseerla!! Ummm�.divagué, y regresé a la realidad.

Al verla le dije: �Eres una hembra primorosa, y tan linda. Ven�.quiero hablar contigo�

– Tere: ¿Si entiendes lo que acaba de pasar en la cama entre tú y Fedro?

– Ella, algo turbada bajó la cabeza diciendo: �Si, si entiendo�

– Yo, para sorpresa de ella, me reí con el mayor de los gustos, y le dije: �¡¡Que cara que pones, no, no te sientas mal para nada!! Ella, al ver mi reacción, incrédula, sonrió aliviada.

– Y, ¿cómo fue al principio cuando conociste a Fedro, que pasó con él?

– �Bueno, yo al principio, cuando vi al vecino Fedro sentí miedo, pero no por él. El es�muy guapo. Yo sentía miedo por mí, por lo que comencé a sentir, por � Porque cuando él estaba trabajando se sacaba su camiseta, y�mostraba su cuerpo. ¡¡El es tan alto�y tan fuerte!! Yo�yo al verlo empecé a sentir cosas�.que por primera vez empecé a sentir�� Al decir esto, ella calló. ¿Qué cosas mi amor? Le interrumpí.

– �O sea�empezó a gustarme como se exhibía, como se movía. Yo� lo veía, y él me hacía señas. Cuando eso pasaba, me metía rápido a la casa. Yo tenía miedo, porque�sentía que tenía calor, la vagina me picaba y ardía, hasta que me di cuenta que lo que yo en realidad quería, era que el�que él me culee. Perdóname que te confiese esto, no es que no te quiera a ti, yo te amo más que a nada en el mundo, lo que pasa es que�no se�a veces pienso mucho en el sexo, siempre me estoy imaginando culiar con otros hombres. Creo que me estoy haciendo demasiado arrecha y viciosa al sexo, porque cuando Fedro me estaba metiendo la verga, ¡¡no quería que me la saque nunca más!! ¡¡Y qué rica esa vergota, que rica la verga de los hombres!!� ¡¡Ohhh�Diego, porque siento esto!! �¡¡Ahh�mi pequeña Puta� dije dentro de mí, y la abracé.

– �Ahora dime, ¿Disfrutaste, que hiciste, que sentiste, y que sientes? Habla con toda confianza, soy tu marido, pero también tu amigo�

– Mi esposa, con cierto desconcierto comenzó a decir: �Cuando él me tocó y me besó la primera vez, casi me volví loca de deseo de él, pero no sabía qué hacer, así que cuando me pediste que me vista de esa manera tan deshonesta, a mi me encantó, porque yo también quería mostrarle mi cuerpo, como diciéndole: Esta soy yo, estoy rica, soy una hembrota, mírame. Pero me gustó especialmente cuando salí con ese vestidito rojo. Yo estaba loca en ese rato, quería que el piense que soy una prostituta, que me estaba ofreciendo para él, y que podía llegar a mí, cuando él me quiera tomar. Por eso, cuando tu diste el permiso para que él se acueste conmigo, yo no quería creerlo, sentí una emoción tremenda, me sentía temblar como una hojita, en medio de un incendio. Ya pues, cuando vi esa verga grandota, lo único que se ocurrió es agacharme para mamarla, como tú me enseñaste, ¡¡que rico!! Después, cuando me besaba y mamaba todita yo estaba como en las nubes, y cuando me corrió sus dedos en la vagina, y tuve el primer orgasmo; riquísimo, parecía que nunca iba a acabar. Pero lo mejor de todo fue cuando me acomodó para meterme la verga: Me cogió con fuerza de la nuca, y puso su mano detrás de mi espalda, apretando mi cintura; dominándome, como si me empezara a violar�Yo sentí eso. Y Después� ¡¡Ay nooo�!! Me comenzó a penetrar despacito, mirándome a los ojos, haciéndome sentir bien mujer, hasta que me la metió todita. Yo sentía esa vergota inmensa como si la tuviera dentro del pecho, me sentía llena, apretadita, de él. Hasta que empezó a bombearme con fuerza�y con más fuerza, y más, y más, y más, hasta que empecé a sentirme como si fuera una puta, sentía que estaba en el cuarto de un Nigh Club, excitadísima, culiando con un cliente. Por eso, completamente perdida le grite a Fedro:¡¡Me siento una Puta�me siento una puta!! ¡¡Soy tu Puta, soy tuya, soy tuya, soy tu Puta!! ¡¡Que ricooooooo�soy una putaaaaaa!!

– Yo, impresionado por su confesión, la abracé diciéndole: �Mi hermosa niña. Eres una culiona inexperta�una pequeña Puta�

– ¿tú crees, tú crees que yo soy una puta?

– No, no eres una puta, las putas cobran dinero por culiar, pero hay otras ricas hembras que culean porque les gusta, a ellas también se les dice Putas. A ti simplemente te ha comenzado a gustar la verga, muy fuertemente. Ahora dime: ¿Te gustaría culiar con otro hombre más?�

– Al oír está loca pregunta mía, ella quedó en silencio, y mirándome con ilusión me dijo: � ¿tú crees?

– Sí, quiero verte en acción otra vez, pero será en cualquier momento; ahora, quiero hacerte conocer muchas cosas y sitios, que vayas cogiendo experiencia. Mañana empezamos, te llevaré a bailar.

– �¡¡Oh, sí, si mi amor!!� Me dijo entusiasmada, colgada de mi, y besándome.

Al otro día, recorrimos las calles de la ciudad en nuestro automóvil, le iba mostrando a Tere los locales de baile, los sitios donde beber unos tragos, enfilamos luego a la Zona Rosa; donde se arremolinan las chichas y chicos en busca de aventuras; y después, a las zonas de prostíbulos, cabarets, y Nigh club, lugares donde las putas profesionales exponen su belleza, en busca de clientes. Tere contemplaba todo con especial interés y embeleso.

Nos fuimos primero al �Roura�, tomando en una de las mesas del paseo peatonal unas cervezas �Corona� con piscas de sal. Los turistas paseaban, embelesados. Mi esposa parecía algo aburrida, así que la llevé al �Sea Discotec� donde bailamos a todo vapor. Debo decir, que no hay bailarina más graciosa que mi chica, y bailando Salsa no tiene comparación, porque el ritmo del Caribe ella lo tiene en la sangre y en el cuerpo, se sabe todos los pasos de este caliente ritmo; que es de paso, el único ritmo que se escucha en los prostíbulos, donde �Las papas queman�. Durante todas las noches de esa semana Tere bailo todo lo que quiso, y en todos los sitios, su ritmo, su belleza y su cuerpo, fueron el centro de atracción.

Bien, le dije sonriendo, es hora de que conozcas unos sitios más tibios. Ponte algo sexy, pero serio. Y claro, todas las mujeres saben que es eso, así que mi loca compinche se plantó un vestido color canela claro, que parecía un forro apretando su cuerpo, pero que le llegaba a las rodillas. Ya pueden imaginarse ustedes: Tere, con todas sus abundancias y curvas, y esas nalgas tan exuberantes, parecía que estaba desnuda, pues ese es el color de su piel. ¡¡Y no es mentira lo que cuento!!El color de ese vestido tan ceñido, era el mismo color de su piel!! Así que, cuando entramos a los tres locales que visitamos esa noche, todos los presentes tuvieron la misma ilusión óptica, y decían: �¡¡Mira esa hermosa mujer, está desnuda!!� Y empezó el alboroto de los zánganos más audaces, que pidiéndome permiso, se disputaban a mordidas el honor de bailar con esa bellísima hembra, que para muchas mujeres allí presentes era la viva imagen de la indecencia, en tanto que otras suspiraban por ser tan buena y atrevida como ella.

Tere pareció disfrutar mucho de estos ambientes, pero no estaba tan completamente satisfecha, pues en algún otro momento me dio a entender, que a ella le faltaba por conocer algo más�distinto.

Cuando la vi así, le dije: �¿Que tienes?�

– �Nada, nada, solo que�. ¿no podemos ir a un sitio más�alegre?�

– Yo, tratando de entender lo que ni ella misma sabía, pero parecía necesitar, le respondí: �Si, si hay un sitio así. Entonces, ponte algo sexy y atrevido, pero no tanto�

– Ella pareció adivinar lo que yo quise decirle, pues asomó con un mini-vestido fucsia, que le llegaba a medio muslo, y que la hacía ver muy coqueta, y algo Puta. �Vamos, iremos al �refugio de Felisa� le dije, y la loca de Tere salió de casa, latiéndole el corazón a toda prisa.

El �Refugio de Felisa� no es sino un lugar muy guardado, frecuentado por hombres adinerados, que andaban en busca de chicas bellas, en busca de plata y oportunidades. El lugar perfecto para flirtear, y pasar el rato, antes de ocupar los Moteles cercanos. Al entrar vimos muchas mujeres; muy lindas todas, y chicos y maduros guapos, que circulaban de mesa en mesa, o en el amplio mostrador del bar. Había un ambiente de conquista, y de sexo. Tere se prendió de inmediato.

Al entrar, todas las miradas estaban puestas sobre la hermosa y joven golfa que había llegado. Buscamos un lugar dispuesto con cómodos sofás, y pedí whisky para mí, y para ella un coctel muy cargado. Al poco tiempo, empezaron a llover las peticiones de baile para mi joven zorra, y luego de mi aprobación, salía mi niña, para dar una vertiginosa lección de buen bailar a todas las chicas �light� presentes. Pero de todos los pretendientes, uno de ellos; el más guapo de todos, flecho el inexperto corazón de esta, mi deliciosa volantuza, el cual; muy lanzado, terminó sentándose con nosotros.

El baile, la música, y los constantes cocteles, terminaron por hacer lo suyo, y mi joven esposa se mostraba ya sumamente exaltada y encendida. Las miradas entre los dos se hicieron cada ves más frecuentes y quemantes. La imagen de Tere era la del sexo mismo, y no tardó el hombre en tomarla de la mano en mi presencia, y luego; recorrer con lascivia las poderosas y torneadas curvas de ella, que se hallaban totalmente al descubierto debido al pequeño tamaño de su falda. Finalmente, la tomó con fuerza, y comenzó a besarla en la boca con una pasión inusitada, mientras en casi todas las mesas, otras parejas hacían lo mismo. Mi esposa estaba jadeante, y correspondía a las caricias y los besos con todo su ardor.

Yo interrumpí la ardorosa escena, y dirigiéndome al apuesto y elegante joven, le dije:

– �¿quieres culiar con mi mujer?�

– �¡¡¿Qué, ella es su esposa?!!� Dijo, muy sorprendido, el distinguido mamarracho.

– �¿Qué, no has entendido lo que te acabo de preguntar?, ¿deseas culiarla?�

– Y el tipo, de manera atónita, pero muy rápida contestó: �¡¡Si, si señor!!�

– Y dirigiéndome a mi alocada chiquilla le solté en el rostro: �te veo muy excitada, y muy puta, ¿quieres culiar con esté?�

– Ella, muy asustada, y dándose cuenta de lo que había estado haciendo en mi delante, se apresuró en decir: �¡¡Por favor, por favor, discúlpame!!�

– �Yo no estoy bromeando, ni estoy aceptando disculpas de nadie, solo quiero que me respondas: ¿Tienes deseos de verga? Y ella, pasmada; pero excitada y provocada como estaba solo dijo: �SI�

– Salimos apresuradamente los tres, subimos al carro y arranqué, aparcando unos doscientos metros más adelante, en un área oscura.

– �Pásate atrás� le ordené a la puta. Ella, como autómata, y mirándome con cierto temor, abrió la portezuela trasera, y se sentó al lado del hombre, a quien regresé a ver diciéndole con fuerza: �¡¡CULÈALA!!�

El sujeto sin desvestirla, le saco su prenda interior, se sacó sus pantalones, y de inmediato le soterró la verga con tanta vehemencia y prisa, que 2 minutos después oí como se corría diciendo: �Ah, ah, ah�.� Luego, el silencio.

– �Que pasó�, le dije con cierta ironía, �¿Ya?� �SI,YA SEÑOR�� me dijo el tonto

– �¡¡Bájate, bájate de mi carro!!� Y el asustado sujeto se bajó presuroso, y desapareció en la oscuridad.

Sin mirar a la puta, arranqué muy tranquilamente, llegando a la casa en silencio�CONTINUARÀ (La pequeña puta, arrepentida busca el fuego)