Hace varios años, cuando iba a clases de inglés porque quería mejorar mi nivel… lo que yo no sabia era lo que me esperaba allí.

El primer día apenas hable con mis compañeros, eramos 8, casi todos de mi edad incluso habian dos mayores que yo, excepto Alex su aun seguía llendo al instituto. Las que mas me llamaron la atención fueron Delia e Irina.

Me daba un poco de vergüenza hablar con ellas, yo era alto, moreno latino, un poco gordito , tímido e inseguro conmigo mismo y hacia poco en un acto de rebeldía me había echo un pircing en la punta de la lengua que la atravesaba de lado a lado.

Siempre me sentaba con Delia ya que íbamos a la misma universidad pero en diferente clase, era morena, pelo largo, un poquito gordita, poco culo y muchas tetas. Pero tenía una sonrisa muy bonita y bien cuidada. Ella era bastante madura e iba bastante a su bola y simpre me picaba llevándome la contraria, eso me jode mucho, pero a la vez me gustaba y me reía bastante con ella.

Irina era diferente, mas niñata, la típica que repetía varias veces el bachiller. A ella le gustaba un chico, pero el solo la hacia sufrir y pasar malos ratos. Menos mal que tampoco duraron mucho. Irina era ucraniana, rubia de grandes ojos azules, delgada, bajita, con nariz respingona, culo pequeñito y pocas tetas.

Cuando ya llevaba algunas semanas yendo a clase solía hablar mas con Irina y Delia que con los demás, incluso chateaba con ellas e intenba ligar un poco, pero con Delia no funcionaba, pero con Irina si.

Una fría tarde de principio de diciembre llegue a las 5 a clases, no tenia ganas, en la puerta solo estaba Irina y tampoco tenia ganas.

-Hola Irina , que tal estas ?

– Hola Jorge, aquí me ves sin ganas de estar aquí y menos de ir a clase.

– Ya somos dos -rei y puse sonrisa picara, a Irina le encantba-

-¿Que te parece si no entramos y damos una vuelta ?

No se porque lo dije, me puse rojo como un tomate y para mi sorpresa ella acepto.

Fuimos al paseo maritimo y hablamos de los estudios, ella no era muy buena ni yo tampoco, luchábamos por no suspender mas que por sacar notazas.

Irina fue la que me pregunto que si tenia novia, le dije que no y ya que pasaba por una mala racha. Yo también se lo pregunté y me dijo que no.

Fuimos andando hasta el centro mientras ella me hablaba de sexo y yo me esforzaba mas por no mostrar mi erección que de darle mas cuerda para hablar, de pronto paro en un portal.

-Jorge yo vivo aquí en el tercer piso, si quiere subimos que hace frío. – Me dijo quitándose los guantes.

-Vale, te sigo. – le dije quitándome el gorro.

Irina metió su mano al pantalón y saco las llaves, entramos y subimos por las escaleras, mientras ella subia delante mía yo miraba embobado ese leggin negro y bastante subido, que le marcaba el culito y hasta esa pequeña cuevita que tenia ganas de comerme.

Ya en su casa me dio una lata de sprite con unos cacahuetes y nos sentamos a ver televisión en el mismo sofa y al verme comer se dio cuenta de mi pircing.

-No, no, no, no-gritaba con exclamación. -Es enserio ? Yo quiero verlo.

Me reí y se lo enseñe. Me contó que ella nunca había besado a nadie con un pircing en la lengua.

– Eso al besarte tiene que dar mucho gustito. – Me dijo riéndose

– Irina esto no es para besar es para… -movi mi lengua de un lado a otro como si estuviera haciendo un cunnilingus. Y solté una gran carcajada y ella otra, se puso roja y se levanto a por otras latas.

Al volver me dijo:

– Quiero que me prometas una cosa.- me lo dijo con cara seria, pero esta vez sin chaqueta solo con una camiseta blanca de un león estampado que le colgaba de un hombro.

– Claro! dime ? – Pensé que me iba a desvelar un secreto de su ex o algo por el estilo.

– Esuque veras Jorge… tu me caes genial… contigo puedo ser yo misma… y estoy teniendo mucha confianza contigo. – Me lo dijo mientras rizaba su pelo entre sus dedos con una bonita manicura color azul.

– Irina tu también me caes muy bien. ¿ quieres pedirme algo ? -Me esperaba casi cualquier cosa.

Irina se fue acercando y me dio un pequeño pico en los labio, me pilló con la guardia baja.

– ¿Te ha parecido raro no ? Mierda… no tendría que haberlo hecho – Lo dijo un poco sonrojada

La calle con un beso, fue estupendo, era apasionado y calido.

Despues de 10 minutos bessndonos, Irina no dejaba de jugar con mi lengua y con las perlitas que tenia a cada lado.

Mientras la besaba la agarre por la cintura y la subí a mis piernas (No pesaba mas de 60 kilo) ella abrió sus piernas y se acomodo mientras yo le tocaba ese culito al que antes miraba embobado.

Ella llevaba la iniciativa y me quito las dos camisetas grises que llevaba, y me mordió el cuello, gemí y ella se empezó a reír mientras me mordía el cuello. Yo estaba fuera de control y con una grandisina erección que casi me explota ahí dentro del pantalón.

Le quite su camisetas y pude ver ese sujetador blanco, y empecé a acariciar suavemnte sus pechos, luego también le quite el sujetador… por fin veía esas ya no tan pequeñas tetas con una aureola más bien grande y con los pezones mas bien cortos. Me daba igual, empecé a chuparlas como nunca antes lo había echo, ella gemía y yo más cachondo me ponía.

Hasta que le mordi los pezones, me abrazo y me pego a su pecho mientras me arañaba la espalda.

De un momento a otro me dijo que parara. Se levanto y se arrodillo, me quite el pantalón, era diciembre así que no me quite los calcetines. Ella metió su mano en mi calzoncillo, menos mal que me había depilado el día anterior, y se metió mi polla a su boca. Recoste mi espalda sobre el sofá.

– »Hagale» mamita que todo eso es suyo. – Se lo dije con acento latino.

Se empezó a reír y de un momento a otro se trago mis 16 cm de pene mientras yo ponía bizcos con mis ojos.

Me la chupo durante dos o tres minutos. Nunca en mi vida había estado tan caliente, ella chupaba como una maquina sin parar, llegue a tal punto que le dije que parara porque sino me iba a correr en su boca y no quería que eso acabara tan rapido.

Irina se levanto y le empecé a bajar los leggins mientras ella se quitaba sus converse blancas, tenia unas bragas negras, seguro que tenia alguna mas sexy pero todo paso de un momento a otro, se me hacia la boca agua mientras imaginaba ese clitoris entre mis labios mientras ella gemía del placer.

Se acostó en el sofá y empecé a besar sus bonitos muslos, depilados y de una terersa piel blanca. Me fui acercando a la mitad de sus muslos y los emepece a morder suavemente el interior de ellos mientras ella agarraba mi pelo y me quitaba la gomina. Le fui quitando sus braguitas negras y vi esos preciosos labios jugosos y un poquito rojos. Nada mas tocarlos se sentian sus fluidos pegajosos.

Le sople suavemente antes de empezar a chupar y vi como su pequeño clitoris se estaba inflando lentamente, ahí estaba mas cachondo que en toda mi vida y cada vez me ponía mas y mas cachondo.

Le di dos o tes besos a sus labios y empezó mi recital, no era un experto ni tampoco ahora, pero tenía las bases de una buena técnica, primero me centre en sus labios y en introducirle mi lengua en su vagina que era bastante estrecha, Irina no había tenido muchas relaciones sexuales. Seguí así mientras ella apretaba sus muslos contra mi cabeza y me agarraba de las orejas.

– Ahí Jorge… – dijo en pequeño gemido. Era el momento.

Fui directo a su clitoris, era saladito gracias a la sus flujos vaginales, le di un par de toquecitos con la parte suave de debajo de mi lengua y fui alternando velocidad y ritmo. Poco a poco metí también la parte rugosa de mi lengua y ahi también entro en juego mi pircing.

Irina gemía como una loca no creí que se fuera a poner asi. Mientras mas gemía yo mas cachondo me ponía.

Para finalizar le di unos cuantos mordisquitos a ese clitoris mientras introducía dos dedos.

Me levante, la agarre de la mano y la bese, le mordi el labio inferior, parece que estuviera medio dormida, me senté y abrí bien mis piernas y ella se sentó encima mia, abrió sus piernas y poco a poco se dejo caer mientras mi pene se iba introduciendo.

No se lo metió todo al principio, luego empezó a mover esas pequeñas caderas de adelante a atrás mientras me besaba como si no hubiera mañana y poco a poco se le fue introduciendo todo mi pene.

Estaba tan cachondo que casi toda mi sangre estaba en mi pene, aguantando el movímviento de Irina , que no me puse un preservativo.

Agarre a Irina de su cintura y le dije que se diera la vuelta, al hacerlo, ella empezó a dar brincos mientras mi pene de cabeza roja seguía metido entre sus piernas. Cogí y metí dos dedos en mi boca y luego con ellos volví a acariciar su clitoris. Irina se fue cansando y se dejo caer sobre mi y ahí fue cuando emepece yo a mover mis caderas mientras le acariciaba esa pequeña perla que tenia por clitoris.

Pasaron dos o tres minutos cuando ella me dijo que se queria poner en cuatro, acepte encantado. Se levanto y me dijo que fueramos a su cuarto. Nada mas entrar vi que tenía ropa tirada por todas partes y en bastante abundacia mientras un leve rayo de luz alumbraba la cama de flores moradas. No le dije nada y se puso en cuatro en su cama y la penetre.

La agarre de su muslos y la emepece a mover al ritmo que me daba la gana, fui variando hasta que me dijo que mantuviera ese ritmo y le hice una pregunta entre jadeo y jadeo

– Irina , lo has echo alguna vez por el culo ? – Le pregunte esperando un »si» por respuesta

Me dijo que si, pero que solo dos o tres veces. Y que en el segundo cajón al fondo de su mesita de noche tenia un lubricante. Fui a por el, no quedaba gran cosas, pero bueno mejor eso que nada.

Al coger el bote leí »piña colada» y me asombró el nivel que había llegado una cría que no superaba los veinte años.

Me metí los dedos en la boca y luego me puse un poquito de lubricante y por curiosidad lo probre… si sabe a piña colada. Cuando me quise dar cuenta Irina me estaba mirando bastante sorprendida con esos grandes ojos azules.

No me aguante la risa y le dije que se pusiera en cuatro, acto seguido le empecé a introducir mis dedos en su pequeño ano que puso un poquito de resitencia. Cuando ya estaba bien lubricado le dije a Irina .

– Irina si te duele, te molensta o algo me lo dices, vale ?

Su respuesta no se hizo esperar…

– Vale tu mete que yo te aviso si algo.

– Dios que juventud – dije mientras suspiraba.

– Jorge venga mete… – cuando iba a decir el segundo »mete» se quedo a la mitad porque la empecé a penetrar lentamente para que no le doliera.

Podía ver como agarraba la funda del nórdico del ikea con sus manos mientras mi pene entraba con alguna que otra dificultad mientras Irina gemia . Seguí aplicando lubricante y mientras mi pene entraba y salía y Irina gemía.

Fue lento, mas de lo que esperaba, pero ya estaba toda dentro, me encantaba ese tacto rugoso que tiene un esfinter apenas penetrado con atenrioridad. Le dije a Irina que se acostaran y abriera bien las piernas mientras yo movia mi culo para panetrarla lentamente.

Era una imagen digna de ver, su hermosa piel tersa se ponia de gallina devido al sexo al anal mientras la poca luz que entraba por la cortina le hacia resaltar el tono blanco de su piel. Se la saque y vi que su ano estaba bastante dilatado. Le de varios besos en su espalda y me acoste, ella me dio la espalda y se sento dejándose caer demasiado rápido sobre mi pene, se lastimo un poquito, nada grave menos mal.

Empezó a mover sus caderas otra vez, hacia movimientos circulares mientras yo con una mano la sujetaba por debajo de las costillas y con la otra le acariciaba su clitoris. Ella solo gemía y aveces soltaba algo en ucraniano.

Note que ya me iba a correr y se lo dije para hacer la marcha atrás, la volví a poner en cuatro y me dijo al acabar un gemido:

– No importa, tu sigue, da igual que te corras dentro. – lo dijo gimiendo

No me lo creia, pero el momento lo valía la pena, aumente el ritmo y con una mano le puse la cabeza sobre una camiseta roja para que la mordiera.

Menos de un minuto después me corri dentro de ese culito, me salio bastante, no quiero ni imaginar la cara que puse al eyacular.

Estaba exhausto y me acosté en la cama y le dije a Irina que que quedara conmigo, pero fue al baño, no tardo mucho y se metió en la cama conmigo y nos abrazamos… le di un beso y le dije que me había encantado… que nunca lo había echo de ese modo y menos con ese final.

Ella sonrió y me dijo que teníamos que volver a repetirlo.

Me le acurruque como un niño pequeño sobre su pecho, yo por esa época le sacaba casi dos cabezas y mas de treinta kilos, la abrace y vi como un pezon todavía estaba ligeramente erecto, me le acerque y lo empecé a chupar.

– Jorge para… estoy cansada y quiero dormir, si quieres luego lo repetimos. – Dijo suavemente mientras se daba la vuelta y me daba la espalda.

No dije nada y ella lo noto, se giro, me dio un tierno beso y me agarro la mano la mano y se acurrucó conmigo mientras abrazaba mi brazo como un peluche.

Lo siguiente que recuerdo es una llamada de mi padre preguntado que donde estaba. Hacia mas de una hora que estaba durmiendo. Me levante a buscar mi ropa y Irina estaba haciendo deberes de ingles, Delia le había dicho que tenia que hacer.

Fui por mi ropa mientras ella me miraba con sus gafas hipster de leer de cerca.

– Tu ropa esta detrás del sofá, seguro que con lo de antes las tiraste por ahi. Me dijo mientras me miraba por encima de las gafas, con un boligrago en la boca y con sonrisa picarona.

– Irina me falta una de las camisetas… las has visto ? Es que es mi favorita… – Le dije mientras me ponía el vaquero y buscaba mis zapatillas.

– Toma, es esta. Esta fue lo primero que vi. – Acto seguido se levanto de la alfombra donde estaba sentada, solo tenia una camiseta gris de primark con estampado una hermosa playa »san Antonio, texas». Le llegaba justo a tapar su lencería, si llevaba claro.

Se me acerco, me rodeo con sus brazos y me beso. Era un beso de película, hasta el mejor de mi vida.

Le agarre ese culito y la levante, ella entrelazo sus piernas a mi cuerpo… pero eso ya es otra historia

FIN