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Anónimo

junio 26, 2025

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Me divorcié y fue lo mejor

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Vivía con mi esposo y mi hijo pero todo iba mal, me divorcié porque en mi matrimonio sufría violencia por parte de mi ex esposo al compararme con otras mujeres, al ver a otras mujeres y tomarle fotos en mi presencia, eso realmente me dolía, me hacía sentir como si no valiera o no existiera para él, incluso llegué a cacharlo con una muchacha que a simple vista se veía muy interesada en lo material y por miedo a no estar sola o que me dejara, me dejaba manipular y seguía siendo su sirvienta en casa, parecía mas eso que su propia esposa.

Ya no tenía diálogo o intimidad, solo discusiones y lo peor, es que mi hijo de 17 años aún está por el mismo camino. Me decía que era fea, obesa, que no era tan bonita o sabrosa como las mamás de sus amigos, que le avergonzaba que una estilista gorda sea su mamá, a tal grado de negarme a mi, su propia madre, diciendo que esa gorda es la criada y me tomaba atribuciones que no me correspondían. Muchas noches lloré por mi situación, no tengo muchas amigas sino una pero en Estados Unidos a quien le contaba todo y solo me apoyaba por audios.

También clientas, pero estaba segura de que hablaban a mis espaldas cosas humillantes pero por mi buen servicio de estilista, me elegían siempre. Yo, de baja estatura, gordita con lonjas, papada y celulitis en las piernas. Le dediqué más tiempo a mi ex esposo e hijo que a mí y a mi salud, vivía un infierno.

Tras divorciarme, el juez dictaminó que mi ex esposo debía darme tal cantidad de dinero por haber sido su esposa, más los abusos psicológicos y violencia que él ejercía conmigo y con ello, una propiedad a mi nombre para que viviera. Tras mi divorcio y el odio de mi ex esposo, mi hijo decidió irse a vivir con él a otra ciudad Completamente sola, con dinero y una nueva casa, era un nuevo cambio.

Pasó un año en el cuál aprendí lo de amor propio, darme a respetar, hacer ejercicio y con la ayuda de mi amiga que no me dejó sola en mi proceso de divorcio y al mismo tiempo de mi evolución. Me volví de mente abierta, darme a desear, levantar interés en hombres jóvenes, volver a tener una vida sexual activa. Pasó un año en los que realicé ejercicios de cardio, sentadillas, abdomen, ejercicios para tonificar mi cuerpo y junto con ello, cuidar mi piel. Llegué a perder cuarenta kilos aproximadamente, pasé de pesar 93 kilos (Sobrepeso nivel uno) a pesar 50 kilos, mi piel más suave sin celulitis y yo era otra literalmente, nada que ver con la mujer que se divorció y sufría.

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