Por

Anónimo

septiembre 14, 2014

2154 Vistas

septiembre 14, 2014

2154 Vistas

LES CONTARE LA HISTORIA DE LA NEGROTA LINDA (O SEA

0
(0)

Vivo en el campo junto con mi marido y mi hijo, cerca de la casa de mi familia, él trabajaba toda la semana lo veo los fines de semana y en ocasiones el trabajo lo llevaba tan lejos (es albañil), que pasábamos semanas sin vernos y durante ese tiempo no tenía dinero, por lo que tenía que recurrir a la caridad de mi familia para alimentarnos con mi niño. Razón por la que un día decidí buscar trabajo y de lo único que encontré (por mi falta de preparación académica), fue de sirvienta, para cuidar a un niño de la misma edad de mi hijo, del cual me encariñe mucho.

Comencé a trabajar, estaba feliz de estar ganándome mi dinerito para mi hijo y para mí, los señores me trataban bien; tan bien, que poco a poco comencé a sentir atracción por el señor de la casa ya que él era muy cariñoso, respetuoso, amable y atento conmigo, era tooodoooo lo contrario a mi marido quien es campesino, ignorante, brusco, tosco, ordinario ; pero, debo aclarar que si ese hombre me gustaba no era porque no tuviera pretendientes (ya que esos me sobraban), aparecieron desde el primer día que llegué a trabajar y me decía �estos creen que ando con la cuca en la mano ofreciéndola�; pero, uno de ellos me logró entusiasmar un par de días y resultó que su forma de ser, se parecía a la de mi marido, por lo que terminé con él.

Como les decía comencé a sentir atracción por el señor de la casa, se convirtió en mi amor, por la forma linda de como se dirigía hacia mí, cuando le pregunté que si me tenía que poner uniforme de sirvienta me dijo que no, ya que ellos me consideraban parte de la familia. Entonces comencé a vestirme como lo hacía en mi casa, con la ropa que mi marido me había comprado, usaba pantalones, faldas y blusas pegaditas al cuerpo ya que a mi marido así le gustaba que me vistiera solo de ese tipo de ropa tenia, con esa ropa se me marcaba todo mi bonito cuerpo y me hacía resultar la gran cuca que tengo, esa era una de las razones por las cuales me salían tantos pretendientes (hasta un hermano de la señora que era casado me quería coger), también se me veían mis paraditas y bonitas nalgas, las blusas escotadas me hacían resaltar las tetas que estaban algo grandes porque como madre que soy ya había dado de mamar a mi niño (y a mi marido también); pero, yo estaba feliz en mi nueva vida.

La casa donde vivíamos era tan pequeña y las paredes tan delgadas que en la noche todo se escuchaba fuerte y claro por muy suavecito que la gente hablara, y casi todas las noches ella le pedía a mi amor que la cogiera, y él la complacía. Cuando cogían yo me excitaba mucho porque escuchaba bien claro todo lo que hacían, acercaba el oído a la pared de mi cuarto y me calentaba tanto al oírla gemir, jadear y bramar (ya que esa pared dividía los 2 cuartos), entonces me iba a, acostar en un sillón que estaba cerca de la puerta del cuarto de ellos, y me daba yo sola placer acariciándome el clítoris, me mamaba las tetas, las apretaba con las manos, me masturbaba metiéndome 2 dedos en mi concha tanta era la desesperación por que mi amor me hiciera a mí lo mismo que le estaba haciendo a ella, cuando lograba provocarme orgasmos me mordía los labios para que no escucharan mis gemidos, ya que como les dije en el silencio de la noche todo se escuchaba.

Los días fueron pasando y yo creía que a mi amor mi forma de vestir no lo excitaba en lo más mínimo y que le era indiferente, y el problema era que a medida que pasaban los días yo me entusiasmaba más y más, me estaba enamorando cada vez más de él. Cierto día lo pesqué viéndome disimuladamente mis paradas nalgas y me di cuenta que le gustaban, andaba con una falda rosada de tela estrech que se me ceñía a la cuca y a las nalgas todo me resaltaba y se me veían grandes, y él ni cuenta se dio de que lo había visto hipnotizado viéndome las nalgas y el mico, y yo feliz por lo que había pasado, días después le comenté lo que vi, se sonrojo y se disculpó; pero, le dije que no se sintiera mal por eso, que no le estaba reclamando nada y que no se lo comentaría a su esposa. A partir de ese día platicamos más; es decir, nos acercamos más.

En el mes del cumpleaños de mi amor vino de EE UU un hermano a celebrárselo; el día del cumpleaños salieron en la tarde a jugar futbol y cuando regresaron ya estaba oscuro, yo estaba en el patio de la casa asando carne para la cena, iban todos sudados, sucios y dijeron que se bañarían, se bañó y cuando salió del baño (solo estábamos ellos 2 y yo), entró su hermano a bañarse, entonces se me acercó por la espalda y me dijo muy cerca del oído, no me va a dar mi abrazo de cumpleaños (me bajó por toda la columna una descarga eléctrica que me puso todos; pero, toditititos los pelos de punta), con cierto temor me di la vuelta y medio lo abracé, entonces me dijo �no, yo quiero un verdadero abrazo�, lo volví a abrazar, entonces me abrazó por la cintura, y estando abrazados, ambos nos buscamos las bocas dándonos un apasionado, soñado, delicioso, sabroso, rico y tan deseado beso, fue maravilloso al fin saboreaba los labios de mi amor que tanto había deseado probar; pero, recordé que se estaba bañando el hermano, lo separé de mí y le pedí que se fuera y me dejara sola para no despertar sospechas, no dormí esa noche de la emoción pensando en lo que me había pasado, como si fuera la primera vez que me besaba un hombre.

A partir del siguiente día tomando todas las precauciones (para no ser descubiertos), comenzamos a coger (pero, antas le pedí que por favor tuviera cuidado para que no me fuera a preñar, ya que si eso sucedía ambos tendríamos serios problemas con nuestras parejas y me dijo que no me preocupara ya que eso no iba a suceder), yo gozaba esas cogidas que nos dábamos, las disfrutaba como loca, hacerlo con mi amor era total y completamente diferente a hacerlo con mi marido, mi amor me hacia lo que le pedía. Le rogaba que me mamara el mico y que me dejara mamarle la verga (como le pedía eso a mi marido, ni en sueños lo podía hacer), me cogía donde, como y cuando se lo pedía, (claro siempre y cuando estuviéramos solos) lo hicimos en la cama donde dormía con su mujer, en la mesa del comedor, le pedía que se sentara en una de las sillas del comedor y me le subía, en el suelo, en el lavadero, en el toilette, en la casa había una mini bodega donde se guardaba la ropa limpia y lo hicimos encima de la ropa lavada, en el sillón donde me masturbaba, en mi cama, en fin ocupamos casi toda la casa para pisar, me complacía todos mis locuras sexuales. Cierto día me dijo �hasta hoy reina linda le he complacido todos sus deseos ¿verdad que si?, ahora quiero que me complazca a mí un deseo que siempre he tenido y que no he podido hacer porque mi mujer no ha querido� yo, presentía lo que queria y tenía miedo de que me lo pidiera; pero, lo quería complacer en todo, por 2 cosas: la primera era mi amor quien me lo pedía y la segunda él me complacía en todo lo que yo le pedía, y mi temor se hizo realidad ya se imaginaran lo que me pidió, ¡ adivinaron ¡ �me pidió el culo�. A lo cual en un principio opuse resistencia y le dije que dolía mucho (le dije que mi marido ya lo había intentado y no lo había logrado), y me dijo que probáramos, que me lo iba a hacer de tal manera que no me iba a doler y me iba a gustar, me convenció y le dije que si lograba meter la verga en mi culo, este sería de él, igual que mi cuca. En una de esas tantas cogidas que nos dimos me dijo hoy la voy a intentar meter a ver si puedo, y yo toda nerviosa me acomodé para que la metiera y de una forma lenta, tierna y cariñosa me la metió toda, sentí como su cabeza me rompía el culo y experimenté un dolor tan rico e inexplicable, el cual me gusto. Comenzó a moverse suavemente hasta que mi culo se adaptó a su verga y comencé a bramar como loca, que razón tuvo cuando me dijo que me gustaría, ¡que sabroso es tener sexo por el culo ¡ eso es delicioso (mi amor disfrutaba lo que mi marido tantas veces quiso y no lo pudo lograr). A partir de ese día siempre que cogíamos me la metía atrás y de esa forma nos gozamos sexualmente durante 2 años sin que nadie se diera cuenta de nuestra relación.

Un día nos jodimos mi amor y yo, ya que mi marido se cambió de empresa para estar más cerca de nosotros; en su nuevo trabajo viajaría todos los días por lo que me pidió que dejara de trabajar para que lo pudiera atender. Con el dolor de mi alma dejè el trabajo y a mi adorado amor, sabía que el día que me fuera de esa casa lo perdería para siempre, el último día que estuve allí nos dimos la última amontonada, el último abrazo y la última cogida, la de despedida, después lloramos juntos, decidimos no mantenernos en contacto para no ocasionarnos problemas y nos despedimos. En la noche lloré en silencio (para que no me oyeran), como una niña recordando que era la última noche que pasaba en la casa donde había conocido, disfrutado, gozado, bramado y gemido junto con mi amor.

Con el tiempo me enteré que se había separado de su mujer; un día me lo encontré y solo nos saludamos, ambos sabíamos que todo lo lindo que vivimos juntos quedó encerrado entre las cuatro paredes de esa casa, donde pasamos momentos maravillosos e inolvidables.


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Еstoy completamente dеsnudo. ¿Quierе ver unа imаgen? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

despues del mudo me toco con camilo

anonimo

14/03/2012

despues del mudo me toco con camilo

Arrepentidos los quiere Dios

febarsal

25/09/2015

Arrepentidos los quiere Dios

Mi aventura con el Doctor

anonimo

21/08/2020

Mi aventura con el Doctor
Scroll al inicio