La madre de Dani siempre le decía a mi madre que yo le gustaba para su hija así que siempre trataban de crear oportunidades para que habláramos y quizás algún interés naciera.

Dani era el tipo de muchacha que desarrolló temprano y desde joven tenía enormes tetas cómo las de su madre. Pero ella no era mi tipo. Era un poco llenita, su cara no me atraía, y más aún, era medio tonta. Después supe que tenía una deficiencia de aprendizaje. Pero con el tiempo fui descubriendo cosas que me gustaban, era graciosa, difícil de ofender, tradicional y extremadamente complaciente. Con el tiempo me ganaron los malos pensamientos, la combinación de sus atributos con la su disposición de hacer lo que le pidas (cosa en que constantemente probé los límites en nuestro noviazgo) me hicieron casar con ella.

Cuando novios le hice de todo, nunca me dijo que no. Me volví adicto a ella. Cuando nos casamos ya le había clavado cada hoyo de su cuerpo. Todo lo que le pedía lo hacía y el hecho que fuera de la iglesia me excitaba mas. Le sacaba las tetas y la ponia a chupar en lugares públicos, la clavaba en cada esquina de la casa de su madre, le tiraba la leche en todas partes del cuerpo y aunque al principio no le gustaba me daba su culo solo porque me complacía y lo hacía sin quejarse. Me casé porque fantaseaba en todo lo que le podía hacer cuando ya fuera totalmente mía. Y así ha sido por 9 años. Hasta ahora no ha habido límites que ella haya puesto. Si le digo que haga algo para mi ella lo hace y punto. Y yo feliz.