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Anónimo

enero 26, 2023

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La Primera Vez con mi yerno

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Con mi Yerno.

 

Hola, me llamo Bety, tengo 58 años, piel clara y cuerpo normal con tetas medianas y un culo normal.

 

Les platicaré de mi primer experiencia tan rica con él. Un día estando en mí casa llegaron mi hija y su esposo a la casa de visita pues salieron de vacaciones, se venían las fiestas decembrinas, recuerdo que era un viernes por la tarde noche, se instalaron en su habitación, se llegó la hora de la cena nos sentamos a la mesa y al terminar nos quedamos charlando durante un buen tiempo hasta que decidimos ir a dormir.

 

Al otro día todo normal, yo me levanté temprano y mi hija también, le pregunté qué se les antojaba para desayunar a lo que ella me dijo que quería una enchiladas y me fui por masa mientras se hervían las cosas para la salsa, cuando regresé mi yerno ya estaba en la cocina tomando café, cuando me vio me preguntó si quería café y le dije que sí, me sirvió y nos tomamos el café, desayunamos los tres y después ellos salieron a comprar algunas cosas para la casa y cosas personales, regresaron ya tarde y les pregunté qué querían de cenar, mi hija me dijo que nada pues se iría a reunir con unas amigas, pero que Alfredo se quedaría, entonces le pregunté a él  me dijo que lo que fuera, que no tenía problema con la comida, mi hija se metió a la regadera mientras yo estaba en mi cuarto viendo la tv, Alfredo estaba en la sala viendo algún canal de deportes, pasado el rato mi hija se despide de él  a mí sólo me grita que ya se va, que regresará tarde.

 

Oscureciendo salgo de mi cuarto para dirigirme a la cocina y ver qué preparaba de cenar, en la sala seguía Alfredo viendo la tv, me acerqué para decirle que ya haría la cena él solo me dijo ok, me fui entonces y comencé a ver qué tenía para preparar, pasó un rato y escuché los pasos de Alfredo dirigiéndose a la cocina, se detuvo en la puerta y me di cuenta por el reflejo del cristal de la estufa que me estaba observando, justamente mis nalgas, de momento me sentí incomoda pero pasó, él se sentó en el comedor  me preguntó qué estaba preparando, yo un tanto disgustada le dije que cenaríamos empanadas de picadillo. Serví la cena y al sentarme mi mente se preguntaba por qué me había visto las nalgas, terminamos de cenar y él me dio las gracias se retiró de nueva cuenta a la sala mientras yo arreglaba la cocina, terminé y me fui a mi cuarto sin darme cuenta de que Alfredo ya no estaba en la sala, busqué mi ropa pues me iba a dar un baño para acostarme fresca y limpia, me dirigí al baño, estando en la puerta escucho la caída del agua de la regadera y abrí para ver si se estaba regando pero cuál fue mi sorpresa, era Alfredo que se estaba bañando, me sonrojé al verlo desnudo y enjabonado, agradecí que no me vio pues estaba enjuagándose la cara, cerré enseguida la puerta y mi corazón latiendo de forma desesperada y en mi mente esa figura desnuda de él, regresé a mi cuarto con mi corazón acelerado, esperé a que saliera, escuché cuando salió y se metió a su cuarto pues se escuchó el portazo del cuarto, de nueva cuenta me dirigí al baño para bañarme, a estando en el baño de nueva cuenta recordé la escena al ver a Alfredo desnudo, me excité tanto que de nueva cuenta mi corazón se aceleró, aproveché la ocasión para tocar mi cuerpo imaginando las manos de mi yerno fue tan placentero aunque en mi mente corría cierto remordimiento pues es el esposo de mi hija, terminé de bañarme y salí de nueva cuenta hacia mi cuarto, me puse mi pijama y encendí el televisor, la idea me rondaba en la cabeza y de manera impulsiva, sin pensarlo me dirigí hacia el cuarto donde se quedaban a dormir, toqué la puerta preguntando si se podía pasar, enseguida él respondió que sí, entré y le pregunté que si no querría nada más pues ya me acostaría, él contestó que no… bueno si quiero algo, pero no creo que usted me lo pueda dar y sonrió, yo me puse nerviosa y temblorosa, pero me contuve y le dije; si, pues no sé a lo mejor y sí, el que no habla dios no lo escucha, sólo sonrió de nuevo y me dijo, ok pero no creo que quiera, no se preocupe ya se puede acostar, yo nerviosa le dije: ok luego no digas que tu suegra no te atiende bien y me di la vuelta para irme a mi cuarto, mi mente no dejaba de dar vueltas con ideas y pensamientos excitantes, me acosté y después de un rato entre ideas y pensamientos me venció el sueño, curioso que fue tanta la adrenalina de ese encuentro que en mis sueños mi yerno apareció desnudo besándome  acariciando mi cuerpo, confieso haber mojado mi ropa interior, pues al día siguiente al despertar sentí mi vagina húmeda y mi panti mojado, no lo podía creer parecía una puberta,  apenada y satisfecha a la vez, me cambié la ropa, cuidando mucho mi imagen, como colegiala buscando macho, me puse un cachetero de encaje muy lindo, un sostén liso, una falda con vuelo y una blusa que tenía el escote discreto pero provocador, salí de mi cuarto con cierto ego llena de mi sensualidad femenina, cabe señalar que soy viuda desde hace 18 años por lo que no había tenido ésta sensación para con un hombre como esa mañana, fui a la cocina a preparar café, salí al patio para comenzar a lavar mi ropa, pasó poco tiempo y salió Alfredo, preguntándome si quería ayuda con algo, yo aprovechando la oferta y sabiendo de mi deseo, le dije que pondría un tendedero, que si me traía la escalera  la sostenía por favor, a lo que él me preguntó dónde estaba la escalera, le dije dónde y enseguida fue por ella, la colocó y se iba a subir pero lo detuve y le dije que no se preocupara que yo lo podía hacer que no me considerara una anciana a lo que me respondió que él nunca me consideró una vieja, sostuvo la escalera y yo comencé a subir, obvio que él vio por debajo de mi falda que en realidad eso era lo que yo quería, discretamente voltee a verlo y le dije: hey qué es lo que miras? Sucio, le diré a tu mujer, ya no respetan a las señoras, él con gesto de indiferencia me dijo: pues la culpa es de las señoras que se suben a una escalera sabiendo que traen falda y un rico cachetero de encaje… Yo nuevamente me puse nerviosa pero aguante y le dije, pero pues tú para que volteas tu vista para arriba, yo puedo andar como quiera pues es mi casa, él asentó con su cabeza y dijo que tenía razón que era mi casa y podía hacer lo que quisiera y más con todo eso… Seguí su juego y le pregunté que qué era todo eso?, él dijo pues todo eso que está debajo de su falda y terminó con un provocativo hmm.

 

Yo excitada no sabía que más decir, por lo que bajé de la escalera y mirándole a los ojos le dije: apláquese y déjame pasar que voy a colgar el tendedero del otro lado, me dijo que si me ayudaba  le dije que sí pero que ahora él se subiría, entonces me dijo: que mala suerte, pero ok yo le ayudo total ya vi, que es lo importante… Yo sonreí y le dije pues ya y confórmate con eso, o qué no te bastó?

No, si se pudiera más, pero pues ya lo dijo, ésta es su casa y usted manda. Se dispuso a poner el tendedero y nos metimos a la cocina, sirvió dos tazas de café y en eso se escucharon los pasos de mi hija, todo quedó ahí, desayunamos los 3  el día transcurrió normal, por así decirlo.

 

Al otro día mi hija se levantó antes que todos pues de su trabajo le hablaron que tenían un problema y que necesitaban de su presencia para arreglar dicho problema, se bañó, se arregló y sólo me dijo que regresaría a su trabajo pero que regresaría más tarde, que Alfredo se quedaba para no despertarlo y molestarlo, entonces de nueva cuenta como mujer de 18 años me dispuse a arreglarme, fui a la cocina a preparar el desayuno, le grité a Alfredo que ya casi estaba listo el desayuno para que se levantara, a los 5 minutos bajo a la cocina, desayunamos juntos y le pregunté si tenía planes para ese día ya que mi hija no estaría hasta tarde y sólo me dijo que no, que si necesitaba o quería algo le dijera, ir al súper, al mercado o algún lugar para llevarme, yo le dijo: ok pues déjame ver y te aviso, se retiró a la sala a ver la tv y yo en mis quehaceres del hogar, por la tarde comimos y mientras estábamos en la comida sonó su celular, era mi hija llamando para decir que se quedaría en su casa pues aún no solucionaban su problema, pero llegaría al otro día por la mañana no quería viajar de noche y llegar tarde, Alfredo sólo le dijo que no se preocupara que cualquier cosa que le dijera, colgaron y yo me emocioné mucho, pues sabía que estaríamos solos.

 

Al término de la comida le dije a Alfredo que si me llevaba al súper por unas cosas, me dijo que sí, que le diera chance de bañarse y nos íbamos, yo le dije que estaba bien, que de hecho yo también me bañaría, salimos de casa, hicimos el súper y al salir me preguntó que si no quería otra cosa antes de regresar a casa, le dije que pues no me vendría mal un paseo por la plaza  ver que había de nuevo, nos fuimos ya estando en la plaza me invitó un café y platicamos un buen rato, se llegó la noche y nos regresamos a la casa, bajamos las cosas del auto y las arreglamos en la alacena, al terminar nos fuimos a la sala a ver qué había en la tv, puso un canal de deportes y yo le reclamé, le dije que a mí no me gustaba ver deportes, se rio y me preguntó que entonces que me gustaba ver, yo le dije que una novela o una película, él buscó en la programación y llegó al canal de las novelas  me dijo ahí está sus novelas que ni son reales, en tono de burla, yo solo voltee a verlo y le dije pues algunos casos si son reales como por ejemplo cuando las sirvientas se meten con el señor de la casa o el capataz con la señora y así, él comenzó a reír y dijo ok esas escenas son comunes ya no hacen nada nuevo y yo le dije que pues lo clásico es mejor o si pensaba diferente, él me dijo: pues depende, por ejemplo un coche clásico es mejor que los nuevos, un modelo clásico siempre va a tener su admiración siempre y cuando esté bien conservado y cuidado, yo nada más le dije: ah si? Pues mírame a mí, me consideras un clásico bonito o maltratado, él me dijo: no juegue con fuego que puede salir quemada y luego no se aguanta, me reí y le pregunté, no será que tú eres quien le tiene miedo al fuego?, sonrió y me dijo, nomás se aguanta.

 

-Pues usted se me hace un buen modelo, creo que no la supieron manejar, le dejaron pistas sin correr  experiencias de adrenalina sin vivir, yo me desmoronaba, temblaba por dentro, él continuó diciendo, no sé creo que le falta mucho por conocer, es una pena que sea así y sobre todo que no se deje enseñar, yo como gelatina, le dije: tú crees que me vas a enseñar, ja no me conoces, – pues déjeme conocerla o qué si le tiene miedo al fuego?, – no, no le tengo miedo, pero pues si le pienso un poco. – ok entonces no se preocupe que no pasa nada, lástima porque yo quería ver ese cachetero de encaje más a detalle.

 

No pude más y le dije: bueno pues me voy a acostar porque ya es tarde, pasa buena noche, él no contestó nada, en mi cuarto con el corazón a mil por hora tratando de tranquilizar mi excitación y esa sensación en mi vagina de querer ser penetrada, decidí ir a bañarme con agua fría, en el baño de nueva cuenta me acaricie pues no podía controlar mi deseo, me bañé y salí a mi cuarto, me encerré y al poco tiempo escuche a Alfredo bañándose, en mi mente se volvió a aparecer el pensamiento de cuando lo vi desnudo, traté de dejar de imaginar. Se escuchó cuando se metió a su cuarto, yo con la curiosidad y la sensación que dominaba mi ser, decidí salir de mi cuarto e ir hacia él, toqué la puerta preguntando si ya se había dormido a lo que él me dijo que no, pasé y le dije que si le gustaría ver un cachetero nuevo, se dio la vuelta con la cara de impresión y me dijo que si yo quería que sí, me quité mi short de pijama y él con ojos grandes disfrutaba de la escena, me quité el camisón y su sorpresa era que traía puesto un conjunto lindo de encaje, yo ya estaba bien caliente  supongo que él también pues no tardo en marcarse en su short su bulto, yo me excitaba más y le preguntaba que qué le parecía? Él solo me decía que estaba genial, me tomó las manos y me acercó al borde de la cama, comenzó a acariciarme desde los hombros, la espalda, el pecho, el abdomen, mis nalgas, mis piernas, yo lo disfrutaba, mi cuerpo lo pedía, me recostó en la cama, continuó con esas caricias excitantes, con sus dedos recorriendo mi cara, bajando a mi cuello, dibujando líneas en mis pechos y bajando lentamente al abdomen, comencé a mojarme mientras él rozaba mi vientre, mi pelvis, apretaba mis piernas, las acariciaba tiernamente, yo no podía más quería su hombría sobre mi, pero él llevaba el ritmo, me puso boca abajo, comenzó a besarme, la nuca, los hombros, la espalda, me pasaba su lengua, yo apretaba las almohadas, desabrochó mi sostén  continuo su camino hacia abajo, llegó a la cintura me daba pequeños mordiscos, besaba mis nalgas, abrió mis piernas, las besaba desde mis nalgas hasta los pies, comenzó a subir y de repente me bajó ese cachetero, me dijo que despacio, que lo disfrutara, que él me haría sentir cosas que no conocía, me derretía ante los actos, sentía como mi vagina pedía a gritos su verga, no aguantaba más, pero quería seguir disfrutando de la experiencia, quitó completamente mi cachetero y abrió mis piernas, con sus dedos rozaba mis nalgas y entremedio de mis piernas, rozando mi vagina ya húmeda, me puso boca arriba y confieso que yo estaba temblorosa como si fuera mi primera vez, él lo notó y me dijo: tranquila, relájate, disfruta de lo que hoy tienes, no siempre se puede, me besó mientras sus dedos llegaban a mi clítoris y lo acariciaba haciendo que yo me retorciera de placer, se alejó para besar mi cuello, mis hombros, mordía con delicadeza mis hombros, llegó a mis pechos y los besó con unas ganas de querer arrancarlos, pero sin lastimarlas, les pasaba su lengua a mis pezones logrando ponerlos duros y haciendo que yo tuviera una sensación alocada, mi primer orgasmo, me mamaba las tetas y acariciaba mi vagina con tal coordinación, que yo desfallecía del placer, sus labios bajaron por mi abdomen llegando a mi pelvis y bruscamente separó mis piernas, me dijo, ahora te tocará disfrutar de lo que mi boca y lengua te pueden hacer, yo extasiada no dije ni hice nada, él se dispuso a hacerme mi primer oral, su lengua se movía sin frenesí, yo pegué mi primer gemido que estaba reteniendo desde un rato, me dejaba sin aliento, con mis piernas abiertas y su boca en mi vagina, sus manos buscaban mis tetas, las acariciaba, rozaba mis pezones y de repente su lengua pasaba desde mi culo hasta mi clítoris, me alucinó todo, en verdad estaba sorprendida y súper excitada, disfrutaba de esa maravillosa corrida, en un momento paró y me volvió a poner boca abajo y en cuatro, acomodó mis brazos para que solo quedara mi colita parada, pensé que era  hora de ser penetrada y no, se pegó de nueva cuenta a lamer mi vagina y mi culo, yo me estremecía jamás había sentido eso tan rico, volví a tener un segundo orgasmo, sentía desmayar, pero me dijo que respirara, que aún no terminaba la lección, me dijo que dejaría descansar mi cuerpo, yo recuperaba el aliento, mientras él me sostenía, dándome la vuelta, miré esa rica verga, no era grande, era normal, pero yo ya la quería, mientras me recuperaba decidí acariciársela, con cuidado pues jamás lo había hecho, mi esposo era de los que llegaba a meter, sacar, vaciarse y listo, entonces no sabía si lo lastimaría, estando ahí me preguntó que si quería más? A lo que yo le dije que sí, pero que yo quería ahora hacerle lo mismo, entonces teniendo su verga en mis manos me incorporé para meterla en mi boca, tampoco sabía cómo hacerlo entonces fui despacio, le pasaba mi lengua y la besaba, me decía que ahora yo era quien llevaría el ritmo que hiciera con él lo que yo quisiera, eso me prendió y decidí no quedar mal, entonces comencé a mamar su verga con deseo y perversidad, el solo se dedicaba a masturbarme con sus dedos, me los metía en la vaina y hacía caricias a mi culito que en realidad yo disfrutaba a tal grado que gemía mientras mama su rica verga, noté que se hacía un poco más grande y más gruesa, yo me mojaba de nuevo y él con mis fluidos lubricaba mi culito, era tan rico que decidí poner mi culo en su cara, los dos estábamos mamandonos delicioso, metió su lengua en mi culo y sentía como mi cuerpo temblaba, ya no podía resistirlo más y le pedí que me cogiera, que me metiera su verga, se acomodó y tomándome en cuatro comenzó a embestirme, yo sentía como esa verga entraba y salía con fuerza y ritmo, nuevamente me vine, mi tercer orgasmo se hacía presente mientras apretaba las sabanas, pensé que jamás lograría sentir lo que en algunas películas se mostraba, todo el placer y el agotamiento de los cuerpo, fue tan delicioso lo que mi yerno me hizo experimentar, que quedé sin fuerzas y me dormí, al otro día él se había levantado antes para y preparar el café, yo desperté tan relajada y con buen ánimo pero en cierto punto con remordimiento ante lo ocurrido, me fui a mi cuarto, alisté mi ropa me fui a bañar y luego baje para ver cómo estaban las cosas, entrando a la cocina me ofreció café, yo no le pude mirar por la vergüenza y él sólo me dijo: tranquila, aquí no pasó nada, ésta es tu casa y se hará lo que tú digas, toma tu café y disfruta del día, disfruta de la vida.

 

El resto del día lo pasé en mi cuarto pensando en que estaba mal, pero que había valido la pena, así se llegó el 31 de diciembre, cenamos y al momento del abrazo, Alfredo me apretó y una de sus manos me agarró una nalga y me dijo: Feliz Año nuevo, que éste año le traiga más sorpresas y que le dé mayores oportunidades para disfrutar de la vida que es sólo una y es maravillosa.

 

Yo lo agradecí y pues tomé su buen deseo, ahora disfruto de lo que la vida me ofrece, tengo buena relación con Alfredo, de repente nos mandamos fotitos para disfrutar y ya tuvimos la oportunidad de volver a coger rico.

 

Espero les haya gustado mi relato y espero que no me juzguen mal, a veces las cosas y las oportunidades no parecen ser las correctas, pero siempre nos merecemos disfrutar de la vida y de sentirnos mujeres vivas con un hombre que nos haga temblar y perder el aliento.

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2 respuestas

  1. amigo-consentid

    Hola Bety, muy interesante tu relato, si quieres vivir más experiencias, escríbeme, entra a ver mis relatos. Saludos y espero tu respuesta.

  2. helenx

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