Conozco a mi grupo de amigos desde que tenemos 12, son mis vecinos y han sido 10 años de historias, aventuras, y buena amistad.

Han habido altas y bajas, momentos crudos en la vida donde podemos confiar en que siempre estaremos el uno para el otro, pero toda cambio cuando una nueva vecina se mudaria al barrio.

Una madre soltera se acababa de mudar a unas casas de mi, tenía 2 hijas, una de mi misma edad y otra pequeña que solo iba en primaria, al principio parecían buenas personas, nada fuera de lo ordinario, pero poco a poco se empezó a ver lo desagradables que eran como vecinas.

La chica de nuestra edad era la peor, tenía esa actitud de: «soy la más buena por aquí, todos mirenme», una personalidad desagradable que no me caía nada bien, ella disfrutaba de provocar a mis amigos, les hacía insinuaciones de querer salir con ellos para poner celosos a los demás y eso ocasionó varias discusiónes entre mis amigos, peleaban por quién tendría la oportunidad de estar con ella, yo era el único que no me sentía interesado por ella e intentaba hacer que mis amigos entrarán en razón, no quería que una cualquiera arruinara años de amistad.

Todo empeoró cuando ella empezó a coquetear conmigo, ya que sabía que era el único que no caía en su trampa, eso molesto tanto a mis amigos y terminamos separados un tiempo, mi odio por ella solo crecía más y más, y sus intentos de separarnos a ella solo le divertía, todo eso escalo hasta el día en que le enseñe una lección.

Regresaba cansado de la escuela, decidido a tomar un buen baño, cuando pasaba enfrente de su casa, la señora y su hija me pidieron ayuda para mover unos muebles pesados, quise ser un buen vecino y acepte ayudarlas, fue más trabajo del que pensé y terminé exhaustos después de eso, la madre me agració y salió a recoger a su hija pequeña de la escuela, me quedé solo con la hija mayor que me traía algo de agua por el esfuerzo que hice.

Me sentía incómodo de estar solo con ella, en verdad no me agradaba y menos después de todo lo que hizo, pero tampoco quería ser grosero, así que decidí irme a casa, ella me detuvo y me pidió ayuda para mover una última cosa en su habitación, acepté a ayudarla y fuimos directo a su habitación.

Cuando entre ella cerró la puerta tras de mi y me arrojo a su cama sujetándome con fuerza, empezó a reclamarme que porque yo era el unico que no la deseaba, que le molestaba ver qué sus intentos de coqueteo no servían conmigo, molesto le dije: «solo buscas atención, y por tu culpa mis amigos ya no quieren verse, tu crees que te desearía después de eso?».

Empezó a gritar y se quitó la blusa para mostrar su  brasier, dijo: «Que eres gay, que acaso no te gusta esto!?», me abofeteo, y mi enojo solo iba en aumento, siguió gritando: «Haré que seas mío, nadie puede resistirse a mi!!», bajo mi pantalón y empezó a chupar agresivamente mi verga.

Sentí sus labios y su lengua haciendo el máximo esfuerzo para hacerme venir, pero quise desquitarme un poco con esta perra, así que la agarre fuertemente de la cabeza y empecé a cogerme su boca con mucha fuerza, notaba como le costaba respirar y se atragantaba con todo mi miembro, la separaba unos segundos para darle un pequeño respiro, y después seguía mi embestida hacia su garganta, Me vine en toda su boca, haciendo que se lo tragara todo, luego solo la arrojé lejos de mi, con lágrimas en los ojos y esforzándote para recuperar el aliento.

Estaba listo para irme, pero después de recuperarse me grito:

     «Nisiquiera eres los suficientemente Hombre para cogerme como se debe!!!»

Me detuve, eso sí que me irritó, mi odio hacia ella había llegado a su límite, estaba cansado de su actitud de mierda, así que decidí darle una lección a esta perra y descargaría todo mi odio en ella.

La arrojé bruscamente hacia su cama, la desvestir sin cuidado rompiendo su ropa en el proceso, pude ver lo mojada que estaba de su vagina, ella disfrutaba que la tratarán así, así que la penetren hasta el fondo y sin cuidado.

Era un sexo de odio, no me preocupaba ser brusco con ella, la penetraba lo más fuerte que podía, la cacheteaba con fuerza dejando marcada mi mano en su cara, quise que ella sintiera dolor por esto, y decidí cogerla por el culo, se asusto un poco pero no me importo, la metí hasta el fondo y seguí cogiendola sin darle un respiro, veía como lloraba del dolor, pero al mismo tiempo tenía una cara de placer que me daba asco de solo verla.

La había cogido de diferentes formas y por diferentes agujeros, en todos me había venido para dejarla bien rellena de todo mi semen.

Ya había descargado toda mi ira, estaba exhausto, admire los resultados de mis acciones, su cuarto era un desastre, habíamos desordenado todo , su ropa estaba rota en la cama y ella tirada en el suelo, con semen escurriendo por todos lados, pequeños espasmos en todo su cuerpo y esforzándose por respirar, pero eso sí, tenía una cara de placer absoluto, era así como le gustaba que la tratarán a esta perra indecente.

Me fui a mi casa a tomar un largo baño y descansar después de lo ocurrido, en los días siguientes ella siguió con sus coqueteos hacia mi, pero siendo más grosera e intentado hacerme enojara todas la veces, yo sabía perfectamente lo que pretendía, le había encantado y solo deseaba provocarme para que la cogiera otra vez, pero ya no quise seguirle el juego y la ignoraba todos los días.

Todo siguió tenso hasta el día en que se mudo de nuevo y me sentía feliz por no volverla a ver jamás, sin ella pude reconciliar mi amistad con mis vecinos, y volvimos a ser unidos como antes.

No sé dónde haya termino esa perra, pero seguramente sigue haciendo de las suyas, disfrutando de provocar a sus vecino y causar discordia entre todos.

Pero eso ya no es problema mío.