
Por
Anónimo
LA HISTORIA DE LA NEGRA
� La negra es una mujer muy sencilla de familia muy humilde, que profesan la religión evangélica,; cierto día me comentó su tierna historia; ya que según ella necesitaba comentarla con alguien, porque eso la estaba ahogando y le urgía desahogarse y me escogió a mí porque yo no conozco a su amor. Y lo hizo así: �cuando estudiaba séptimo grado (tenía 12 años), me enamoré perdidamente de mi profesor de matemática el cual era a un hombre casado; pero, en ese entonces no me importaba, ya que yo estaba tan enamorada y lo seguía a todas partes junto con una compañera, lo buscábamos desesperadamente por toda la escuela hasta encontrarlo para platicar, y él muy amablemente se sentaba a conversar con nosotras (sin imaginarse cuales eran mis intenciones), prácticamente era un acoso el mío hacia el pobre hombre, y ni se daba cuenta de mi acoso (término, que últimamente se ha puesto muy de moda). Así me la pasé el séptimo y el octavo grado; pero, ya en noveno (cuando tenía 14 años) me desesperé; porque, era el último año que estaría en la escuela y me sería más difícil poderlo ver, ya que para estudiar el bachillerato tendría que viajar todos los días y no sabía cómo iba a hacer para verlo, para tenerlo cerca y platicar con él, para lo cual tenía que entablar con mi amor un vínculo cercano. Así es que el último año mi acoso hacia él fue mayor, lo comencé a seguir yo sola (ya no me acompañaba de mi compañera), por todas partes lo seguía, buscaba la oportunidad para tratar de estar a solas con él; pero, era muy difícil ya que siempre estaba dando asesoría a otr@s alumn@s y eso me encabronaba ya que lo quería para mí solita. Un día la suerte mi suerte cambió, ya que me tocó guardar el material de limpieza y casualmente en el aula donde se guardaba dicho material, había dejado sus cosas y regresó a traerlas; la escuela ya estaba sola, cuando lo vi entrar el cuerpo me tembló cosa que nunca me había sucedido estando con él, el problema fue que estábamos solos, ya tod@s se habían ido y la escuela estaba sola. Me armé de valor y le comencé a platicar; llegó un momento en el cual nuestras miradas se cruzaron y nos quedamos viendo a los ojos sin hablar, me dijo que desde que yo estaba en tercer había gustado (lo cual nunca le creí; pero, siempre me decía lo mismo) de pronto me pidió que le diera un beso y le dije que si (por bruta iba a dejar la oportunidad que tanto tiempo esperé), el beso fue tan rápido que no le sentí gusto alguno (lo cual días después se lo comenté), y me dijo que me lo había dado así de rápido porque tenía miedo de que nos vieran y podía meterse en problemas ya que yo era su alumna. Y eso fue todo lo que sucedió en noveno.
Al año siguiente, yo estudiaba bachillerato, nos manteníamos en contacto porque le había dado mi número de teléfono para que me llamara y así nos pondríamos de acuerdo para vernos. Nos veíamos casi a diario ya que lo iba a esperar a la parada del colectivo cuando regresaba de trabajar, platicábamos, nos abrazábamos y nos besábamos, y seguía sin sentirle sabor a los besos que me daba: Cierto día le hice de nuevo el comentario de lo simple que sentía los besos y me dio una amontonada que me dejó hasta dunda y me hizo sentir que volaba, fue tal la amontonada que me fui para mi casa con el bloomer tan mojado que creí que me había orinado, con pena al siguiente día se lo comenté y muy cariñosamente me explicó que me había excitado tanto y era por eso que lo había mojado así. Estando en el tercer año de bachillerato cumplí la mayoría de edad y exactamente un día después de que cumplí los 18 años me invitó para que fuéramos a visitar a un amigo y le dije que sí. Al llegar a la casa del amigo me extraño que sacara una llave y abriera la puerta de la casa; pero, no me importó, entramos y nos sentamos en un sillón comenzamos a platicar (de la emoción se me olvidó preguntarle por el amigo), me preguntó si estaba virgen y le contesté que si, me abrazo, nos besamos tan ardientemente que los 2 nos calentamos rápido, me cargó hacia el cuarto y no me importó ya que yo me lo seguía devorando a besos como siempre había soñado. Una vez en el cuarto me pidió que me desnudara ya que nunca me había visto desnuda (en ese entonces estaba tan delgada que con facilidad se me contaban las costillas y no tenía nada que enseñar); pero, me hizo sentir la mujer más hermosa del mundo, y me dijo ayer cumpliste la mayoría de edad mayor, hoy te voy a convertir en mujer, estaba tan excitada y nerviosa a la vez (porque había oído de que la primera cogida es dolorosa y se sangra mucho), que no entendí lo que me dijo y solo me deje llevar por él. Me acostó en la cama me abrió las piernas y me comenzó a chupar la cuca, la cual ya la tenía biiiiieeeen mojada, y sentí una sensación inexplicable tan deliciosa la cual no sabía de qué se trataba, ya que era la primera vez que experimentaba dicha sensación y me dijo que acababa detener un orgasmo, detrás del primero vino el segundo, el tercero, el cuarto, y no sé cuántos más, se me acercó y me besó para que saboreara el gusto de mi concha entonces sentí en mi vientre su pito bien duro y mojado, me pidió que abriera las piernas para podérmela meter se me acostó encima y así lo hizo, con tanto cuidado que no sentí dolor alguno y aunque no lo crean no me salió ni una sola gotita de sangre, yo instintivamente hacia movimientos pélvicos como puta (ya que con unas pícaras compañeras del colegio había visto algunos videos porno), que no sabía que los podía hacer (ya que no sabía ni siquiera bailar porque soy de principios evangélicos), seguí experimentando orgasmos por lo cual me seguía moviendo, jadeaba, gemía, bramaba, gritaba, trababa los ojos, me jalaba el pelo, aruñaba a mi amor, en fin estaba loca y feliz de tanto placer que ese hombre me estaba dando y que yo experimentaba por primera vez, luego intentó metérmela por el culito ( también virgen); pero, cuando sentí que esa cabezota me iba rompiendo el culo, grité del dolor comencé a llorar y rápido la saco, me consoló, y me la volvió a meter en la cuca y seguí teniendo sabrosos orgasmos, (después comencé a llorar de la emoción de haber experimentado tanto placer).
Cuando terminamos y vio que no me había dolido la cogida y no me había salido ni una tan sola gota de sangre, me preguntó que si realmente estaba virgen, le dije que sí y creo que no mucho me creyó, el hijo de puta no sabía que tan bueno era en la cama, que no dañaba a las mujeres y las hacía gozar como a mí.
Después de ese día nos seguimos viendo, cuando podíamos íbamos a la misma cama, yo seguía gozando del todo el placer que me daba, le fascinaba mamarme la concha lo cual me volvía loca por la cantidad de orgasmos que me hacía experimentar. Todo esto duró un par de años, ya que me di cuenta de que no dejaría su esposa (lo cual nunca me dijo que lo haría). A sido el primer y el único marido que he tenido, lo extraño mucho, también extraño esas mamadotas de cuca que me daba, las cogidas deliciosas, sus abrazos, los besos, su olor, su sonrisa, la forma de cómo me trataba, las pláticas que entablábamos, en fin extraño todo de él.
Ojala algún día su mujer lo deje y regrese a mi lado y sea solo para mí y para siempre �
2 respuestas
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