
Por
Anónimo
encontré una Putita Con Pija
CARLA, MI DIMINUTA PUTITA CON PIJA
A Carla la conocí una noche lluviosa de invierno en un boliche nocturno de Olivos, al que yo iba frecuentemente a buscar putas. En ese lugar había varias minitas a las que me había cojido y eran muy complacientes, hacía de todo con ellas y les pagaba bien, así que se lo dejaban hacer y todas aceptaban cojer conmigo. A veces también buscaba una traviesa en otros lugares y me hacía chupar la pija o me las cojía, pero nunca había encontrado una que realmente me gustara, y tenía el deseo no cumplido de encontrar una novia con pija, que fuera al mismo tiempo hembrita y macha.
Esa noche entré en ese boliche, que se llamaba Noi y estaba en una callejuela lateral muy escondida en Olivos. Por el mal tiempo, había solamente dos minas; de un vistazo descarté a una por fea, y la otra me llamó la atención por su tamaño, era diminuta y flaquita, lisita, sin nada de tetas; a primera vista no parecía nada atrayente, pero cuando se me acercó y la pude ver mejor, me gustó.
Tenía una vocecita ronca, los ojitos brillantes, el pelo cortito como varón y estaba parada sobre unas botitas negras altísimas que compensaban su estatura, pero le calculé que descalza no mediría más de un metro con 40 centímetros. Aparte de las botitas, tenía una pollera cortita también negra, que le dejaba ver las piernitas delgadas, y una blusita muy abierta sin nada debajo mostrando el pecho lisito como de nene. Se me acercó caminando tambaleándose sobre esos altísimos tacos de sus botitas, era una figurita muy lasciva, mezcla de minita y nene, y eso, junto con su minúsculo tamaño, me fascinó.
Con una compradora sonrisa, me dijo “Hola, papito, soy Carla!”, y desde ese instante me encantó. No era una puta bonita y tendría cerca de 40 años, con ojeras de minita cabaretera, bien atorrantita, pero me excitaron de ella varias cosas: primero, su cuerpito diminuto y sus tetitas inexistentes como de nene, también su vocecita ronca y lasciva y su simpatía de atorranta. Siempre me habían gustado las putas chiquititas, y me había cojido a todas las que encontré, porque enterrarles mi pija en esos cuerpitos angostos y chiquititos me hacía sentir que las llenaba completamente, que las sometía invadiéndolas de pija hasta lo más profundo de sus entrañitas haciéndolas aullar aguantándose mi enorme pedazote. Tengo una pija que, parada al repalo, mide casi 24 cm de larga y es gorda como un bracito de la pequeña putita que esa noche tenía por delante, y gozo enormemente metiéndosela a las chiquititas y que me la aguanten a los grititos.
Esta putita era como un nene de 11 años, y toda la perversión de imaginarla como un pendejito, gritando y sufriendo aplastada contra la cama para alojarse mi tremenda pija en su angosto cuerpito de chico preadolescente, me decidió inmediatamente a llevármela esa noche al hotel donde me cojía a las putas de ese boliche.
La invité con una copa y Carla aceptó encantada, pero ni siquiera terminó de beberla, no volvería esa noche al boliche, pero antes de llevármela, le dije: “Mirá que tengo una tremenda pija, vos con ese cuerpito de pendejita, te la vas a aguantar? Te la quiero meter hasta el fondo!”, y ella se rió, me miró a los ojos con su carita de putita atorranta y contestó: “Sí, papito, Carla se aguanta cualquier pija, soy angostita pero me cabe un buen pedazote! Vamos, que te voy a hacer gozar!”
Me encantó que fuera tan descaradamente putita, y ya con la pija al repalo, me la llevé al hotel, con mi Carla alquilada para mí por toda la noche. Quise pagarle más, pero ella misma me dijo que no. Siempre fue muy honesta, una putita re atorranta pero de ley, y cuando la fui conociendo, eso también me enamoró de ella. Porque me ENAMORÉ completamente de Carla, apenas le conocí. Y después fue mi gran amor, por eso escribo esto.
Entramos al hotel y Carla me dijo: “Me querés ver toda desnuda, papito? Pero primero cojemos sin luz, me desnudo un poco nada más, me gusta más así, después me desnudo toda y me podés mirar toda!” Me extrañó un poco su pedido, pero lo acepté, sabiendo que luego la iba a ver toda desnudita, minúscula, sin tetitas. Me saqué la ropa y Carla, al ver que mi enorme pija saltaba como un resorte al bajarme el pantalón, se asustó mirándola, tremenda y amenazante. Por unos momentos, se quedó como paralizada, le vi la cara de espanto, me había dicho que se aguantaba pijas enormes, pero la mía estaba espantosa de dura, cabezuda y larga, y la hizo temblar. Carla dijo: “Papito, me dijiste que la tenías grande, pero esa pija es una animalada, una monstruosidad, es una pija de caballo! Cómo te la aguantan tus otras putas? Pero te la voy a cojer entera lo mismo, aunque me parta en dos! Carla cumple lo prometido y no te va a dejar con las ganas!”, y sacándose las botitas, pude verle las patitas diminutas, preciosas y largas, con unas uñotas largas y pintadas de rojo, y su cuerpito diminuto, hermoso en su tamaño de nena. Carla era una mezcla de nena y de putita cabaretera, muy especial.
Me acosté boca arriba con la pija como un poste mirándola mientras Carla se sacaba la ropa, no tenía tetitas en su pechito liso como de nene, solamente unos pezones enormes, negros y duros, y ella, riéndose, me dijo: “Son mis garbanzos! Te gustan?” Era angostita de caderas, toda flaquita y diminuta, hermosa, después una vez cuando ya era mi amante, la pesé: apenas 37 kilos. Casi me acabé viéndola, de sólo pensar en cómo le iba a incrustar mi pija adentro de ese cuerpito diminuto y cómo la sentiría abriéndose a los grititos para alojársela entera. Supe en ese instante que Carla era una gritoncita y eso aumentó mi desesperación por cojérmela clavándola hasta el fondo. Me ponen a mil las gritonas, que hagan como que las parto al medio con mi pija.
Carla se quedó parada desnudita frente a mí, pero no se bajó la tanguita negra, y vi que tenía la concha protuberante, casi como un bulto de carne, y me imaginé metiéndole pija bien adentro de esa rajita pulpuda y haciéndola aullar. Había tenido a otras putas bultudas de concha, pero Carla la tenía más pulpuda que ninguna. En ese cuerpito diminuto de caderas angostitas, la concha sobresalía como una montañita. Y ahí empecé a enamorarme de esa preciosa putita, la más pequeñita que conocí en toda mi vida.
Carla apagó todas las luces, y la sentí que se acostaba encima mío con su cuerpito caliente y áspero, desnudo y peludito, pero no se había sacado la tanga. No me importó, porque sabía que pronto iba a estar toda en bolas para mí y me incrustaría en ella hasta inundarle la conchotita de acabotes y le haría el culo a fondo también.
Acostada sobre mí, Carla me frotó con su cuerpito y me chupó la boca dándome su lengua toda salivotuda y me la pasó haciéndome CHUUUPPPP y empastándome todo con su salivita espesa.
Me encantó eso, luego se bajó lentamente escupiéndome y lamiéndome el cuerpo hasta que encontró mi pija, la absorbió con su bocuchita, me la chupó y mordió hasta metérsela de a poco en su boquita sin las manos, con sus manitos se me prendió de los pezones y me los tironeó salvajemente. Eso es algo que me pone frenético, y terminó de enamorarme de esa diminuta putita, que parecía adivinar todo lo que me gustaba. Lentamente me tragó la pija entera, engargantándose. Yo la sentía haciendo esfuerzos para tragársela toda, se ahogaba, prendida de mis pezones, casi me los arrancaba en su desesperación por tragarse mi pijota, sentía sus patitas sacudiéndose y pataleando en el aire y sus glogloteos al hacerme la tragada, pero no dejó de comerme la pija hasta que sentí que estaba atorada y hacía AAGGGGHHH y se la había atravesado entera en la garganta, haciendo esfuerzos por alojársela sin vomitarme encima. Sentía su boca en mis huevos, se la llenaba con mi pedazote al palo, y tragándomela toda así, me sacó en segundos un acabotazo espantoso que le inundó la gargantita y le desbordó la boca. Carla se sacudió al recibirlo, ahogándose, y se me agarró de la cintura arañándome con sus largas uñotitas y tragándoselo todo, hasta que me vacié completamente en ella, en una acabada espantosa.
Cuando Carla se sacó mi pija de las profundidades de su garganta, tosió ahogada por mi espesa lechota, pudo respirar y me susurró, ronca: “Papito! tu pija es terrible, pero viste, tu Carla te la tragó entera! Te gustó?”
“Me encantó, putita divina! Nunca me han hecho una tragada así! No sé cómo pudiste tragármela entera así, sos una GargantaProfunda de verdad! Ninguna me la ha tragado así!”
Carla, orgullosa de lo que le dije, me anunció que ahora me la podía cojer completamente desnuda, saltó de la cama y encendió las luces.
Y ahí me llevé la sorpresa de mi vida.
Carla, ahora parada en la cama, se sacó la tanguita y me miró con cara de expectativa porque de entre sus muslitos finitos saltó una PIJA, una tremenda pija, pijita más bien, porque la tenía finita pero larga, de más de 25 centímetros! Y la tenía totalmente al repalo, bamboleándola en el aire mientras esperaba mi reacción. Carla era una pendejita pijuda!
Por unos instantes me quedé mudo del asombro: por fin había encontrado a la putita de mi vida, una diminuta y divina putita pijuda!
Del minúsculo cuerpito de Carla, ahora totalmente desnudo, su pija parada como un mástil sobresalía dura y cabezuda, y ella, al ver que me gustaba, me sonrió, sabiéndose aceptada por mí como una putita pijuda. No era una traviesa como las que había conocido, era una minita en todo, pero con una soberbia pijita redura.
Con eso quedé definitivamente conquistado por esa preciosa pendejita pijuda, y supe que la amaría y sería mi Noviecita Pijuda para siempre.
Carla, feliz al ver que la aceptaba como una putita con pija, me mostraba orgullosa su pijotita larga y dura, meneándola en el aire, sabiendo que la iba a amar como a ninguna y que ella me traspasaría también a mí haciéndome conocer por primera vez el estar incrustado por su descomunal clitorote, porque Carla era una Putita Clitorotuda, una Machita con una descomunal, preciosa y espantosa pijitota cabezuda. Adoré esa pijotitasa dura como una estaca y quise tragársela entera y comérsela como no le había hecho nunca a ninguna otra puta con pija.
Y desde esa noche, que se prolongó hasta la tarde del día siguiente, Carla fue mi Amantita, mi Machita, mi Putita, mi Noviecita, mi Pijudita, mi Todo En Una.
Carla se me tiró encima y juntamos nuestras pijas, chupotiándonos las bocas, tirándonos escupitotiadas pastudas boca a boca y mordiéndonos como animales salvajes. “Ella”, porque siempre Carla fue para mí una hembrita, se me agarraba con las uñas marcándome con arañazos mientras me lamía y me ensalivotaba entero, preparándose para la clavazón descomunal que sabía que le iba a hacer. Ella lo esperaba y quería que la ensartara hasta lo increíble, dispuesta a alojarse toda mi pijota en ese diminuto cuerpito angosto e inmolarse por completo a mi pija.
Sentía su pijotita chorreando jugo mojándome el cuerpo, deseosa de recibir la mía y de darme a mí la suya, no hizo falta decirnos que ella me la clavaría también a mí, yo ya era para ella tanto como ella para mí, yo iba a tener por fin a la deseada Putita Completa, con pija para mí y para siempre.
Y así fue la primera vez que me la cojí a mi Carla. Y “ella” me cojió a mí, por primera vez tuve a una pijuda clavándome a mí y haciéndome gritar. Y me encantó que esa larga y finita pijota de mi Carla fuera la que me estrenó y me usó de putito de “ella” como había deseado siempre. Cuando la desfondé con mi descomunal pija, sus angostas tripotitas me desvirgaron la pija, tanto se la enterré sin piedad que me rompió el frenillo, así que cuando la desclavé a Carla, ella me vio la pija sangrando y feliz, me dijo; “Hoy te desvirgotié yo a vos, amor mío!”
Cuando me la cojí a Carla por primera vez, la pobre putita gritó como una pequeña bestia traspasada, le fui hundiendo mi pija en su estrecho culito haciéndola bramar del dolor, pero ella me gritaba: “Seguí, putasote mío, enterrámela toda, llename las tripitas con esa hermosa pijasota espantosa, matame pero clavámela toda!”
Después de esa Noche de Bodas con Carla, fue mi Noviecita Pijuda durante 13 años, hasta que una tarde nos desencontramos y nunca la volví a encontrar…
Pero la amé y todavía la recuerdo y la amo, su cuerpito diminuto que yo invadía de pija es el más hermoso que conocí.
SI LES GUSTÓ, MANDARÉ LA SEGUNDA PARTE – REENCUENTRO CON CARLA
2 respuestas
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