Por

Anónimo

mayo 12, 2011

3985 Vistas

mayo 12, 2011

3985 Vistas

EL SUSTO

0
(0)

EL SUSTO

Hay veces en que las personas nos vemos en situaciones que han sido planificadas detalladamente, en las que se han invertido muchas horas en conseguir este o aquel plan y por fin lo puedes poner en escena, y otras veces, a pesar de haber soñado infinidad de veces con algo, no sabes cómo llegar a inducirlo.

Lo cierto es que existen veces en que es el destino el que nos conduce a algunas de las situaciones próximas a las soñadas y de las que te hubiera gustado haber planificado, y todo por sentirte el director, el controlador de la situación y de las personas, y más cuando a lo largo de la vida te has dedicado ha observar y analizar los sentimientos, las reacciones, movimientos, gestos y comentarios de unas personas respecto de las otras.

Corría el verano del 2008, no recuerdo el día, tan solo se que esa semana mi mujer y yo habíamos entrado en una vorágine de sexo, cada día intentábamos superarnos, íbamos añadiendo más salsa picante a cada polvo, se trataba de sorprender al contrincante, desde usar todo tipo de material fantasioso y útiles sexuales, hasta proponer practicarlo en lugares de lo más insólitos. Todos los días había alguna sorpresa que se escenificaba después de la cena.

Andaba yo por la estación de autobuses, ensimismado en aquellos pensamientos de cómo, cuándo y de qué manera podría sorprenderla cuando me saco de los mismos una voz que clamaba mi nombre, era mi primo y su amigo Miguel, que casualmente acababan de llegar a la ciudad, tras los saludos pertinentes y dada la hora que era, cercana ya al mediodía y la proximidad de mi casa les invite a que pasasen a saludar a mi mujer y seguidamente prepararíamos algo para comer.

Evidentemente aceptaron encantados, no por la comida sino por verla a ella, pues hacía ya mucho tiempo que tanto mi mujer como yo nos dábamos cuenta de la fascinación con que la miraban, del modo que hablaban con ella y de ella, en una palabra la deseaban. A saber el incontable número de eyaculaciones que habrán alcanzado imaginando encuentros con ella.

Por otro lado a mi mujer le encanta sentirse deseada por los hombres, siempre está picando con la mirada a todo aquel que la mira, y esto la divierte, por lo que pensé que no le importaría el que los hubiese invitado, sino que más bien, mientras comiésemos seguro que jugaría con ellos, es decir los picaría un poco.

Cuando llegamos a casa, antes de entrar, como siempre ya se escuchaba la música disco, señal inequívoca de su gran volumen dentro de la cocina, les indique que pasasen e iríamos a darle un pequeño susto, pues estaría en la cocina ultimando la comida, y eso si lo tiene, aunque sabe de mi puntualidad a la hora de llegar para comer, casi siempre cuando accedo de pronto a la cocina, sin avisarle, logro sacarle un grito.

Les indique a ellos que pasasen primero con lo que el susto sería mayúsculo y así lo hicieron, pero no hubo grito alguno, con lo que me asome al interior y hay estaban los dos petrificados por lo que veían, se hallaba mi mujer subida en sus tacones de aguja, y como única prenda el antifaz de nuestros juegos con los que le tapo los ojos, y escenificando un acto de lo más sexual, mientras chupaba un plátano se introducía otro por el coño, no se cuanto tarde en reaccionar, si fueron segundos o algún minuto, lo único que ahora sé, es que ella sabía de mi puntualidad y al parecer yo no supe prever que los juegos nocturnos los podría haber adelantado al mediodía.

Mi reacción fue coger lo que tenía más a mano, y con el mantel pase a taparla, con lo que sorprendida se desprendió del antifaz y entonces si que llegó el grito, pero lleno de estupor, seguidamente los dos alucinados abandonaron la cocina y se dirigieron al comedor dejándonos solos, donde tras los reproches de uno iban los del otro, que si cómo estabas así, que si no me has avisado que ibas a venir acompañado, etc, etc.

Tras calmarnos un poco, pensamos en qué íbamos a decirles a esos dos, y decidimos que ya que había bastante confianza, pasaríamos a explicarles un poco por encima, que por aquello de sorprenderme la había llevado a esperarme así y que por todos los medios lo que había que lograr, era que aquello no saliera de la boca de ellos.

Hice presencia en el comedor y empezaron a disculparse, a lo que yo les indiqué que la culpa había sido solamente mía y que el hecho de encontrar así a mi mujer no se debía a que estuviese salida ni nada por el estilo, sino a un tipo de juego en el que nos hallábamos estos días, en el que tratábamos de sorprendernos sexualmente, a lo que el gracioso de mi primo me contesto que de eso no había ninguna duda, nos había sorprendido a los tres. Hubo un momento de silencio e hicieron conato de marcharse, a lo que me opuse diciéndoles que se quedarían a comer pues queríamos hablar con ellos.

Tras hablar con ellos fui a la cocina y anime a mi mujer a que diera el paso y se decidiera a hablar con ellos abiertamente e intentara quitarle hierro al asunto y que se dejase la vergüenza para otra ocasión, pues era ahora cuando había que zanjar el tema. Me confesó que había estado pensando, que lo mejor sería actuar como que no le importaba y que no tenía por que dar explicaciones a nadie de lo que hacía en su casa y que lo que haría durante la comida sería picarlos con su mirada, pues al haberla visto así seguramente ellos pasarían más vergüenza, seguidamente me indicó que me fuera con ellos, que enseguida iría con la comida.

Estábamos hablando del partido del domingo cuando oímos el suave rodar de la mesa camarera, se abrió la puerta y ahí estaba mi mujer saludando como si nada, pero eso si, lo de pensar en picarlos había pasado a mayores, se había puesto el vestido negro, ese tan ceñidísimo, tan corto, el del escote tan generoso, ese que aún con él puesto es fácil adivinarlo todo. Y allí como tres estatuas de piedra a las que ha paralizado el rayo del deseo, pasaron algunos segundos, hasta que fuimos despiertos, tras mi mujer riendo solicitar ayuda.

Pasamos a comer, todos, como si nada hubiese acontecido en la mañana, se hablo de casi todo, porque del acontecimiento nada de nada, cayeron tres botellas de buen Rioja, y entre copa y copa iban navegando las miradas cruzadas, mi mujer muy lejos de haberse sentido cohibida se sentía la reina de la fiesta dedicándoles esa mirada tan cautivadora y felina que tiene, y en cuanto a ellos dos, solo les faltaba babear.

Después de la comida pasamos a la zona aneja, a los sofás, donde mi mujer mientras se exhibía intencionadamente nos fue sirviendo el café y la copa de CARDHU con hielo de la que los cuatro somos �adictos�, y de la que maliciosamente en la botella había colgado el antifaz. Evidentemente el grado de excitación que estaba consiguiendo mi mujercita ya era palpable, tan solo el hecho de encontrarme yo allí no había provocado que saltasen sobre ella, en cuanto a mi, todo aquello me divertía y a la vez también me excitaba.

El punto álgido se desencadeno cuando mi mujer se sentó en la silla frente a nosotros y tras sendos cruces de piernas, pudimos confirmar lo que seguramente todos sospechábamos, dado lo ceñido del vestido. Ha estas alturas íbamos los cuatro más que cargados de alcohol y de deseo, con lo que mi primo le dijo, prima te salvas porque esta aquí mi primo que si no, a lo que mi mujer se sentó entre ellos dos apoyando sus manos sobre las piernas de cada uno de ellos, bien cerca de sus entrepiernas y diciéndoles ¿Qué sino qué me haríais?

Y ahí se desencadenó todo, ellos dos empezaron a besarla y tocarla al unísono y pude comprobar como ella deslizaba sus manos a sus braguetas y donde botón tras botón todos fueron cayendo, con lo que no necesito solicitar ayuda para que ellos se la prestaran, una vez desprovistos de sus ropas le quitaron el vestido a mi mujer confirmando lo que los tres ya habíamos adivinado, ésta era su única barrera, ella cogió el antifaz de la botella y se tapó los ojos con lo que volvíamos a verla como en la cocina.

Seguidamente se situó de rodillas delante de ellos y mientras permanecían sentados empezó a chupársela a Miguel y a meneársela a mi primo, seguidamente cambió y paso a chupársela a mi primo, entonces Miguel se levantó del sofá situándose tras ella y tras erguirla empezó a follársela, y como tantas veces cuando follamos mi mujer empezó a gemir y como tantas veces tuve que poner la música alta para amortiguar el sonido, aunque esta vez me encontraba de espectador y era algo que por extraño que parezca me estaba produciendo morbo, se estaban follando a mi mujer y yo tenía una erección cojonuda, sin haberlo advertido me la estaba meneando como un voyeur.

Nuevamente se produjo otro cambio, ahora a Miguel se la chupaba y mi primo la follaba, aunque no se si ella sabría ya quien era quien, pues sus lindos ojos seguían tapados. Mi primo se tumbo sobre la alfombra y la dirigió para que lo montase a horcajadas, y vaya manera de montar, parecía ir al galope despegando su culo de la silla, subía y bajaba, subía y bajaba entonces me decidí a participar y ganándole la partida a Miguel, me acerqué lateralmente, le giré la cabeza y le acerque mi polla a su boca, con lo que en cuanto noto el roce la cogió y empezó a devorarla.

Miguel, lejos de resignarse quería seguir participando y empezó a acariciarle el ano y a introducirle el dedo por él, con lo que mi mujer inclinó su cuerpo ligeramente hacia delante consiguiendo poner su trasero más dispuesto, a lo que Miguel tras una buena dosis de saliva empezó a bombear, y desde ahí, aquella tarde fuimos dándole de distintas maneras y posiciones mucho placer a esa mujer enmascarada convertida en devoradora de hombres.

Evidentemente fue una tarde inolvidable para los cuatro, mi mujer porque gozó como nunca, y quizás porque ella así lo había soñado, mi primo y Miguel porque disfrutaron y consiguieron aquello que tanto habían deseado y yo porque al fin y al cabo lo había imaginado, soñado, planificado y manipulado cual director.


¿Que te ha parecido este relato?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este relato.

2 respuestas

  1. nindery

    Cоmpré lenceríа sеxу nuеva. ¿Quierеs vеr? – http://analsex4.fun

  2. helenx

    Stop jerk off. I know a site where thousands of single girls are waiting to be fucked. Look at them: http://xnice.fun/rt

Deja un comentario

También te puede interesar

Cuando El Metro Está lleno

anonimo

12/06/2021

Cuando El Metro Está lleno

Sin complejos.....

anonimo

06/10/2012

Sin complejos.....

NIÃ?A NO, AHORA MUJER

anonimo

19/05/2020

NIÃ?A NO, AHORA MUJER
Scroll al inicio