Un dia que salimos mi esposo y yo a comer. fue casualidad que ahi en el mismo restaurant vimos a una de mis hermanas besandose y acariciandose, los dos tenian sus manos bajo la mesa, es facil de imaginar que se acariciaban sus genitales. Mi esposo no soporto eso y salimos de ahi, por los siguientes dias lo veia callado, decaido hasta que lo enfrente y le dije que le pasaba, me confeso que tenia miedo que yo lo hiciera tambien, eso mas que molestarme me dolio y en un arranque de desesperacion le grite que «NUNCA» se lo haria. «Solo te pido que si lo haces quiero saber de tu boca». Al mes, asisti a una reunion con otros del trabajo, habia un hombre mas o menos de mi edad, platicamos mucho, al salir me invito a su depa y tomarnos el ultimo y tonta acepte, nos tomamos uno y otro, me mostro su gran coleccion de musica y me invito a bailar, una melodia trajo otra y otra, el estar abrasados podia sentir su ereccion, se me olvido todo incluso la promesa hecha, lo unico que sabia que disfrutaba su cercania y el sentirme deseada por el, me derritio y asi bailando me levo a su recamara, caimos y ya nuestras bocas juntas, nuestras lenguas en la boca del otro, sin despegarnos nos quitabamos la ropa hasta quedar completamente desnudos, puso mis pezones en su boca y con una mano me acariciaba mi raja bien mojada. Por la proxima fui cojida en todas las posiciones y por todos lados, me saco muchos orgasmos y cuando ya terminamos, limpia regresaba fue entonces que me di cuenta de mi gran error, me senti tan mal, temia enfrentarme a mi casa, tome la determinacion de contarle pero no todo, llegue y antes de acobardarme le dije que habia estado con otro, que hubo besos y caricias y nada mas, el me miro incredulo. «Y porque no paso nada?» «Queria decirte primero». No me dijo nada por la siguiente semana, hasta que me dijo que lo habia pensado y que si queria estar con el lo trajera aqui en casa asi nadie nos veria, pero que el queria estar preesente. Me dio gusto y dos dias despues lo traje, pueden imaginarse lo que paso.