Por

Anónimo

septiembre 14, 2010

9955 Vistas

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El Montubio se culió a Wilman

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Me llamo Wilman Ordóñez, soy un bailarín de danzas folklóricas costeñas y tengo mi propio grupo de baile en el que recluto a chicos para que sean mis bailarines, y debo confesar que para que también me distraigan por las noches. Soy bien blanco y guapo, tengo unos grandes ojos negros y largas pestañas, linda nariz y una boca sensual y mamona que les encanta, las mujeres también se mueren por mí y yo aprovecho esto para usarlas como despiste y que los padres de familia de mis alumnos no se den cuenta que en realidad me gustan los hombres bien machos y con vergas grandes y gruesas, no me gustan los gays o las locas afeminadas sino los hombres rudos y bien culiones como son regularmente los montubios costeños porque estos campesino tiene fama de ser buen culiador y cuando se trata de quitarse la arrechera no aguanta paro, inclusive tienen un refrán popular que dice: �Todo hueco saca leche�, por eso me gustan los montubios, porque no se andan con rodeos sino que si uno les hace una propuesta sexual; ellos enseguida se sacan la verga y me la meten en la boca o en el culo.

Tengo mucha experiencia tratando con este tipo de hombres del campo y se que su debilidad son los culos grandes, gordos y bien parados, y yo tengo un lindo culo carnudo y blanco porque mi cuerpo es bien formado pues he sido bailarín toda mi vida y este ejercicio le modela a uno la figura. Además aprendí a manejar mi esfínter muy bien y apretar el músculo del ano de manera que al apretar la verga de los chicos que me penetran estos se vuelven locos de placer y les saco la leche hasta la última gota haciéndolos míos por completo, así es como los conquisto y por eso es que he tenido muchos amantes, todos heteros, bien machos, uno más bueno que el otro, y los uso sexualmente hasta que me canso de ellos, luego los saco del grupo de baile y contrato nuevos hombres para siempre tener jóvenes amantes en mi cama.

Pero hace unos meses, conocí a un chico que me movió el piso y más bien fue el quien me volvió loco, o más bien loca a mí, resulta que se llama Aníbal y acababa de llegar a Guayaquil desde Chone, Manabí, la tierra de los hombres más culiones del Ecuador, Aníbal llegó a la casa de unos parientes cerca de mi casa en el Suburbio de la ciudad y su tía me lo presentó para que yo lo enrole en mi grupo de baile con el fin de que no ande de vago por la calle, hasta que le salga un trabajo bueno porque era para lo que el había venido a la gran ciudad, para trabajar.

Cuando lo vi, me quedé como los locos, porque el chico era grande, medía 1,75 y apenas tenía 18 años de edad, estaba jovencito, claro que ya era mayor de edad pero en todo caso estaba en la flor de la vida, tiernito, recién salido del cascarón, un pollito como decimos en mi tierra, y el pollito estaba muy bien formado, porque tenía una espalda ancha, cintura estrecha, era bien nalgón como buen manaba y con unas piernas tan gruesas y bien formadas como las de un futbolista europeo, de piel blanca como la leche, ojos verdes grandes y una boba grande y de labios carnudos y bien rojos, solo de verla me daban ganas de besarlo y morderle esos labios ricos pero no se podía porque había que disimular ante la vecina, así que le dije: �tranquila doña Rosita, vaya nomás que en este mismo momento lo registro como miembro del grupo de baile� y la tía se fue y me lo dejó en mi casa. Como yo vivo solo y en ese momento no estaba presente ninguno de mis otros alumnos del grupo aproveche para darme el gusto de recrear mi vista con semejante muchachote y le dije que para poder conocer bien sus medidas para mandarle hacer los uniformes y trajes de bailes, tenía que quitarse la ropa y el chico bien mandado se desnudó por completo delante de mis ojos que se abrían ante semejante monumento de hombre! Que pecho tan musculoso tenía y el vientre era lleno de cuadritos. La cintura era estrechísima y antes de finalizar la espalda se abría un culo descomunal con carne blanca y maciza, también puro músculo, no pude evitar preguntarle: �pero tu vives metido en el gimnasio o qué?� y el me dijo: �no, lo que pasa es que yo trabajaba en el campo y ese es un trabajo fuerte, solo para machos y uno saca pepa pues! �, �ya veo� dije sin dejar de admirar al hermoso semental, le pedí cínicamente y haciéndome el desinteresado: �sácate el calzoncillo también� y el muy obediente se lo sacó, ahí si que casi me da un infarto del gusto! El chico se manejaba una verga enorme, que aunque estaba flácida colgaba hasta un poco antes de sus rodillas, tenía pocos vellos pubianos y eran entre castaños y rubios como es lo normal en la gente de esta zona del Ecuador que es blanquísima y rubia, aunque se trate de simples campesinos.

Pero este chico debía tener algo de herencia de raza negra por alguna parte porque su pelo era castaño claro algo rizado y su pene era definitivamente el legado de esa hermosa raza sensual que es la negra!

No podía dejar de mirar fascinado su miembro balanceándose entre sus gruesos muslos así que el muchacho, me preguntó: �le gusta mi verga?�, yo titubeando mascullé: �si, asssí es, lo que pasa es que la tienes muy grande y me ha causado mucha sorpresa�, �si, eso siempre me pasa cuando me ven la verga las personas�, dijo el algo sonreído y orgulloso, �a sí que todos se quedan impresionados no?�, dije; y el muchacho respondió ya más seguro de si mismo y relajado: �y cuando la ven parada se quedan como locos� sonrió.

�Habrá que verla parada entonces, verdad?� sugerí hábilmente y el muy resuelto dijo: �Ya pues!, pero me la tienes que mamar para que se ponga dura�, �no hay problema, yo me sacrifico entonces!� y me puse de rodillas ante este jovencito enorme que se mantenía parado bien firme, muy masculino el, con las piernas bien separadas y la verga colgando. La agarré y me la llevé a la boca, menos tiempo me tomó sentir en mi mano la carne tibia de su pene que este en endurecerse, pude comprobar lo que Aníbal decía, su pene había alcanzado 22 centímetros de erección impactante, la carne firme del joven terminaba en un capuchón rosado enorme pues su glande era muy desarrollado y rosado como una fresa gigante, chupé y chupé ese pene blanco deleitándome con su buen sabor a verga limpia y joven, verga de macho sano y fuerte del campo, olorosa a jabón desinfectante barato y a hombre atlético. Mi excitación llegó al máximo cuando vi la figura del macho reflejada en el enorme espejo de la sala de bailes, era ver a un adonis de espaldas con un culo firme bien parado, las piernas separadas y un tipo arrodillado delante de el succionándole el falo gigante mientras que su rostro miraba extasiado al tumbado de mi casa con los ojos cerrados y dejando escapar un gemido de hombre apasionado, ese tipo de gemidos que solo los hombres que están gozando sexualmente puede emitir: �hooooooo�..que ricooooooo�..�

Aníbal debía ser muy culión porque interrumpió mi mamada y me agarró en el aire llevándome cargado al dormitorio, ahí me arrancó la ropa rudamente hasta dejarme completamente desnudo y me puso al filo de mi cama en cuatro al tiempo que acariciaba mi culo blanco que lucía soberbio en punta como un homenaje para el.

�que culazo tienes madre mía!� exclamó el joven campesino mientras que se agachaba para que su hermoso rostro de macho atractivo y joven quedara a la altura de mi orto, separó las cachas y nuevamente dijo muerto de gusto: �pero si tienes una tronera!� y entre risas escupió varias veces en mi culo para lubricarlo, me introdujo un dedo, luego dos y después tres, mete y saca , mete y saca, con salvajada para estirar el ano más aún porque su verga si que era gruesa carajo! Luego se incorporó y colocó la cabeza de su pene en la entrada de mi ano, lo cabeceo un poco, luego otro poco más y luego otro poco más, este cabeceo me resultaba muy placentero ya que acariciaba suavemente mi esfínter abriéndolo y luego dejaba que se cerrara solo, luego lo abría otra vez y lo dejaba cerrar solo, finalmente lo abrió más aún y así sucesivamente hasta que me empotró la verga hasta la mitad de una sola mandada! Abrí mis ojos con sorpresa y exclamé: �chucha!� pero que rico que se sentía aquel embutido de carne firme adentro caray!, lo relacionaba con una mortadela entera de pollo ensartada en mi hueco de placer, que cosa tan deliciosa! Entonces Aníbal comenzó ha embestir una y otra vez nuevamente hasta meterme el resto de su maravilloso pene. Yo araba el culo cada vez más, quería recibir ha este macho completito y no me arrepentía del dolor que me causaba, cuando el chico tenía ya su verga toda adentro comencé ha menearme para darle gusto porque se como enloquecer a los hombres y Aníbal dijo: �que puta que eres Wilman, eres una zorra!� y me embestía una y otra vez, pensé: �tengo que quedarme con este hombre porque es la verga más grande que me he comido en mucho tiempo� así que comencé a aplicarle mi estrategia del masajeo con el ano, aprisionaba con el músculo de mi culo su poderosa verga y le masajeaba el pene, �que ricura meco hijo de puta!� �eres un maestro no de baile sino de sacar leche� y entre risas y culiadas el macho no cesaba de meter y sacar fascinado su pene de mi culo pero de repente noté que cuando yo aprisionaba su verga con mi anillo de carne el tenía la capacidad de retirarla y luego volver a clavarla con tal fuerza que me abría inevitablemente el anillo por más que yo lo cerraba, como estuvimos en esta lucha bastante rato, midiendo fuerzas sexuales, terminé con el ano totalmente estirado y con una inflamación bestial! Sentía ardor y que me quemaba el culo y entonces me di por vencido y me entregué por completo a la pasión del chico que me terminó culiando y reculiando totalmente hasta que estalló en un mar de leche y me inundó el hueco, cómo habrá lanzado tal cantidad de semen este potro fogoso para que yo sienta que los hilos de leche corrían por mis muslos porque era tal la cantidad del preciado néctar que mi inmenso agujero no logró retenerlo dentro.

El pesado jovencito me cayó encima y yo me desplomé sobre el colchón y permanecí sin moverme debajo de el sintiendo sus líquidos y su falo incrustado en mis entrañas hasta que los dos caímos en un pesado sueño relajado.

Cuando desperté el toro hermoso que me perforó el culo se levantó y sentí como su pene ya semi erecto se iba retirando de mi interior dejándome la sensación de que me había marcado el orificio con su sello identificatorio, y me dio mucho gusto de eso.

Me quedé completamente fascinado con Aníbal, perdido por completo enamorado hasta las patas de este bello semental campesino, así que no me he separado de el hasta hoy, me culea a diario y claro que yo lo mantengo pero nada es gratis en esta vida menos lo que es bueno, eso cuesta caro y no me importa pagar por ello.


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2 respuestas

  1. nindery

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  2. helenx

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