Él es muy joven, no quiero decir exactamente edad, pero está en una edad en la que bastantes varones tienen sus hormonas a mil.

No imaginé que tan a mil como para llegar a hacer lo que hizo, nunca me hubiese imaginado.

Él viene comúnmente a mi casa porque no vive muy lejos, y ya sabe que puede ingresar cuando quiera a casa, sabe en qué parte está la lleve escondida en el caso de que con mi esposo no estemos.

Yo estaba bañandome, mi esposo no estaba, y de repente escuché que alguien desde el comedor decía tanto el nombre mío como el de mi esposo. Así que contesté, me di cuenta de que era él, y le dije que en un ratito salía de bañarme. En realidad recién acababa de entrar, acababa de sacarme el corpiño.

Del otro lado de la puerta del baño, justo prácticamente arriba de la puerta (del lado de afuera del baño) hay una luz que alumbra bastante bien el pasillo.

Yo estaba más o menos alejada de la ducha, acababa de prender la ducha pero todavía no me había metido. Estaba terminando de sacarme la tanga, cuando veo una sombra abajo de la puerta, exactamente de 2 piernas.

No dije nada, me hice completamente la boluda porque no quería mal pensar la verdad. Pero necesitaba sacarme la duda, no sabía cómo hacer y no se me ocurría nada.

Así que se me prendió la lamparita en la cabeza, y pensé ‘bueno, si está pasando lo que creo que está pasando, lo voy a comprobar’.

Lo llamé fuerte desde el baño, haciendo de cuenta que para mí él seguía en el comedor. Y le pedí un toallón «que me olvidé». Instantáneamente se vió la sombra de las 2 piernas desaparecer y se escuchó claramente a alguien corriendo hasta el comedor. Y desde ahí contestó «dale tía, ya te alcanzo.»

Abrí mínimamente la puerta, no se me veía nada, y se acerca a darme el toallón.

El pendejo pelotudo no se dió cuenta, pero con eso lo que quería ver era si tenía parada o no su pija. Y sí. La tenía claramente paradisima, se notaba muy evidentemente. Confirmado, el pendejo me estaba espiando.

No sabía qué hacer, no sabía si echarlo o qué hacer, esa situación se convirtió en un problema.

«Gracias, en un rato salgo de bañarme, esperame ahí en el comedor» dije y cerré la puerta del baño.

El muy pelotudo hizo de cuenta que había bajado, pero a los segundos se notó claramente de nuevo la sombra de las 2 piernas.

Habían 3 opciones. O lo echaba a la mierda y se pudría todo con mi hermana y mi familia (corriendo el riesgo de que no me crean), o salía y lo hablaba con él, o le daba lo que quería ver (indirectamente, obvio).

‘Bueno, el pendejo quiere ver algo, le voy a dar algo’.

Me metí debajo de la ducha y empecé a tocarme la concha, con la otra mano las tetas, en dirección a la puerta. La sombra de las 2 piernas se movía debajo de la puerta, yo seguía, me tocaba las tetas y después agarré una de ellas y me pasé la lengua por el pezón mientras empezaba a colar un dedo de mi otra mano en mi concha.

Admito que yo misma me iba calentando, así que me di vuelta apoyándome contra la pared y parando bien el orto (dejándolo completamente a la vista de la puerta) empecé a rozar el dedo por mi hueco. Mi calentamiento a esta altura ya era demasiado. Hasta que sentí miedo porque en breve abría la puerta y que me pegue una cogida, así que pensé más en frío y empecé a colarme 1 y luego 2 dedos por el orto mientras con mi otra mano me tocaba el clítoris, hasta que empecé a acabar.

En ese momento pensé, ‘qué hice? acabo de traumarlo, pobrecito’.

Igual también pensé, una vez que pasó algo parecido (en el hecho de venir y que justo yo esté bañandome, y que no esté mi esposo), yo escuché algo en el pasillo pero no le di importancia porque como ese día todavía no estaba colocada la luz que alumbra el pasillo, no se vió la sombra que lo delató.

Ustedes qué piensan de lo que hice? Estuve muy mal? Qué opinión tienen?

No sé si ya estoy enferma o qué, por eso sinceramente necesito la opinión de ustedes, y cualquier cosa voy haciendo más partes dependiendo de lo que ustedes opinen sobre esto.