
Por
Anónimo
Confesiones de una madre soltera - El Reflejo en el Espejo
Siempre he sido una persona cuidadosa, calculadora incluso. Nunca dejaba que nadie viera más de lo que yo quería mostrar. Pero hay algo que nunca le he contado a nadie, algo que me atormenta y, al mismo tiempo, me fascina. Es algo que sucedió hace unos meses, y desde entonces no puedo mirarme al espejo de la misma manera.
Todo comenzó una noche normal. Estaba en mi habitación, preparándome para una sesión en vivo en mi plataforma de contenido. Sí, soy creadora en OnlyFans, pero no es algo de lo que me avergüence. Es mi trabajo, mi arte, mi manera de expresarme. Pero esa noche fue diferente. Mientras ajustaba la iluminación y revisaba mi teléfono, noté algo extraño en el espejo de mi habitación. No era mi reflejo, al menos no del todo. Era como si hubiera alguien más allí, observándome desde el otro lado.
Al principio, pensé que era mi imaginación. El estrés, tal vez. Pero luego, la figura en el espejo sonrió. Yo no estaba sonriendo. Me quedé paralizada, sin saber qué hacer. La figura levantó una mano y la apoyó en el vidrio, como si intentara tocarme. Yo retrocedí, pero no podía apartar la mirada. Era yo, pero no yo. Tenía algo… oscuro en su expresión, algo que nunca había visto en mí misma.
Desde esa noche, comencé a notar cosas extrañas. Pequeños detalles que no encajaban. Mi ropa estaba en lugares donde no la había dejado, mis mensajes se enviaban solos, y a veces, cuando me miraba al espejo, sentía que esa otra yo me observaba, esperando su momento.
Lo más aterrador sucedió hace una semana. Estaba en una fiesta, rodeada de amigos, riendo y disfrutando como siempre. Pero en un momento de descuido, me metí al baño para revisar mi teléfono. Mis seguidores me pedían algo atrevido, como siempre, pero esta vez sentí una presencia detrás de mí. Me di la vuelta y ahí estaba ella, en el espejo, sonriendo de esa manera que me helaba la sangre. ‘Hazlo’, me dijo. ‘Muéstrales quién eres realmente’.
No sé cómo, pero esa noche hice lo que me pedían. No por ellos, sino por ella. Por esa otra yo que parece saber más de mí que yo misma. Desde entonces, he empezado a cuestionar todo. ¿Quién soy realmente? ¿Es ella mi verdadero yo, liberada de todas las inhibiciones? ¿O es algo más oscuro, algo que siempre ha estado ahí, esperando salir?
No sé qué hacer. A veces siento que estoy perdiendo el control, que ella está tomando el mando. Pero otras veces… otras veces siento que por fin estoy siendo honesta conmigo misma. Y eso es lo que más me asusta».
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