
Por
Anónimo
CONFESIÃ?N
Mi amado:
Pedro José,
Con respeto, te escribo esta carta, para contarte esta mi íntima confesión y de esta forma, liberar mi mente y alma, por medio de estas líneas.
Debo confesar mi amigo, comenzar esta epístola, no es fácil, ya que, temo a tu reacción, y perder tu estimación, confianza y amistad.
Es por eso qué, empiezo esta misiva, declaro abiertamente que, quisiera confesar, que tú, Juan Segundo, que, para mí, fuiste, eres y serás muy importante en mi vida, y en este sentido, expreso que, para mi eres, mi gran hombre, amigo, gran hermano, morocho de la vida, mi dulce papito, camarada, rey de reyes, mi gran único y deseado macho, eres tú sólo tú, mi gran y único sueño erótico. En mis sueños húmedos siempre estás presente.
Desde lo profundo de mi ser, mi gran deseo y anhelo es estar contigo, juntos y enredados en una gran cama perfumada, mullida, suave, caliente y blanca como la nieve, para poder acariciar y besar tus labios, y todo tu hermoso cuerpo de macho cabrío, tener una sesión de, rico sexo seguro, sabroso, rico y apasionado contigo mi amor.
Quiero, poder hacerte un gran, rico, mágico, gran e inolvidable sexo oral, que recuerdes siempre, para sí hacer que veas las estrellas, subas y bajes del cielo, además de dejarte los ojos blancos de placer inconmensurable, qué nunca olvides este ardiente y hermoso momento de nuestras vidas, durante todo el resto de tus días, de señor del amor.
Además, poder oler, chupar, lamer, succionar y saborear ese, tú gran hermoso, sabroso, negro, grueso, rico y caliente pedazo de pene, y tus lindas, grandes, tibias, suaves y sabrosas gónadas, llenas de sabor y olor a un hombre bien formado, y además en donde está guardado aquel sabroso elixir tibio, esa rica leche de macho, de hombre fornido.
Y, mientras te hago probar mi boca en ese primer encuentro de ella, con tu miembro viril, y éste, tú rico gran tamaño, un lindo porte monstruoso. dentro de mi experta cavidad bucal, comenzando ese rico, cadencioso y rítmico movimiento de caderas, tan sabroso, poseyéndome la boca con mucho amor y pasión, como todo un macho, sabiendo llevar el ritmo de la mamada. Ya tu pene ha logrado su máxima expresión de tamaño, ese lindo, rico y gran ariete de carne negra, debo confesar que no me cabe en mi boca, me pides, con voz sexi, entrecortada, que pare la mamada, que estás a punto de acabar.
Además, seguimos y comienza la penetración más sabrosa y rica, yo comienzo a gemir y sentir ese sabrosísimo movimiento cadencioso de tus poderosas y ricas caderas, con ese sexi y muy rítmico mete y saca, suavecito, y que a cada segundo que pasa aumenta su velocidad y ritmo, además, poder oír ese mágico y musical sonido aquel del choque de tus negras, ricas, sabrosas y calientes gónadas de macho, en mi ardiente y húmedo trasero. Por otra parte, sumando el oírte, como gimes, gritas muy fuerte, y que rujas como león y que aúlles como lobo en celo, dándome un placer, una pasión nunca vista, desbordada y desenfrenada de hombre adicto al buen sexo, y, yo darte ánimos haciéndote saber, cuan rico y sabroso lo haces, moviendo tus fuertes caderas e imponiendo el ritmo deseado, que me enloquece, por consiguiente te digo lo feliz que estoy y te expreso sin temor y tomando valor que, soy tuyo, sólo tuyo, mi amado y deseado moreno.
Además, puedas acabar en un riquísimo, sublime, excitante, exultante y gran rugido de pasión de macho alfa en celo, abrazándome muy fuerte, atrayéndome a ti con tu gran fuerza viril, pegas mi cuerpo fuertemente con el tuyo, acabando con grandes cantidades de ardiente y calcinante semen dentro de mí ardiente cuerpo, además de sentir esa, tú tibia y rica leche que emana del maravilloso, negro, potente, jugoso, pene, de mi gran macho de exposición, mi hombre experimentado y potente, que deja su linda huella indeleble dentro de mi interior
De esta forma, poder sentir y ver como cae rendido ese, tú hermoso, cansado, sabroso, potente, rico y sudado cuerpo moreno sexy sobre mí; y por fin, descansamos abrazados, enredados, y, yo sintiendo dentro de mí, esa sudada, caliente, palpitante, fabulosa, grande e inolvidable verga, que hace un rato atrás me hizo tan feliz, dejándola dentro de mi cuerpo igual de sudado, y dormirnos cansados, satisfechos y felices, sobre esa hermosa y revuelta, mullida cama, en ese dormitorio que nos acogió, nos llevó hasta las puertas del cielo, antes, durante y después de esa dura, deliciosa y rica faena sexual. Despierto, y te veo con una linda sonrisa de niño malo y malcriado, te digo susurrando eres maravilloso, quiero más. Retomamos esos ricos juegos eróticos, sin salir de la cama, te comienzo a tocar y acariciar tu hermosa herramienta viril, que en poco rato otra vez en mi boca, ese gran tamaño de tu rico pene.
Estamos una hora culiando, otra vez acabas dentro, como un caballo, eso me gusta mucho, nos bañamos, me das más y más amor bajo el agua, sintiendo nuestros ardientes cuerpos, cayendo esa mágica y tibia agua que nos envuelve y nos baña… Te Amo… Manu
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.