llevaba varios meses incitando, A Lorena a que se acueste con otros hombres, cada vez que hacíamos el amor, en el climax mientras la penetraba bien fuerte, la  cogía de las nalgas y simulaba ser otro hombre cogiéndola con mis dedos, algún pepino y otras veces un consolador,  por atrás, cogiendo su culito, penetrándola con los dedos, así entre cogida y cogida,  fue que fui metiéndole la duda, las ganas, el morbo de estar con otro hombre, así pasaron las semanas, hasta que un día, en pleno orgasmo, le digo entre jadeos, Diego métesela bien fuerte”,  fue una voz suave, fue como un pensamiento muy íntimo yo su esposo hacía de cuenta que se me escapo, ella  hizo como que no escucho, total  estaba sobre mí. Y mi verga  completamente adentro suyo,  y estoy seguro que la sentía rica, caliente, gruesa y dura como un palo, y le chupaba los pechos y ella me besaba el cuello, le di unos sentones más fuerte, para que supiera que estaba caliente, le agarre sus nalgas y las separe, como preparándola para otro hombre, y la verdad es que en ese momento me imagine a mi amigo, nuestro ser mas amado,  el menor de su familia metiéndosela hasta el fondo los dos al mismo tiempo, como drogados, me imaginaba a ella rebotando entre nuestras vergas, como un cuerpo en un toro mecánico y  se prendió algo muy fuerte dentro de ella, y me susurro al oído “que quieres Andrés ” ?,  No le respondí nada, solo se la metí mas rápido, 

“Dímelo ahora, que quieres?”, con la empresa realizada,  pare su penetración rápida y le pego un empujón fuerte, sintió todo mi pene dentro, mi fuerza, se vio revitalizada y lo solté “quiero que otro igual te disfrute” le dije, fuerte claro, caliente, decidido, ella me miro fijo a los ojos, buscando que me arrepintiera, la bese, rosamos nuestras lenguajes como locos, y sin dejar de besarla, comencé a moverme bien apegado a ella, bien rápido, su clítoris estaba justo en mi pubis, lo sentí rico, y entre gemidos, y besos, ¿“con quien quieres que coja”?, me pregunto y unos segundos después me volvió a repetir, gimiendo, balbuceante,  me  pregunto, la mire fijo, casi una lágrima de emoción se deslizaba por mi parpado no le dije nada, con ¿Quién? volvió a preguntar, mientras se acariciaba las tetas,? volvió a preguntar, ¿con quién me vas a compartir?, ¿con quién, me vas a ver como una puta?, ¿eso es lo que quieres?, verme como una puta, ¿quieres? ¿Eso? Verme a los ojos, ¿podrás verme a los ojos?, mientras otro me hace suya, frente a vos y posiblemente, yo no pueda soportar, y me entregue a otro, que me puede culiar mejor que vos, ¿eso quieres? Verme a los ojos mientras me resisto a gozar?. ¡Tu sabes, con quien!, respondí,  ¡Andrés!, Quiero que me digas, quien me va a culiar, me dijo, intensificando sus movimientos de cadera sobre mí, DIEGO respondí… ¿Diego?, es  mi hermano, no puedes pedirme eso, además, él no va a querer, ¿estas mal Andrés?, ¿quieres que lo llamemos y le preguntemos? Él me cuenta más mil veces, de cuando dormían juntos, y se apoyaban, ¡éramos chicos!, no teníamos adonde dormir, éramos muchos de familia, ¿Qué esperabas? ¡ Lorena!,  sabes que hasta los 15, no es ser chicos, y que se tocaban, y besaban por la noche, y que el, en una noche, te metió sus dedos, en….¡Basta! basta ¡Andrés!…lo llamamos, y confirmamos, dije, nooooo, dijo ella, ya basta, a ver como lo harás, como lo convencerás, imaginemos que soy tan pervertida de querer hacrlo con el, que quiero emostrarte, todo lo puta que soy, y le dije, el no tiene que verte, el, no tiene por qué saber a quién se está culiando… Andrés! Eres muy malo, me dijo, al oído, mordiéndome el lóbulo,  y  me  derrame,  la llene de leche, me sentí tu putita,  me dijo. Al fin lo había conseguido, la había convencido de coger con otro hombre y ella me obligo a que le escogiera con quien, ya éramos cómplices, aún más.

Así empezó Lorena a desear a otros hombres.

Relato editado el 14/09/2020