Por

Anónimo

mayo 13, 2011

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¿CAPRICHO DEL DESTINO?

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¿CAPRICHO DEL DESTINO?

Hoy me he decidido a contar mi historia, que verdaderamente fue una experiencia que jamás olvidaré y que me enseño mucho en cuanto a lo que depara el destino.

Soy un ejecutivo de una empresa de ámbito nacional, en la cual existen diferentes departamentos.

En mi departamento teníamos la suerte de trabajar en un ambiente de armonía, amistad y compañerismo ante todo; el grupo estaba compuesto por gente joven, a diferencia del otro departamento en el que me encontraba anteriormente.

La verdad es que mi integración con �la peña� como ellos suelen llamarse, había sido plena.

Pues bien ya habían transcurrido tres meses en mi nuevo destino de Madrid y todo marchaba mejor que bien, el trabajo era mucho más llevadero y además �la peña� era muy marchosa en cuanto a juergas después del trabajo, como fue el caso de una reunión de trabajo que tuvimos en la zona de Levante, donde fuimos desplazados cuatro compañeros y allí pasamos la semana. Todas las noches salíamos a tomar una copa y nuestra relación en cuanto a sinceridad fue creciendo, llegando a contarnos ciertas aventuras de alterne; una de esas noches mis compañeros insistieron en ir a tomar unas copas a un sitio diferente y entramos en uno de esos locales de intercambio de parejas, y verdaderamente no esperaba encontrar un ambiente tan normal, eso si, los reservados se encontraban detrás de unas puertas a las que podía acceder cualquiera que fuese invitado o lo hubiese pactado, tanto para intervenir como para observar. Cual fue mi sorpresa cuando dos de mis compañeros, Cesar y Javier, después de pactar con dos parejas se dirigieron a un reservado a montárselo en plan orgía.

 

Mi compañero Carlos me expuso que era algo habitual en ellos, pues de vez en cuando solían juntarse con sus respectivas esposas y organizaban fiestas de tipo sexual donde se lo pasaban a lo grande, ya que los seis eran muy liberales y sin perjuicios de ningún tipo, donde algunas parejas habían efectuado el intercambio, pues la verdad era simplemente sexo y además le daba un impulso muy grande a la relación de pareja en sí. Me contó que lo difícil era dar el primer paso, que eso les había pasado a todos, pero que una vez te iniciabas, lo experimentabas y veías lo satisfactorio de este tipo de relaciones, siempre estabas pensando en volver a organizar otro encuentro.

Pues bien, una vez que se unieron a nosotros Javier y Cesar nos contaron algunos detalles, Carlos les comunicó que ya estaba al tanto de los encuentros y ambos me hablaron aún si cabe mejor de este tipo de relación y empezaron a pedirme que me fuera animando y nos uniéramos al grupo, con lo que les conteste que a mi la verdad me picaba la curiosidad, pero que era un tema delicado y de ello tendría que hablar con mi mujer.

Al regreso del viaje la idea me ardía en la cabeza, pero claro una cosa eran las fantasías y otra muy distinta planteárselo a mi mujer, aunque somos muy liberales y en cuanto al sexo siempre estamos innovando (caretas, aceites, esposas, consoladores, vibradores, etc…) e incluso en ocasiones tirando de fantasías hemos imaginado montárnoslo con otra persona, cosa que en el momento de follar nos pone mucho más calientes, pero verdaderamente no sabía como se lo tomaría mi mujer.

Me decidí a proponérselo a los cuatro días de mi regreso, pues yo si que estaba preparado, no me podía quitar la idea de la cabeza y todas las noches hacía el amor lleno de deseo, y esa noche mientras que lo hacíamos empecé a fantasear con hacerlo con otra pareja y ella me siguió el juego pasándome un consolador y susurrándome al oído que estaba muy caliente y quería sentir dos pollas; así lo hice y empecé a bombear a la vez que le metía el consolador, lo que la estaba llevando al borde del orgasmo, entonces, cuando sus jadeos iban en aumento le susurre al oído que tenía otro amigo disponible en el cajón y lo iba a invitar a unirse a la fiesta, saqué el vibrador, me situé en posición del 69 y mientras que le comía el coño le introduje el vibrador en el coño y por vía anal el consolador, con lo que aumento el movimiento pélvico a la vez que me chupaba la polla como una loca. Fue uno de los mejores polvos que hemos echado, disfrutamos como pocas veces, después mientras nos recuperábamos fumándonos un cigarrillo le comenté que no estaría nada mal poder llevarlo a la práctica, que de hecho a mi me apetecía añadir algo nuevo a nuestras relaciones, y ella me contestó que si algún día lo hiciese, el tío tendría que estar de muerte.

Entonces aproveché y le conté lo de mis compañeros y su propuesta de unirnos al grupo, me contestó que si sabía lo que le pedía, que una cosa era fantasear con hacerlo y otra el llevarlo a la práctica. Yo estaba decidido y la mire directamente a los ojos y le dije que me dijera sinceramente sino le gustaría formar ese trío con el que tantas veces habíamos fantaseado, tras una sonrisa su respuesta fue afirmativa, entonces le pedí que se animase, pues en principio era hacerlo en grupo, el intercambio era opcional, y además teníamos la ventaja de mi próximo traslado a Barcelona y el que cada pareja viviese en una población distinta, con lo que si no nos gustaba no nos volveríamos a ver, sólo nos veríamos mis compañeros y yo, otro dato importante era que se trataba de gente joven, ya que los años oscilaban entre los 32 del más joven y mis 37 y según me habían contado, sus esposas, a las que no tenía el gusto de conocer, todas eran más jóvenes que sus respectivos. Me di cuenta que iba por el buen camino cuando me preguntó sonriéndose, si los otros dos también estaban tan buenos como Carlos, ya que recordaba que cuando fue a recogernos al aeropuerto, estaba para hacerle un favor; a lo que le contesté que bajo mi punto de vista, podía decirle que sí, que eran de ese estilo, era cuestión de aplicar una formula (juventud + gimnasio + vida sana) = cuerpo excelente.

Pues bien después de transcurrido todo un mes y después de muchas charlas y juegos eróticos complementados con los juguetes, conseguí el sí, lo que se lo hice saber a mis compañeros, éstos me felicitaron por la decisión y me anunciaron, que precisamente estaban planeando una cita para el fin de semana, que me llamarían por teléfono diciéndome hora y lugar.

El sábado por la tarde Carlos me llamó y me dio la dirección de un chalet. Acudimos a la cita y nos conocimos los ocho, y la primera impresión fue estupenda; las mujeres de mis compañeros estaban de escándalo al igual que lo está la mía, Laura era una bomba, rubia con unos ojazos azules, Sonia una morenaza de ojos verdes y Ana una rubia platino con el pelo muy cortito y unos ojazos negros. Carlos se encargó de presentar a mi mujer a Javier y a Cesar.

Tras las presentaciones, consulte a mi mujer si eran de su agrado, me contestó: sí, están muy bien.

Tomamos unas copas en las cuales depositaron unos polvos, de los cuales dijeron que nos ayudarían a desinhibirnos y así fuimos rompiendo el hielo, seguidamente nos pusimos a jugar a un juego tipo trivial, pero erótico, donde cada fallo nos costaba una prenda, con lo que al cabo de medía hora estábamos la gran mayoría desnudos y el alcohol dio paso a alguna raya de coca y después se desencadenó todo lo demás:

Laura empezó a besar a Cesar y su marido Javier a Ana la mujer de Carlos, Sonia me cogió por el cuello y empezó a besarme y pude ver por el rabillo del ojo como a su vez a mi mujer le ocurría lo mismo con Carlos y así nos fuimos liberando, y al cabo de diez minutos cada pareja había pasado a mayores, pude ver como Carlos le comía el coño a mi mujer, mientras que a mí, me la chupaba Sonia frenéticamente. No se tardó mucho en estar todas las parejas haciendo el amor. Miré hacía donde estaba mi mujer y me quedé alucinado de ver como estaba haciéndolo, se notaba que esto le producía morbo. Me concentré en lo mío y enseguida vino a reunirse con nosotros Laura, con lo que mi sueño se hacía realidad, hacerlo con dos mujeres a la vez. Miré hacía mi mujer y pude ver que había adoptado la posición que tanto le gusta, la de �cuatro patas� y había empezado a chupársela a Cesar, a la vez que Carlos la penetraba desde atrás bien cogido a sus pechos. Mientras tanto Sonia me cabalgaba y me animé a comerle el coño a Laura. A la siguiente mirada ya había cambiado de pareja, estaba haciéndolo con Javier y Cesar y ahora a Carlos, su mujer Ana le estaba comiendo la polla como una loca, en ese momento Sonia me puso su coño delante de mi cara y me puse a devorarlo con lujuria, mientras que Laura se encajaba en mi polla, al instante noté como también otra boca se encargaba de los testículos y pude comprobar que Ana también estaba con nosotros, con lo que ahora estaban las tres para mi y eso me parecía alucinante, estaba disfrutando como nunca, iban rotando en cuanto a que las follase, ahora Ana, ahora Sonia, ahora Laura, me sentía extasiado de placer cuando caí en la cuenta y miré hacía mi mujer y me di cuenta de que no la conocía realmente, allí estaban mis tres compañeros follándosela al unísono y ella moviéndose como una loba en celo, se le veía disfrutar como nunca, entre cambio y cambio de posición gemía fuertemente, como jamás la había escuchado. Me contenté pensando que yo también me estaba follando a sus mujeres. Entre tanto Laura y Sonia le dejaron hacer a Ana y ellas se montaron un lésbico. Ana follaba como los ángeles, pero no podía apartar la mirada en cuanto a lo que hacía mi mujer, hubo un momento donde nuestras miradas se encontraron y me indicó que fuese hacia allí, con lo cual dejé a Ana insinuándole que entrase en el juego lésbico y me acerqué hacía el otro bando, mi mujer me cogió la polla y empezó a meneármela mientras galopaba y chupaba como una loca, Carlos que la poseía analmente, en ese momento empezó a gemir y gritar de placer mientras la enculaba salvajemente, seguidamente Cesar también incrementó su ritmo y se corría con lo que ocasionó que mi mujer llegase al orgasmo y mientras que lo hacía devoraba la polla de Javier que ya también gemía, entonces se encontró con mi mirada y sonriéndose siguió sin parar de chupársela mientras él se corría. Cuando terminaron los espasmos de Javier, se me acercó al oído sin dejar de meneármela y me dijo: ¿te gusta como lo hago?, ¿te gusta como me los trabajo?, ¿te ha gustado verme follar?, ¿no era así como tú lo querías? Y se puso a chupármela mientras movía insinuantemente el culo para invitar a alguien, a lo que no tardó en acudir Carlos, iniciándose un nuevo episodio, de tantos y tan gozosos como disfruto aquella noche mí mujer.

Cuando ya despuntaba el alba nos fuimos despidiendo y quedamos en que nos volveríamos a ver pronto para repetirlo, aunque yo ya no estaba muy convencido, no me había gustado mucho ver a mi mujer con los tres, pero irremediablemente nos veríamos pronto, pues estábamos invitados todos a la boda de una compañera que se casaba en el próximo mes.

Durante ese mes nos referimos a la experiencia en más de una ocasión y la verdad yo ya tenía mis dudas de querer volver a repetirlo, pues cada vez que recordaba a mi mujer follando con los tres me entraba cierta desazón y ya no me consolaba el haberlo hecho yo con las tres y mucho menos después de darme cuenta que a mi mujer le había encantado, me decía entre sonrisas que había sido alucinante, que había encadenado varios orgasmos y que era súper morboso el trabajarse a tres a la vez, y esperaba que en la próxima reunión me uniese antes al juego, pues el hecho de pensar en montárselo con los cuatro ya la ponía caliente.

Llegó el día de la boda y en la puerta del Juzgado nos encontramos con mis compañeros que estaban hablando, nos saludamos y enseguida los tres iniciaron comentarios alusorios a lo bien que lo habíamos hecho, cruzando miradas picaronas y de complicidad con mi mujer, a las que ella respondió igualmente.

Les pregunte por sus mujeres y nos dijeron que llegarían más tarde. Nuestra sorpresa fue tremenda cuando pasada media hora se acercaron tres mujeres totalmente desconocidas y se presentaron como sus respectivas.

Fue entonces cuando me di cuenta de la trampa que me habían tendido esos cabrones, ellos se habían estado follando a mi mujer y yo entretanto lo hacía con tres fulanas contratadas para ese servicio.

Nos marchamos inmediatamente de allí y al día siguiente pedí la cuenta en la empresa y nos trasladamos a otra ciudad.


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2 respuestas

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