Anhelado paseo

Alguna vez de noche y muy excitada pensé en mis fantasías. En cada una de ellas me tocaba, metiendo mi dedos profundamente, pensando como sería vivirlas y sí alguna vez podré cumplirlas… Ellas eran muchas; deseaba hacer el amor en la calle; abordándome y yo vestida de prostituta; Otra sería bailar, excitar y tener sexo con dos amigos a la vez;  un caballo pueda penetrarme; sería sexy seduzca a alguien mayor; excitar a un cura contándole historias de sexo pecaminoso y por mi ropa inapropiada para una iglesia; hacer el amor en un confesionario. Una historia sexy sería penetrada en una barra de un bar, luego irme  al baño y ser penetrada por otro hombre y mi pololo mirando; Durante un almuerzo siendo la única mujer en el comedor, sentarme en la cabecera frente a un espejo y ser penetrada por cada uno de los invitados mientras todos miran, pasando uno en uno hasta que anochezca uffff tanto semen en mí….muchas que ya quiero vivirlas, me excita sólo pensarlo, soñarlo.

Un buen día tuve una oportunidad. Ya era tarde y estábamos algo bebidos. Regresábamos de salir a un pub en que mucho nos reímos, comiendo cosas ricas, fue una noche muy conversada y compartida. Ya era hora de irnos y bajamos al subterráneo del Barrio Lastarria. Debió haber sido cerca de las 3 de la mañana. Hacía frío, por lo que andaba vestida con un largo abrigo, botas largas negras y un vestido burdeo. Debido al frío, ocupaba unas sexys medias negras con ligas, para el frío y como para sorprender a mi pololo y sí que lo logré cuando se lo conté al oído. bajamos por las escaleras y mi pololo, levantando mi vestido tocaba mi cola y sutilmente acariciaba mi parte. Continuamos caminando, pero no había nadie abajo. Que asombro tuve cuando me percaté que mi pololo caminaba con su pene fuera del pantalón! Me dio risa y me incitó a la vez, sólo quería tenerlo en mi boca…  Casi llegando al auto y frente a una pared, me toma enérgicamente y entra muy fuerte, grito tan fuerte que se pudo escuchar un gemido en todo el estacionamiento. Me afirmaba con una mano, mientras con la otra tapaba mi boca, para que se no me escuchara gemir. Sus manos envolvían mis  pechugas. Que sensación más exquisita, que excitación más grande! Terminamos a la vez, sintiendo como entraba mucho semen dentro. Sentía como bajaba caliente entre mis piernas. Exquisito. Juntaba mis piernas y seguía sintiendo. Que excitante y sorpresivo fue.

Ya íbamos camino a casa. En el camino, continuaba excitada y quería más. Saqué bajo su cierre del pantalón su pene y lo metí a mi boca mientras él manejaba. Lo agitaba y agitaba porque era una de esas noches que si necesitaba algo era de ese líquido lechoso llamado semen que brota como un chorro del pene que para mí es realmente la más excitante perversión. Lo movía tanto, mi lengua la pasaba como perra, mordía suavemente sus testículos y él moría de calor… Salió mucho, que rico ver salir y dejar semen en mi cara y con mi lengua limpiarlo. Levanté mi cabeza, pero aún faltaba por llegar. Yo definitivamente quería mucho más. Le propuse algo, cumplir al fin una de mis fantasías…  Hacer el amor con un amigo mío o de él, mientras él nos observa…

Llamé a algunos amigos, pero sólo uno contestó y estaba en la playa. Me dijo que volvía el lunes, pero yo quería ahora y aún quedaba mucho para el amanecer. Mi pololo tenía un amigo de nombre Francisco. Él era alto, moreno y algo fornido. Vivía sólo en un departamento, donde siempre nos escribía e invitaba. En algunas oportunidades luego de ir a algún pub de Santiago, pensamos en ir a verlo a su departamento e incluso le escribí correos sexis, llenos de insinuaciones que finalmente no pudimos ir por diferentes situaciones. Le escribí para haber que hacía, explicándole que estábamos con mi pololo y que esta vez sí que iríamos y lo pasaríamos muy bien, pero muy bien en su casa.

Llegamos a la casa, Mi pololo revisó mi vestido por sí tuviese semen, pero no hubo nada. Tocamos el timbre y el con pijama y bata. Nos preguntó si nos molestaba, a lo cual le dijimos que no, que era culpa de nosotros por lo tarde que llegamos.

Hablamos un rato sobre muchas cosas, mientras tomábamos algo de ron que sí bien no me gustaba, era lo que había y estaba bien. Mientras hablaba, miraba su departamento que estaba ubicado en un primer piso y me intrigaba como una propiedad fiscal podía ser tan grande y sólo para él.

Se nos acabó el hielo y la bedida. Mi pololo dijo que él iría, mirándome antes de salir y dejando claro que esta la oportunidad de cumplir mi fantasía. Francisco estando algo mareado, fue a la cocina a preparar algo más para comer, mientras yo habría una ventana y enviaba un mensaje a mi pololo para que supiera cual. Fui al baño y arreglé mi vestido, sacando algo más mis pechugas y retocando el maquillaje oscuro y boca. Estando ahí, mi pololo me dijo que ya había llegado y que estaba en la acordada ventana esperando. Al escuchar esto fui a la cocina y le pregunté a Francisco que preparaba y luego por la música. La cocina daba justo al living del lugar, apagué la luz y encendí la lámpara. Bailaba algo mareada, pero muy sexi pensando él me miraría y se excitaría.  De reojo miraba y él estaba ahí. Fui a la cocina a buscarlo y le pedí me mirara justo una canción electrónica sexi en la radio, porque quería viera como bailo, porque tenía algo preparado para mi pololo como nunca lo había hecho para él y quería conocer su opinión.

Lo senté y comencé a bailar, no me saqué nada, sólo movía mis caderas, tocaba mis pechugas y tocaba mi cuerpo, levantaba mi vestido sutilmente, me apoyaba en una sillón moviendo mi cola como si fuera penetrada, luego bajaba y subía mirándolo excitada. Me arrodillé con mis manos hacia delante y mi cola levantada con mis piernas levemente abiertas, pronto me levanté lento y al tiempo que tocaba mi cuerpo. La canción cambió en la radio y me dio literalmente las gracias, por lo que vio, que me dijo era lo más sexi que había visto en su vida. Pensaba yo en que pude haber sido más erótica, desenfrenada y provocativa, no podía ser…

Al terminar la canción, me dijo que lo hice muy bien. Se notó en su pantalón lo excitado que estaba… Le pedí recorriéramos el depto., así mi pololo tenía la oportunidad de entrar. Me mostró todo el lugar, mientras sentía el miraba mi cuerpo y estoy segura que le gustaba lo que veía. De camino a regreso al living y en el pasillo, tenía una barra para colgarse a hacer ejercicios, a lo cual pedí hacer. Estaba algo alta, por lo que le pedí me ayudara, tomándome de la cintura y levantándome a ella. Al levantarme con mi escotado vestido, mis pechugas rozaron su cara. Quedé colgada e intenté hacer una barra. Hice una con dificultad, que entre lo mareada y excitada no era sinceramente mi intención. Miré hacia la ventana donde estaba mi pololo y me di cuenta que había mirado todo, así que decidí hacerlo ahora, cumpliendo al fin mi sueño, mi fantasía que quise tantas noches en mi cama de verano… sentir ese pene de ese hombre robusto y alto, pensando sería un pene grueso y grande, pensarlo en mi boca explotando semen, en mi parte muy adentro, además en mi cola sintiendo ese agradable dolor…. Entonces lo miré y con mis piernas lo apreté fuerte, diciéndole que era para no caerme, mientras estoy sujetada arriba con mi manos y con un escote que le dejaba mis pechugas en su cara, comienzo a subir haciendo barras, para luego bajar apretando mis piernas alrededor de él, sintiendo su pene muy erguido. Hice este movimiento 3 veces antes de mirarlo y besarlo. Él no daba más de excitado, llevándome sobre una pared y metiendo una de sus manos en mis senos y besando mi cuello, mientras miro el techo. Me decía Claudia eres exquisita. Desabrochó su pantalón y sacó un pene de 25 cms. al menos y buscando entrar en mí. Cuando sentí estaba entrando, me dejé caer con fuerza y quizás fue demasiado. Lo sentí tan fuerte, que lo sentí hasta el cuello, dando un grito fuerte. Me moví mucho rato, dejando entrar cada uno de los centímetros de su pene delicioso y grueso. Terminó y me bajó. Lo siguió moviendo, a lo que me puse de rodillas y lo dejé en mi boca, dejando en mi lengua el resto de semen… lo moví, lo agité un buen rato mirándolo a la cara, verlo con los ojos cerrados y boca abierta, disfrutando a más no poder. En mi boca lo empecé a sentir nuevamente duro y crecido. Lo miré con más detalle, mientras en mi boca estaba con sus testículos… Me levantó y me dio vuelta, penetrándome fuerte… me daba con tanta fuerza que me hizo terminar al poco empezar, pidiéndole esperara. Lo saca y lo entra en mi cola… Nunca sentí un dolor tan grande, pero estaba tan excitada que no quería parara. Casi me rompe por dentro. Me encantaba como entraba y salía con rudeza. Francisco no pares, sigue fuerte, decía yo… Terminó y me llevó a su pieza. Mi pololo entró por la ventana a mirarme de cerca. Yo lo senté en su cama, mientras comencé chuparle el pene nuevamente. No era mucho lo que en mi boca entraba, pero tan rico. Grande como ninguno. Luego me senté sobre él y me moví fuerte, sintiendo como entraba todo y dejaba en mí mucho semen, porque sentí caía entre mis piernas. Me levanté y él estaba exhausto, su pene en “pie”. Debemos volver pronto le dije muy bajo camino al baño a mi pololo…

Fui al baño y no paraba de reir sola de lo sexy que viví. La vida es para vivir todo pensaba… Me miré al espejo, parecía cansada, pero muy contenta y mi cara con aún con semen. Gracias por vivir esto, creo que nunca olvidaré esta noche. Ya viviré otra historia.