Últimos Relatos sobre Gays

Una semana después de la competencia, él estaba en mi puerta: el vecino cuyo gruñido respondió a mis gritos. Su excusa del azúcar fue ridícula, pero la tensión no.

Mi cuñada está obsesionada conmigo. Nos cogemos a escondidas de mi esposa, su hermana. Cada encuentro es más arriesgado y morboso. Sé que esto va a explotar, pero su cuerpo y su locura no me dejan parar.

Espié a mi madre chupando y montando a mi padre. Ella me vio y, desafiante, limpió su verga con la lengua frente a mí. Mi orgasmo manchó el pantalón.

Llegué a casa más temprano y agarré a mi esposa siendo cogida por un negro bien dotado. Se la tiró de todas las formas—chocha, culo, boca—y ella, siempre sumisa, se vino como nunca. Me dio un coraje, pero con la verga bien dura. La rutina del matrimonio jamás volvió a ser igual.

Estoy dividida entre Miguel, mi novio perfecto que respeta mi virginidad, y Rodrigo, el jardinero que me folla el culo de manera salvaje cada mes. Mientras Miguel me besa con ternura, Rodrigo me empuja contra las paredes de mi propia casa. No sé cómo llevar esta doble vida, pero la adrenalina de tener un secreto tan ardiente me mantiene enganchada.

Sus palabras me encendieron de nuevo como nunca, estaba más sometida y entregada que nunca en la vida y aún no habían empezado con ella.

El marido grabó cómo reventé a su esposa. Le metí la verga por todos lados mientras él narraba y se jalaba. Fue tan morboso que aún me excita recordarlo.

Otra experiencia con mi prima

Mi vecina madura me pilló masturbándome y confesó que le gustaba verme. Ahora nos encontramos en la terraza para comernos vivos, follamos como animales y ella me enseña cosas que ni en mis mejores fantasías.

Mientras mi novio Vladimir roncaba borracho, su amigo Manuel me cogió como una puta en mi propia cama. Me llenó la boca de semen y me reventó el coño a nalgadas hasta venirse dentro. Al final solo me llamó "puta" y se fue, pero valió cada gemido ahogado.