
Por
Anónimo
Solo una cliente.. o no...
Mi nombre es Patricia tengo 29 años, soy abogada, me gradué muy joven, siempre he tenido una vida tranquila, cómo cualquiera debería tenerla, una carrera, trabajo y miras de tener una familia. En estos momentos estoy comprometida en matrimonio con el hombre más maravilloso del mundo, pero algo que siempre he tenido en mi interior y que me atormenta todos los días son esas ganas desenfrenadas de probar por primera vez el sexo lésbico, la sola idea me exita y me llena de lujuria.
Una semana como cualquiera en mi despacho, recibo una llamada un poco extraña.
– hola buenos días, mi nombre es Tatiana, hablo con la licenciada Contreras?
– si con ella habla, en qué puedo ayudarla?
– Necesito su ayuda con urgencia, mi marido me está demandando y quiere quitarme la empresa por la que tanto e trabajado, cuando podríamos vernos?
– claro que puedo ayudarla. venga está tarde a mi oficina y podemos hablar tranquilamente.
Quedé muy intrigada con la llamada porque normalmente mis clientes llaman directamente a la oficina pero no me pareció extraño, seguramente algún conocido le facilito mi número, seguí trabajando como si nada hasta la hora del encuentro que cambiaría mi vida por completo.
A las horas de la tarde luego de un café y un cigarrillo con mi asistente sentí una aroma distinto en la habitación, cómo el ambiente había cambiado y la vi entrar a mi despacho. Una mujer alta, delgada con unos senos perfectos, un poco pequeños pero una forma hermosa, tenía una falda ajustada hasta sus rodillas y una blusa dorada con un escote un poco más que revelador. Su cabello dorado hasta la mitad de su espalda, sus ojos azules y unos labios hermoso y sensuales.
-Buenas tardes licenciada, mi nombre es Tatiana, hablamos está mañana. Dice ella con su mejor sonrisa y tiende su mano hacia mi.
Quedé completamente helada, jamás alguna mujer me había dejado aturdida de esa manera, solo el tacto con su piel fue una corriente que paso directo a mi entrepierna.
-buenas tardes, es una placer conocerte, ponte cómoda, toma asiento y dime en qué puedo ayudarte. Trate de sonar lo más tranquila posible pero sin lograr despegar mis ojos de sus redondos y jugosos labios.
Ella cuidadosamente explico si caso y aunque trataba de disimularlo podía sentirse la tencion entre ambas, ella me miraba de arriba a abajo, no es por nada pero yo tampoco estoy nada mál, mido 1.60, tengo un buen y definido trasero, mis senos son grandes y tienden a salir un poco de mis camisas por más que intento taparlos, mi cabello es negro corto en mi hombro, mi piel es muy blanca y amo tener mis labios de un rojo carmesí.
A medida que iba pasando la tarde quise descansar un poco del problema y para sentirnos un poco más cómodas ofrecí a servir un trago, acostumbro a tener un poco de whisky en mi oficina para aliviar la tensión.
Después de hablar y hablar sobre nuestras parejas y su divorcio, los tragos ya estaban haciendo algo de efecto y ya era bien entrada la noche, empezamos a conocernos un poco más y hablar de asuntos más intimos, cada vez nuestros cuerpos iban despertando y acercandose más inconscientemente, hasta que ya estábamos ambas sentada en el sofá grande mi oficina y su mano se poso en mi pierna haciendo algunos círculos sugerente, yo estaba extasiada, excitada y un poco valiente por los tragos.
-Oye y como es que una mujer con tus atributos no está casada todavía?. Pregunta ella descaradamente mirando mis senos y poniendo una de sus manos lo más cerca que pudo de mi trasero y acercándose más a mi.
-ya estoy comprometida pero algunas cosas me hagan dudar de dar el siguiente paso, todo siempre es igual y quiero un poco de adrenalina en mi vida. Sin apartar los ojos de sus senos que me pedían a gritos que los pusiera en mi boca.
Después de unos minutos de hablar, nuestras manos estaban un poco más que dispuestas a rozarse, ya estamos acariciando nuestros cuerpos la una a la otra sin prestar mucha atención en un fingido autocontrol y ya estado a centímetros de cumplir mi fantasía más deseada, sus labios casi rozando con los míos..
RING RING RING… Suena desesperante su teléfono y rompe nuestra burbuja de deseo y sensualidad. Recobre el sentido y me dispuse a reorganizar los documentos, cuando ya estaba todo listo, salímos de mi oficina y nos dirigimos a el elevador.
Al entrar regreso esa tensión, ese deseo por esa hermosa mujer que se encontraba a mi lado, sola, sexy y con ganas de más.
-Me encantó poder desagorme contigo, no solo eres la mejor abogada, también debes ser la mejor amiga y la mejor novia. Al decir la última palabra miro hacia abajo y pude notar algo de rubor en sus mejillas y tentativamente paso su manos por su pecho. Eso fue suficiente para desencadenar en mi el deseo más perverso. Esta mujer debe ser mía.
Nos despedimos con beso y abrazo en el que todavía se podía sentir la electricidad entre ambas.
Al llegar a casa, fui directo a la ducha para tratar de bajar un poco ese calor que recorría mi cuerpo y sin poder evitarlo empecé a tocarmis senos, mi trasero y mi vagina imaginando su cuerpo desnudo, pasando mi lengua por cada centímetro de su piel bronceada, recorriendola por completo, chupando sus jugos y tuve un orgasmo glorioso que me dejó tumbada en el piso de mi ducha.
El resto de la semana paso sin novedades, intentando sacar de mi mente ese caliente encuentro, al tener sexo con mi novio lo único que podía imaginar era a Tatiana y sus labios carnosos, ya en la tarde del viernes dispuesta a disfrutar de mi fin de semana de vino y masturbación en mi casa. Llegó un mensaje a mi teléfono
*Tatiana: Hola licenciada, solo quería saber cómo iba mi caso*
Quedé congelada al leer sus palabras e inmediatamente sentí que la exitacion de mi cuerpo regresaba.
*Patricia: hola, todo marcha excelente en tu caso, vamos a poder ganarlo sin problema. Aunque me gustaría reunirme contigo para tratar ciertos puntos*.
Mi corazón latía fuertemente, estaba mojada y tan excitada solo por imaginar volver a verla. Después de dos minutos mirando mi móvil, apareció la respuesta que tanto esperaba.
*Tatiana: Claro, podríamos vernos hoy en mi casa si no es mucho atrevimiento, puedo preparar una cena deliciosa.
Me apresure en responder, tratando de no sonar muy desesperada.
*Patricia: si no hay ningún problema, me encantria probarla… Enviame tu dirección y estaré allí*
Rápidamente recogí los documentos en mi oficina y sali de mi Despecho directo a mi casa, tenía que cambiarme y ponerme ropa interior fresca, ya que la que tenia estaba completamente empapada por la anticipación de saber que iba a tenerla cerca de mi una vez más. Mi novio Lucas llamo varias veces para saber cómo estába pero no me apeticia en lo más mínimo estar cerca de el.
A las 8 en punto me encontraba estacionada afuera de su edificio, nerviosa y temblando. Me arme de valor y baje de mi coche, todos los hombres a mi al rededor me miraban y sabía bien por qué era, mi vestuario era de lo más sensual y formal al mismo tiempo, pantalones de cuero muy ajustados, tacones altos, camisa blanca con botones queriendo explotar en cualquier momento y mi chaqueta empresarial. Era conciente de que era mi outfit de trabajo más sexi, solo lo usaba en caso de emergencia.
Al llegar al Apto mis manos temblaban, respire hondo, toque el timbre y a al minuto ella abrió la puerta.
Era una diosa, perfecto con su vestido color Rosa hasta las rodillas, acentaba perfecto cada parte de su hermoso cuerpo y con un delantal de cocina que hacia un complemento perfecto a sus aires de chica buena y de casa, que escondía algo oscuro y delicioso que yo moría por saboriar.
– Bienvenida licenciada, pase adelante, está en su casa. Permíteme tu abrigo y ya te traigo una copa.
-muchas gracias por invitarme y ya deja de llamarme licenciada, dime Paty. Creo que podemos hablar confianza.
– bueno está bien Paty, me alegra mucho que aceptarás mi invitación, no sabía si podrías venir por lo de que soy tu cliente y esas cosas.
Al terminar la oración ví como nuevamente tenía sus mejillas sonrojadas, me pareció la cosa más tierna de mundo pero quería continuar con su juego un rato más.
– es precisamente por lo que vine, no? A hablar del caso… A menos que tengas otros temas en mente. Le dije sin pensarlo demasiado.
Ella solo sonrió y me condujo hasta la sala de su apto, era pequeño pero muy bonito, con todo lo necesario para que una mujer soltera viviera tranquila y en paz, ventanas amplias con una vista hermosa de la ciudad, ya podía imaginar metiendo mi mano en su vestido mientras admiraba esa vista espectacular.
Al cabo de un rato conversando sobre el caso y con dos copas de vino en la cabeza, me informa que ya la cena está lista así que me ofrezco para ayudarla y ella amablemente me rechaza y dice que tome asiento en la mesa del comedor.
Comimos alegremente pero ya las copas de vino estaban haciendo su efecto y cada vez podía sentirse más y más la tensión entre las dos, ella no quitaba la mirada de mis pechos y mordía sus labios con frecuencia. Le pregunté si podía encender un cigarrillo y dijo que en el balcón no habia problemas y que ella iba a acompañarme. Salimos a la fría noche y nuestros cuerpos reaccionaron a la brisa poniendo nuestros pezones duros como piedras podía ver los suyos a través de la fina tela de su vestido.
Encendí mi cigarrillo y ella se sento en la conisa del balcón quedando sus pecho a la altura de mi boca y sus piernas ligeramente abiertas hacía mi.
– ven acércate quiero probar un poco de eso, nunca he fumado.
– de verdad? Ni en la universidad? Bueno no diré que me alegra ser tu primera vez en este caso.. Y suavemente coloque el cigarrillo en su boca, rozando sus labios.
Ella hizo un pequeño moviendo y logré quedar justo en medio de sus piernas, mientras con una de sus manos acariciaba un mechón de mi cabello, ya la tensión era demasiada, necesitaba sentirla, tocarla, probarla y me traicionó mi impulso al rodearla con mis brazos y poner mis manos en su tracero, comense a acariciarlo poco a poco mirándola directo a los ojos. Dió un pequeño suspiro que dió rienda suelta a lo que yo necesitaba.
Poco a poco fui acercando mi cara a la suya, hasta que nuestros labios empezaron a rozarce y nos hundimos en un jugoso y delicioso beso, sus labios tan suaves y decididos al mismos tiempo, sus manos acariciando mi espalda y mi cabello, sus piernas envueltas a mi alrededor y su vagina abierta a mi completa disposición, baje mis manos al borde de su vestido y empece a subirlo, cuando note su exquisita ropa interior de encaje en color rosa pastel, se veia tan inocente y deliciosa. No pude resistir más y hundí mi cara en ese fruto exquisito, su vagina era la gloria, húmeda, perfectamente depilada, rosada y con un sabor que podía competir con platillo más exquisito de los dioses. Ella gemía desenfrenada y se aferraba a mi cabello. Unos minutos de estar degustando ese manjar ella llego en un perfecto orgasmo que inundó mi boca y mi cara entera.
-wow eso fue de otro mundo.. gracias.- susurra mientras recupera el aliento, mirándome con ganas de más.
Sin pensarlo dos veces la ayudo a bajar y la conduzco a la sala, mientras nos besamos con pasión, pasamos las manos por nuestros cuerpos sin dejar pasar ni un centímetro, me desploma en el sofa y empezá quitarme toda la mi casa lo más rápido que puede, lo veo en sus ojos, ella está ansiosa por probar mis jugos y es lo que voy a darle. Retiro su vestido de un tirón y comienzo a mamar sus tetas con pasión, lujuria, deseo como una bebé que quiere su leche.
Ella logra quitar mis pantalones y se agacha para quedar justo en mi vagina, comienza una suave tortura con la pinta de su lengua.
-Quiero probar todo de ti Paty, desde que te vi no he dejado de soñar con hacer esto- hundió su lengua dentro de mi, chupaba, mordía, lamia y disfrutaba de mi sexo.
Mi extasis me tenía en las nubes, jamás pensé sentirme de esa manera, explote en un orgasmo tan fuerte que casi sentí desmayarme, ella regreso a mi boca y pude sentir mi sabor mezclado con su saliva, era embriagador y yo quería más….
CONTINUARÁ….
Una respuesta
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