DESCUBRIENDO EL PLACER CON UN DESCONOCIDO….Por Mapmaker

El desconocido estaba sobre el lecho, las manos fuertemente atadas a sus espaldas, los pies atados a las esquina de la cama, un bocado de madera servía de mordaza para evitar que gritara y una bufanda cubría sus ojos para que no lo identificara..

Continuaba dormido, bajos los efectos del alcohol.

Lo desnudó completamente antes de atarlo, tenía un cuerpo enjuto, fibroso pero lo que más le llamó la atención e hizo que se le hiciera agua la boca fue el gran miembro viril en estado flácido, de color canela, el prepucio cubriendo el glande, los gordos y peludos  huevos…tragó saliva….su garganta estaba reseca, su corazón comenzó a latir desenfrenadamente….

Acercó la mano a aquel miembro….lo sintió cálido…lo apretó,  notó las pulsaciones de las venas al empezar a bombear  sangre para llenar los cuerpos cavernosos, poco a poco fue aumentando de tamaño…quedó admirado por la proporción que adquiría, el prepucio fue retrayéndose a medida que la verga crecía y  una acampanada cabeza iba apareciendo….quedó completamente empalmada, cimbreante….

Hasta ese día había estado con mujeres pero tenía la obsesión de descubrir  la sensación de ser  penetrado por un enorme pene, por una verga grande y gruesa.

El desconocido empezó a tomar conciencia de la situación en que estaba, se sacudió asustado pero al darse cuenta que estaba imposibilitado se fue sosegando. Balbuceaba solamente ya que el bocado no le permitía hablar.

 -Tranquilo…. Nadie te va a hacer daño….le dijo susurrándole a la vez que afinaba la voz dándole  un matiz femenino…..

Tenía  su pene  erecto….botaba liquido seminal, lubricante…se calzó un suspensorio ajustadísimo con el cual se aprisionó  los testículos haciéndolos prácticamente desaparecer.

Tomó un tubo de gel lubricante empezando a engrasar el templado pene del desconocido, inconscientemente le  masajeó  el pedazo de carne durar hasta percibir que la respiración del extraño se tornaba agitada…..

Sus piernas y muslos estaban depilados para no divulgar su identidad…se acomodó sobre la pelvis del hombre situando el orificio anal  en dirección al inhiesto miembro…fue bajando sus glúteos hasta sentir el contacto de la carnosa punta en la entrada de su  ano.

Empezó a presionar su apretado orificio contra el hinchado glande del desconocido, sintió los movimientos que inició el hombre intentando  penetrarlo….milímetro a milímetro la punta  fue alojándose en su fruncida abertura, apartando pliegues…. su mente formaba imágenes de lo que le estaba ocurriendo allí abajo….estaba concentrado disfrutando de aquel  torturante roce, de aquella presión en la entrada de su inexplorado  ano… relajó los músculos de los glúteos  para conseguir que la punta de aquella verga  fuera avanzando más… el desconocido al sentir  esto, se impulsó con más potencia  logrando que la acampanada cabeza  atravesara el umbral de su intimidad…..sorprendiéndolo…violando su virginal orificio….se mordió los labios para no gritar….

El dolor  invadió su esfínter violentado,  la campana atravesó el anillo atorándose en el cuello de la verga, trató de extraérselo pero la forma de campana y la contracción de ano impedían que la cabeza saliera causándole más dolor; empezó a gemir lo que enardeció más al desconocido que empezó a impulsarse  frenéticamente hasta conseguir una incontrolable eyaculación.

Sintió  los escupitajos de  cálido semen que inundaban su recto, fue como un bálsamo, los jugos viscosos aumentaron la lubricación disminuyendo el dolor y causando una penetración total.

Percibía los estertores del  pene a cada expulsión de semen, el desconocido seguía embistiéndolo, su garganta emitía roncos gemidos, propios del clímax que había obtenido.

Sentía el recto lleno a cabalidad, una sensación de placer invadió todo su cuerpo, percibió unos jadeos, unos gemidos femeninos  descubriendo que salían de su propia boca.

Se alzó sobre aquel cuerpo deshaciendo el acople, el miembro abandonó su encierro dejándole el orificio entreabierto manando jugos viscosos.

Se abalanzó sobre la  pelvis del hombre chupando la chorreante verga, limpiándole todo el tallo, los testículos en donde estaban  depositados  la mayoría de los restos de leche; se deleito haciéndolo hasta notar que la verga se empalmaba nuevamente.

Soltó las amarras de las piernas del desconocido indicándole que se pusiese de rodillas; se colocó  en cuatro patas reculando hasta sentir aquel miembro entre sus nalgas. Se sostuvo con una mano mientras la otra  asía la erecta verga dirigiéndola hacia su entreabierto culo. No bien la había colocado en la entrada cuando sintió  el  desesperado   envión de aquel semental; esta vez no le dolió y disfruto  el placer al sentir la penetración  esa gran verga en su  lubricado ano, deleitándose con la sensación del avance de la tremenda campana a través de su inundado túnel.

Un gemido salió del fondo de su garganta al sentirse rellenado de esa manera, el semen salía expelido  al ser  desplazado por el volumen de la enorme verga, otro gemido se le escapó al sentir la pelvis del desconocido  topar contra sus glúteos;  luego  se inició a la más deliciosa penetración experimentada;   a cada embate, los huevos del desconocido golpeaban la entrada de  su pegajoso culo  sacándole gemidos de placer.

Pegó su cara y torso al lecho colocando sus manos hacia atrás agarrándose  los cachetes del culo entreabriéndolos  para sentir más la penetración;  el desconocido aceleró más sus embates acoplándose a  sus gemidos  hasta soltar una nueva carga de leche dentro de sus entrañas.

Cerró los ojos disfrutando las últimas convulsiones de aquella verga y las contracciones de su esfínter  alrededor del grueso miembro. Permaneció  en esta posición hasta sentir que el pene se ponía flácido y se retiraba de su abierto orificio.

El desconocido se tendió desfallecido, él  se tendió junto al hombre haciendo de su cuerpo un ovillo sintiendo como manaba la leche de su entreabierto ano; notó  que el suspensorio estaba empapado dándose cuenta que había eyaculado de manera espontanea como resultado de ser penetrado.

Lo dejó dormir un rato, le despertó al ponerle  los pantalones.

Le quitó la mordaza seguro ya de que no empezaría a pedir auxilio y con la promesa que no le preguntara nada. Lo llevó en su carro hasta la cuadra solitaria donde lo había encontrado dormido, donde lo recogió para que no sufriera un atropello, puso su camisa y zapatillas a su lado y abandonando rápidamente  aquel sitio.  

Solo alcanzó a oír cuando le gritaba – Búscame cuando quieras cogeeeer…… !!!!!!

Desde ese día sueña con que el flaco desconocido se lo coja de nuevo. Conoce donde vive, sabe quién  es  pero no se atreve a abordarlo por temor a que descubra su identidad, que le ofenda, que le  rechace, que le  ridiculice o que le agreda violentamente ya que cuando hizo que le poseyera el desconocido pensó que era una mujer. Mientras tanto, en las noches, sólo en su habitación se masturba con un pene de hule metido en el culo evocando los placeres descubiertos aquella noche y merodeando los fines de semana a ver si lo encuentra  nuevamente dormido en la acera,  en completo  estado de embriaguez para volver a repetir ese placer inolvidable…..