enero 5, 2010

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porno en el sauna

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Porno en el sauna

Esta paja fue de hace dos días atrás. Fue el sábado por la tarde, tarde de lluvia, y sin saber qué hacer, me dispuse a ir al gimnasio para pasar el tiempo hasta que se hiciera la noche y salir con mis amigos.

Cuando llegué fui directamente al vestuario a descambiarme y ponerme ropa para hacer mi rutina, no había nadie allí, baje las escaleras y muy poca gente había en el salón: solo tres o cuatro pibes y un par de mujeres (por cierto una mejor que otra), primero me dedique a hacer toda la parte aeróbica y después si me instale en las máquinas.

Casi siempre trato de ponerme un slip ajustado porque varias veces me paso que por mirar alguna de las chicas haciendo gimnasia se me paró (y bien dura) la verga, y se notaba. Esta vez no lo tuve en cuenta y sólo me puse el pantalón corto con bóxer. Frente a mí y acostada en el banco de pecho se sentó una morocha infernal, con unas calzas ajustadas negras, entre serie y serie me detenía a mirarla y fue más que suficiente para que mi bulto se transformara en una terrible carpa: tenía dos opciones, o tratar de disimular y esperar que se baje o intentar ir para el vestuario sin que nadie me viese. La primera opción era imposible ya que la morocha se trasladaba de máquina en máquina y yo la penetraba con la mirada (con ganas de penetrarla a fondo con mi verga), me imaginaba que era yo el instructor, quien se paraba detrás de ella y cada tanto le indicaba algo, mas de una vez lo envidiaba al flaco cuando se le acercaba, aunque el instructor de ese turno es gay.

Así la seguía con la mirada por donde esta morocha iba: no sabía qué hacer, mis huevos en cualquier momento explotaban, mi verga era una piedra, pero no podía sacarle los ojos de encima a ella. Terminó de rematar la situación cuando se dispuso a hacer glúteos: uhhhh verla con el culo para arriba levantando una y otra pierna, se le marcaba terriblemente la raja de su sexo, ya no podía más. Ahí si me dirigí de inmediato al vestuario intentando que nadie se percatara de mi erección, al tiempo que subía las escaleras y rogaba que no hubiese nadie en el vestuario. Entre y estaba yo solo, saque la toalla del bolso e inmediatamente me fui a las duchas.

Qué alivio poder soltar mi verga, me di una ducha rápida y me instale en el sauna, tiene virios polarizados la puerta, podía ver si alguien entraba a las duchas y obvio que de afuera para adentro no se ve: me instale en un banco con las piernas estiradas y ahí empecé a tocarme la verga y los huevos muy despacio, otra vez estaba bien dura, mientras me acariciaba y recordaba esa morocha. No pasó demasiado tiempo cuando veo que entra un pibe a las duchas: yo lo había visto varias veces en el gimnasio pero ni siquiera nos nunca nos habíamos saludado: cuando el pibe se desvistes pude observar que estaba al palo, mientras se duchaba se pasaba las manos por la verga y sus huevos, en eso cierra el agua, se envuelve en su toalla y se dispone a caminar hacia el sauna. Inmediatamente me senté y coloque los brazos sobre las rodillas.

El pibe entró y saludó, se sacó su toalla de la cintura y tenía su verga no parada totalmente. Inmediatamente se sienta y dice:

..Viste esa morocha? Me puso a mil. Sí le conteste, terrible. Y dice, si yo te vi que no sabías cómo hacer para irte del salón, nos reímos los dos y ahí comenzamos a charlar de la morocha y otras mujeres del gimnasio, el tenía su toalla sobre las piernas y me dice: che disculpa pero no pude evitar llegar al vestuario con la verga al palo, reí y le dije: yo tampoco, ahí no tuvimos reparo de que se nos vieran las vergas duras, nos acomodamos y seguimos charlando un rato, me contó una historia de sexo que tuvo con una mujer madura del gimnasio, mientras me contaba se acariciaba la verga y con la otra mano los huevos, yo me pajeaba a ritmo muy lento, el relato era terriblemente caliente (más que la temperatura del sauna), hasta que le digo me voy a duchar y el salió y dice: te voy a mostrar algo.

Me dirigí a las duchas, en pelotas los dos con las vergas re duras andábamos como si fuese nuestra casa, cuando regreso el estaba sentado mirando una revista: porno dije yo cuando entré, si me dice y mira si esta mina no es igual que la morocha de recién. Era mortal, encima se la cogían dos tipos a la vez, miramos esa foto largo rato al tiempo que ya nos pajeábamos a ritmo más fuerte, mientras mirábamos la revista charlábamos de sexo, pajas y todo eso, hasta que se hizo un silencio y el pibe largo unos chorros de leche que pegaron en la puerta y seguidamente acabé yo imaginando que le acababa todo el cuerpo a esa mujer que me había puesto a mil.

Nos recostamos un rato en los bancos del sauna, nos fuimos a las duchas y salimos del gimnasio, además de compartir una calentura por la misma mujer, compartimos una fría cerveza a la salida.

Seguramente si nos encontramos otra vez en el sauna, vamos a mirar porno y seguiremos contándonos experiencias, si es que no hay otra mujer que nos ponga mil.

Pajero133


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2 respuestas

  1. nindery

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