Empecé a sentir miradas incómodas a los 14 años que no pararon hasta que cuando emepecé con mi novio me advirtió de su tamaño y que llamaba mucho la atención.

De hecho a él lo que más le gustaba era mirarlas y tocarlas.

Pero por la calle , en la oficina , en los bares y en cualquier sitio las miradas eran todas procaces .

Mi novio entonces tuvo un momento cambiante que me dió libertad para exhibirlas y desde entonces estoy más conforme conmigo misma.

Hoy presume de esposa tetona y me compra vestidos escotados.

Y el problema es a diario.

Al tomar el autobús todo el mundo desea estar cerca por si toca algo .

En el trabajo mis compañeros no sólo hacen bromas sino que se nutren los ojos sin descansar de mirar.

Mi pechos han sido sobados , rozados, frotados , mirados tengo que convivir con ellos.

He pensado en reducir pero él no quiere . Le pone la situación con respecto a él y además el morbo que despierto incluso entre amigos.

Al comentar mi reducción , le dicen a él que no permita . Que eso está ahí para disfrutar y que estoy muy buena .

Mas de uno ha intentado propasarse y mi marido lo sabe. Y encima le pone.

Los fisgones , mirones , tocones y demás fauna machista me tienen agobiada .

La única ventaja que le veo es que mi ego aumenta al ver tanta gente a mi alrededor.

Y las pasiones que levanta ante extraños que no    se cortan y abren su boca y pronuncian frases irrepetibles.