Últimos Relatos de jhonatanL

Fui a un gloryhole del cine adulto y tres bocas anónimas me chuparon la verga hasta hacerme venir como un toro. No supe si eran hombres o mujeres, solo sentí sus lenguas y labios devorándome entero mientras yo gemía como un animal. Volveré.

Marico, descubrí el porno trans cuando mi esposa se fue. Esas mujeres con verga me prendieron como nunca. Me jalé la mia viendo como dominaban y acabé echando leche a chorros. Ahora sé que me excita esta vaina y no será la última vez.

Mi amiga Rosi, la que consejaba, se convirtió en un culazo en la uni. En un rio escondido, le baje los shorts y me mamó el huevo como una pro.

Pillé a mi cuñada gorda metiéndose un pepino y un cepillo de dientes. Pese a su olor a culo sucio, se lo di por el ano mientras gemía como puta. Ahora en reuniones familiares sonreímos sabiendo su secreto cochino.

Mi mujer me pilló siendo infiel y su venganza fue darme la mejor cogida de mi vida (mamada de huevo y culo incluida) sin dejarme tocarla.

Mi novia y yo calentamos a mi cuñada tetona hasta que me vine en sus pechos monumentales. La muy zorra probó mi leche y pidió «directo» pa’ la próxima. Ahora cada visita familiar es una ruleta rusa de hormonas y riesgo. ¿Qué dirá el marido cuando encuentre mi semen en el sostén de su mujer? Problema pa’ después…

La santa de mi pana resultó ser una puta de closet. La adiestré en salas de cine hasta que un día la puse en 4. Luego me confesó que su novio (mi amigo) sabe todo y quiere un trío. A

Hace tres meses descubrí el paraíso: la chica de cafetería que empezó cocinándome y terminó tragándose mi verga. Ese día en su casa, cuando se quitó la playera sin avisar, supe que era mi sueño hecho realidad. Ahora me chupa diario como actriz porno profesional, diciendo que le encanta lo ancho y la cabeza grande. Gerencia tiene sus privilegios, pero esto supera todo.

entré a trabajar en un restaurante lleno de chamas buenas. De hablar de sexo pasamos a los besos, luego a fotos calientes y después a coger en el cuarto frío. Todas tenían su especialidad – una pa’ chupar, otras con tremendo culo. Terminaba dentro siempre, sin rollos. Al final organicé la orgía y ahora somos como adictos al sexo. Riesgos? Los justos. Placer? A full. ¿Vale la pena? ¡Más que un negocio redondo!

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