Me presento, soy el rey escorpión, y este, es mi primer relato. Espero les guste.

Todo comenzó una tarde, en que mi madre se tuvo que ausentar de casa para cuidar a mi abuela que se encontraba con problemas de salud. Yo no quise acompañarla por lo que me dejo al cuidado de mi prima Tere (hija de la hermana mayor de mi madre) que en ese tiempo, tendría unos 18 años.

Tere, con barios años mayor que yo, era una muchacha de 1,65 de altura, trigueña, de facciones bonitas, ojos almendrados de color café, unas tetas medianas de pezones pequeñitos, un culo redondito y unas piernas gorditas de muslos apetecibles. Ese día llevaba una polerita holgada de tirantes, faldita a media pierna y unas chalitas con correas. La verdad, por mi corta edad, jamás me había fijado en mi prima como mujer, ni tampoco en mi mente había pensamientos obscenos hacia ella.

Una vez que se fue mi madre de casa, mi prima me preguntó qué haría de mi tarde. Lo que yo respondí que me iría a ver la tv un rato. Me dijo que era buena idea, y sin preguntar me tomo la mano y me llevo a mi pieza para que la viéramos juntos.

Nos sentamos en mi cama mientras daban el programa que yo quería ver, cuando luego de un rato miro a mi prima que estaba recostada de espaldas con ambos pies sobre el colchón.

Por la posición, su faldita se había encogido hacia su cintura, lo que dejaba al descubierto la totalidad de sus muslitos hasta casi asomarse su calzón por debajo. Al parecer ella se había dormido. La visión, me dejó hipnotizado, no sé cuánto tiempo me quedé viéndola, solo reaccione cuando escuche su voz preguntándome pícaramente si me gustaba lo que estaba viendo. Me puse rojo de la vergüenza, y lo único que atiné fue a volver mi vista a la tv.

Cuando ya estaba más tranquilo, ella me pregunta que es lo que le estaba mirando hace un rato, pero que le conteste con la verdad o si no, me acusaría con mi madre.

No sabía que responder, y me decidí por decirle que sus piernas. Me preguntó si me gustaban y le dije que sí. Me pregunta si he tocado alguna vez a una mujer, y le dije que no. Me dice si se las quiero tocar, que ella me dejaba. Como niño, me picaba la curiosidad, pero tenía miedo que alguien nos descubriera. Ella, al ver que yo no reaccionaba al ofrecimiento que mas sonaba a una orden, tomo mi mano y la puso en su rodilla.

Con una sonrisa maliciosa Me dijo, toca todo lo que quieras, yo no me voy a enojar, pero no tienes que contarle a nadie. Ya más decidido, por la confianza que me dio, Empecé a acariciar sus piernas, se sentían suavecitas y poco a poquito comencé a subir. Su cara, cambió. Los ojos le brillaban de una forma que en ese momento no entendía, ni tampoco había visto jamás.

Yo, empecé a sentir algo raro, mi pene se empezó a endurecer, las manos, me comenzaron a sudar, y al parecer, entre más me acercaba a la entrepierna de mi prima, mi pene mas se paraba, y yo más sudaba!.

Ya no quedaba nada para llegar a su conchita, sentía que mi corazón se salía por la boca y entonces ella me detuvo. Me quedé confuso, Se puso de pie, se desabrocho y dejo caer la faldita, me dio la espalda y con una mano a cada lado de su prenda íntima, se empezó a sacar los calzones.

No lo podía creer, mi prima mayor se estaba sacando los calzones delante de mí!.

A medida que bajaba la prenda, se iba asomando ese culito prieto!. Que trasero más rico, redondito, se me hizo agua la boca, y cuando se dio vuelta, dejó ante mí una vagina gordita,  peladita, apetitosa, era realmente hermosa!.

Mientras ingenuamente me preguntaba por qué no tenía pelitos en su conchita si ella ya era grande?, mi prima Volvió a la cama, y me pidió que continuáramos donde habíamos quedado.

Al verla así semi desnuda, Yo me quedé paralizado, en cualquier momento me desmallaba de la impresión. Una vez recuperado, seguí con mis caricias, pero Tenía miedo de llegar a su vagina pecaminosa, y ella al darse cuenta, me animó guiando mi mano con la suya hasta ese tesoro.

Cuando lo pude palpar, fue una sensación increíble, era la primera vez que tocaba una vagina en directo, tan suave, tan calientita, tan húmeda, y de inmediato mis dedos comenzaron a jugar con ella. Mientras estaba en esa faena, y después de oír que mi primita gemía disimuladamente, no me di ni cuenta cuando sus piernas pasaron una a cada lado de mi cuerpo.

Su vagina, ahora ya estaba completamente frente a mí, a pocos centímetros de mi cara, sentía su aroma, su calor, me dieron unas ganas enormes de chuparla, pasarle mi lengua por todos lados, cuando me había animado para decírselo, como si me leyera el pensamiento, ella con su mano acercó mi cabeza a su entrepierna. Quise mirarla, pero ella tenía sus ojos cerrados y la boca entreabierta.

En ese momento saque mi lengua, y me dedique a degustar eso que a la vista se veía tan apetecible. La verdad que su aroma era raro, pero su sabor, esquicito. Sin sacar mis dedos, Mi prima entre gemidos intentaba darme indicaciones, y con sus manos dirigía mi cabeza, para que mi boca le comiera por completo su vagina.

Cada vez gemía más fuerte, No hubo lugar sin recorrer con mi lengua, mordí sus labios, mordía su pubis, mordía la cara interna de sus muslos gorditos, Atrape entre mis labios un porotito, que después supe que era el clítoris, y lo empecé a chupar y darle pequeños mordisquitos. Mi prima se tenso, atrapo mi cabeza con sus piernas, con sus manos presionaba mi cabeza contra su conchita, yo me asfixiaba, pero estaba tremendamente excitado.

Con la mano libre empecé a apretar ese culo enorme, mi prima se movía para todos lados, hasta que dio un último grito, un liquido salió de su vagina que por su puesto me trague todito,  y se quedo como muerta. La verdad, por un momento me asuste, cuando la mire, estaba con los ojos blancos y la boca abierta. Hasta que poco a poco se fue recuperando.

Fue una experiencia, para mí, alucinante. Nos arreglamos, ordenamos la cama, y nos quedamos mirando la tele y cada uno pensando en lo que había pasado.  La verdad, que por miedo a que viniera alguien, no quisimos seguir jugando.

Yo me quede sin tocar, chupar ni ver de cerca esas tetitas, caliente y con una erección que después aprendí a quitármela, pero ya habrá tiempo para cobrarle a mi prima ese favor.

La verdad, es que de esa forma, fueron mis inicios en el mundo sexual. Desde ese momento de mi vida, ya no volví a ser el mismo. Y mi mente prematura, pensaba todo el día en sexo.

continuará.

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