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Mi mamá, mi hermano y yo
Mi mamá, mi hermano y yo.
Mi nombre es Monserrat, nunca conocí a mi padre, mi mamá se llama Verónica y mi hermano tres años mayor se llama Alfredo, desde chica tuvimos una situación económica muy difícil, vivíamos en una casa a medio construir, con techo de lamina, solo tenia las puertas exteriores, no había puertas en ninguna de las recamaras ni el baño, por tal motivo era natural para nosotros vernos desnudos. Mi mamá es una mujer muy hermosa, piel blanca, cabello castaño, ojos cafés, senos copa �B�, de caderas anchas que delineaban su cintura, de buenas nalgas, piernas bien torneadas, lizas, suaves, bellas. Cuando yo tenía mas o menos ocho años, ella entró a trabajar en un lugar que ganaba más, se iba de casa a eso de la cinco o seis de la tarde y regresaba entre cuatro y seis de la mañana, a veces llegaba algo tomada, lógicamente yo no comprendía en que trabajaba, pero note que se compraba ropa muy sexi, zapatillas de plataforma, que nunca le veía puesta. Hizo algunas mejoras a la casa, primero se compro calentador y tinaco, ya que nos bañábamos a jicarazos, después se hecho el colado y puso puerta en su habitación pero nunca sabía donde dejaba las llaves, siempre estaba sin seguro. Para mi hermano y para mí, empezó a hacerse costumbre el bañar a mi mamá borracha y drogada, los tres desnudos en la regadera en esa difícil labor, ya que mamá no podía mantenerse, parecía un costal de papas, yo observaba como Alfredo al lavar a mi mamá se le paraba la verga, nunca dije nada, era natural, mi madre era muy hermosa, luego Alfredo la cargaba sobre su espalda y la llevaba a su cama dejándola dormir así desnuda. Regresaba a bañarse junto conmigo y al terminar nos íbamos a la escuela.
Cuando tenía doce años, una noche de tormenta con truenos y relámpagos que a mi me aterran, me hizo correr a la recamara de Alfredo para acompañarme con él, no era la primera vez, yo sabía que dormía desnudo, yo solo iba con mi bikini, cuando me sintió, solo me dijo �miedosa� y me abrasó por la espalda, yo estaba en posición fetal, rápidamente, su mano me agarro mis tetas y me las empezó a sobar, yo lo dejaba, digamos que era el pago por sentirme protegida, cada vez que iba a su cama me hacia lo mismo, si me ponía de lado frente a él, me chupaba las tetas, al igual que si me acostaba boca arriba, si me acostaba boca abajo era peor, pues metía su mano bajo mi bikini y me sobaba mi ano, la verdad todo me gustaba, pero me quedé dormida de espaldas a él; me despertó un movimiento continuo, ya me había dado la vuelta, con mi cara hacia él, que estaba boca arriba, abrí los ojos note que se estaba masturbando, tratando de que dejara de hacerlo y seguir durmiendo, puse mi mano sobre la mano que tenia su verga, tomó mi mano haciendo que sujetara la verga y condujo haciendo el movimiento de arriba abajo, note que se puso aún mas dura, sentí rico y note que a él le complacía mucho, así que continúe yo sola, su respiración era agitada y empezó a gemir hasta soltar un leve quejido y soltó su leche, aunque ya se la había tocado anteriormente, era la primera vez que lo masturbaba y la primera vez que veía y tocaba su leche, nos limpiamos con la sabana y seguimos durmiendo. Las siguientes noches dormía conmigo para que lo masturbara, tirándome su leche en mis piernas, mi bikini o mi estomago. Un día mientras bañábamos a mi mamá, vi su verga bien parada, y me dijo que quería frotarla en mi vagina, mis vellos púbicos eran escasos y delgados, sin esperar respuesta, se acercó a mí pegándome a la pared y empezó a frotarla separando mis labios vaginales y rozando mi clítoris, me hizo soltar un leve gemido, me gustó, me hecho su leche sobre mi vagina y se separó, yo baje mi mano tocándome mi vagina sintiendo lo cremoso de su leche y la frote suavemente. Llevo a mi mamá a su recamara, continuamos bañándonos y nos fuimos a la escuela.
Esa noche, Alfredo fue a mi cama, ya iba desnudo y se acostó a mi lado, dirigí mi mano a su verga para masturbarlo como los últimos días pero me dijo que no, tocó mi vagina pasando su dedo por en medio de mis labios vaginales sobre mi bikini, yo solté un leve gemido, agarró mi bikini y me lo quitó rápidamente, acariciando nuevamente mi vagina, yo mantenía mis piernas juntas, pero al tocar mi clítoris y frotarlo circularmente, las fui abriendo poco a poco hasta tener completamente las piernas abiertas y gimiendo de placer, se colocó en medio de mis piernas y dijo.
– Esto es lo que me faltaba hacer � Empezó a lamer mi vagina.
Gemía a gritos, hasta que tuve un orgasmo extraordinario, mejor que cuando me autosatisfacía, se acostó junto a mí para que yo lo masturbara, al terminar, los dos nos quedamos dormidos.
Unas semanas después, cuando el colegio había acabado y estaba por entrar a la secundaria, me desperté y vi que Alfredo no estaba a mi lado, me levanté para ir al baño, eran como las cinco treinta de la mañana y escuche ruidos en la recamara de mi mamá, me asomé y vi que Alfredo estaba parado desnudo al lado de la cama de mamá y la tenia con las piernas abiertas, me acerque para ver que se la estaba cogiendo.
– ¿Qué haces Fredy? � Pregunte sorprendida.
– Haciéndole lo que muchos hombres le hacen � contestó sin detenerse.
Yo me quedé viendo por unos instantes, veía la verga de Alfredo entrar y salir de la vagina de mamá y ella ni se movía, di unos pasos para salir de la recamara pero me regrese y me quede viendo, note que Alfredo se había puesto condón y le daba con buen ritmo, gemía y sudaba por el esfuerzo, de pronto la saco y comenzó a masturbarse y terminó echándole la leche un su vagina y estomago, me miro satisfecho.
– Me excita todos los días, la tengo que desvestir, que bañar, que cargar, que arropar, es una mujer hermosa, a veces ella delira y pide que me la coja, yo solo hice lo que me pidió, además muchos hombres le hacen lo mismo o cosas peores, yo solo soy uno mas. � me dijo como disculpando lo que había hecho.
– No es la primera vez ¿verdad?
– No� tengo cerca de ocho meses haciéndolo, pero siempre uso condón � Agregó.
– ¡Cuídate! � le dije � y cuídame a mí.
Días después mi mamá nos comunicó que se iba a operar y que así ganaría más dinero, a los dos días se internó en una clínica para su operación y tres días después regresaba a casa, toda hinchada, con moretones, se había aumentado busto y aumentado las nalgas, Alfredo y yo tuvimos que cuidarla, igual que antes, a diferencia que ahora estaba consiente de lo que hacíamos, bañarla, hacerle la comida, darle su medicina, obviamente cero alcohol y drogas; tampoco se la cogía Alfredo ni ningún otro, no trabajaba, así estuvo el resto del verano, todo lo había calculado bien, cuando regresamos a la escuela, ella regresó a trabajar a la siguiente semana. Efectivamente ganaba mas dinero y le pidió a Alfredo que administrara el dinero, ya que ella no se sentía acta para hacerlo, obviamente Alfredo continuaba cogiéndosela cada vez que la veía inconsciente, pero ahora disfrutaba de sus nuevos senos copa �C� y unas muy buenas nalgas.
Un día platicando con Alfredo le comente que un chico se quería acostar conmigo y me preguntó que si ya lo había hecho, me quede viéndolo a los ojos.
– Solo me has calentado, has hecho que llegue al orgasmo masturbándome, te he masturbado, me has hecho sexo oral, pero nunca te la he mamado ni me la has metido.
Sus ojos casi se desorbitan, su respiración se aceleró, me tomó de la mano y me llevó a su recamara, me quitó la blusa, quedando mis senos al aire, los tocó y chupo suavemente, me bajo mi short y quede solo con mi bikini, me miro de arriba abajo, me dio un beso en la boca muy caliente mientras me agarraba un seno y con la otra una nalga, deslizando mi bikini por debajo de mis nalgas, bajo con besos por mi cuello hasta chuparme otra vez mis senos y sus manos me bajaban mi bikini hasta que llegaron a mis tobillos, me llevo a la cama se quitó su playera y abriéndome las piernas me comenzó a chupar mi vagina, mis dedos se perdían entre sus cabellos que empujaban su cabeza hacia mi vagina, intentando que su lengua llegara más profundamente, mientras mis gemidos se convertían en gritos de placer, sentí que mi cuerpo se llenaba de placer y la boca de Alfredo se lleno con mis jugos en un exquisito orgasmo, alzó su cara toda húmeda, se acercó a mi boca para darme un apasionado beso, luego se quitó su short, su verga saltó bien dura, parecía mas grande, su cabeza brillaba, la acerco a mi boca, mis labios mordisquearon su glande, saque mi lengua y dio círculos alrededor de la punta, la deslice a lo largo de su tronco hasta llegar a sus huevos, los bese, los chupe, los lamí, regresé lamiendo todo lo largo de su verga hasta su punta , abrí mis labios y me la fui metiendo poco a poco en mi boca, empecé con el movimiento de mete y saca y poco a poco iba llegando mas adentro hasta llegar hasta mi garganta, un momento después retiro su verga de mi boca, comprendí que no quería terminar en ese momento, me recostó sobre la cama y se colocó encima de mi, me frotó su verga en mi vagina, de repente saltó hacia atrás y fue a un cajón, sacó unos condones, se colocó una y volvió a frotarme la vagina con su pene y entrando poco a poco, parecía que ya no entraba más, empujo un poco más y sentí un gran dolor, él no se movió por un momento, luego, cuando vio ya había pasado un poco, empezó con un suave mete y saca que al principio dolió pero después se transformo en un rico placer y mi rictus de dolor se convirtieron en gemidos de placer, su movimiento de cadera fue aumentando y mis gemidos se convirtieron en gritos de placer, hasta que empujó fuerte, sostuvo adentro y su cuerpo se aflojó, sacó su verga y retiró su condón, me dio un beso y se acostó junto a mi, me abrazó con fuerza y me dijo que había sido lo mas rico que había tenido. Me confesó que ninguna chica con la que había estado lo había hecho sentir tanto como yo.
El sexo con mi hermano continuó con mucha frecuencia, pero Alfredo cada vez se cogía menos a mamá. Un día Alfredo se acababa de ir y mi mamá me comentó.
– Extraño a Alfredo.
– Mami, Fredy salió hace cinco minutos y� ¿ya lo extrañas? � le dije sorprendida.
– Lo extraño en la mañanas� ya no me visita � sus ojos se inundaron de lagrimas.
– ¡Pero�! ¡si tu�! � no sabía que decir.
– Si� algunas si estaba inconsciente� pero otras solo fingí.
– ¡Pero mamá! � Yo no salía de mi asombro.
– Un día cobre conciencia, pero ¿como podía reclamarle lo que hacia?, si muchos hombres me lo hacían, ¿Cómo reclamarle?… así que me quedé callada y lo dejé continuar, después solo fingía, él me lo hacía con tanta ternura, como ningún hombre lo hacía conmigo, Fredy me lo hace con ternura y cariño, ha sido el mejor sexo que nunca he tenido.
Cuando Alfredo regreso de su trabajo, hable con él y lo conté la platica con mamá, Alfredo se sorprendió, estaba avergonzado, entro a la recamara de mamá para pedirle disculpas, ella lo abrazó, diciéndole que había sido fantástico el sexo con él y que comprendía su ausencia, pues ahora tendría mujeres mas jóvenes con quien coger, Alfredo solo dijo una frase que remedió todo.
– Ninguna tan hermosa como tú mamá.
Desde ese día Alfredo se tiene que multiplicar para satisfacer a mi mamá, a su novia en turno y a mí, incluso hoy, seis años después, hacer el amor con él es muy tierno y excitante tanto para mi mamá como para mi.
3 respuestas
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