Desde niño, mi madre me trató como si fuera mujer. Cuando estábamos solos me pintaba las uñas, la boca, me maquillaba y me vestía de niña.

Cuando crecí un poco me compraba revistas femeninas, y revistas donde había hombres desnudos. A los 15 años me depilaba cada semana y yo me sentía muy inseguro, era tímido y casi no me relacionaba. A esa edad empezó a enseñarme videos pornos de hombres teniendo sexo entre ellos, y me decía que podría hacer feliz a cualquier hombre que me gustara. Por ese entonces mis padres se separaron y yo me fui a vivir con mi madre, ella es una rubia hermosa de 39 años, y llevaba a sus amantes a casa, y no se cuidaba de que la viera, más bien gemía como loca de placer.

Una tarde me trajo un traje de baño de mujer, era un hilo dental rojo. Al día siguiente me hizo vestirlo, atando mis genitales y halandolo hacia atrás. Parecía que era una mujer. Luego me hizo vestir un short azul pastel de cotton lycra, una franelilla de mujer, unas sandalias muy femeninas, y me maquilló esmeradamente. Al verme al espejo parecía una chica rubia hermosa. Mamá me hizo montar al coche y me llevó a la playa. Era entre semana y allí no había casi nadie. Un hombre negro se acercó a vendernos cosas, notó que no era una mujer y dijo a mamá: «Es una chica fabulosa, podría ser feliz con ella». Mamá sonrió y dijo: Aún es virgen por todos lados, ¿Te gustaría ser el primero? «Eso sería la gloria» contestó. Mamá le dijo que si encontraba un amante para ella podía tenerme. El hombre sonrió y dijo que fuesemos a su casa. Llamó por teléfono a un amigo.

Vivía en una casita en un lugar apartado cerca de una hermosa quebrada. Al llegar nos dijo que nos desnudáramos. El negro me llevó a su cama y allí empezó a besarme. Yo estaba muy avergonzado y excitado, el me fue tranquilizando con sus besos, caricias, y palabras. Oí ruido y voces, pronto escuché a mamá gimiendo de gozo.

Mikel fue muy tierno y me dilató sin apuro, deslizando los 19 cm de su virilidad en mi cuerpo. Grité de dolor y placer al sentir que mi cuerpo dejaba de resistirse a la penetración, y su pene me llenaba completamente. En ese momento tuve el primer orgasmo de mi vida. No sabía que era, grité, gemí, jadee, mi cuerpo empezó a moverse violentamente. Movía mi trasero lujuriosamente fuera de control, sin dejar de gemir ruidosamente de placer, y Mikel se vino dentro de mi cuerpo, y me abrazó con ternura diciendome lo rico que estaba y lo divino que tiraba. Quedé casi desmayado gimiendo y llorando. Mi cuerpo temblaba y el me abrazo con ternura y me beso . Fue mi primer beso en la boca.

Mis gemidos excitaron mucho a mamá y a los hombres que estaban con ella. Todos acabaron casi al mismo tiempo que yo.

Mikel volvió a cogerme con ternura y al acabar me beso largo rato. Salimos de su habitación, allí mamá era poseida por dos negros enormes en una hamaca.

Mikel tomó mi mano tiernamente y me llevó al río. Mientras caminábamos su semen corría por mis muslos.

El el río aprendí como satisfacer a un hombre con mi boca. Esa noche nos quedamos allí siendo disfrutados por aquellos negros.

Al día siguiente mamá se fue y me dejó con aquel hombre. Por un mes fuí su hembrita complaciente.

Al volver a la ciudad salí del closet, ahora me siento libre, no oculto mi sexualidad y vivo con el hombre que me desfloró y convirtió en mujer.

Mamá sigue teniendo sexo frecuentemente con los amigos de Mikel, ya la he visto copular con unos 11 negros diferentes.

Gracias a mamá descubrí la belleza, la sensualidad, y el amor de un macho de color