Por

Anónimo

abril 21, 2025

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Mamá y hermana traviesas: Beatriz.

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Lo que les voy a relatar son una serie de eventos muy excitantes que he vivido con mi madre Beatriz.

Después de haber leído muchos relatos me he dado cuenta que no soy el unico que ha tenido roces eroticos con personas de su famila y es por esa razón me he decidido a documentar y compartir algunas anécdotas que he vivido con mi hermosa madre, fueron tantas que solo el hecho de recordarlas me ponen muy cachondo, sin mas rodeos por el momento ire al grano de la historia y comenzare a escribir, espero que les guste.

Mi nombre es Carlos vivo en México y en ese tiempo era joven de lo mas normal de con una apariencia nada fuera de lo común, estatura considerable 1.80m, un físico buenos debido a que voy mucho al gimnasio y a mi buena genética familiar.

Mi familia es pequeña, está compuesta por mi padre Gonzalo muy trabajador y dedicado a su empresa constructora, mi madre Beatriz una ama de casa y comerciante que en ese tiempo tenía 34 años que se dedica completamente al hogar, la famila y su negocio de ropa. Pero déjame describírtela.

Mi madre la protagonista de esta historia es una diosa de los pies a la cabeza y no es por exagerar. Mide 1.65 metros de estatura, tiene un rostro lindo que lo hace más provocativo debido a que sus ojos y sus labios son muy expresivos en cuanto a erotismo se refiere, tiene pechos lindos que le encanta lucir con escotes pronunciados, pero el atributo que más destaca son ese hermoso par de piernas y ese descomunal par de nalgas que tiene a mas de uno de mis vecinos y conocidos vueltos locos, no es por exagerar pero nadie se puede resistir a echarle una que otra mirada lujuriosa cuando llega a algún lugar, siempre ha sido blanco de miradas obscena y uno que otro comentario pasado de tono, pero siendo honesto puedo darme cuenta que a ella le encanta ser el centro de atención y sentirse deseada.

Para finalizar con mi familia también está mi hermana Fatima, soy mayor que ella por dos años es por eso que tenemos una relación muy cercana, para mi buena y mala suerte ella también goza de un cuerpo que nos deja si no es que a todos a más de uno con la boca abierta cada vez que la ves pasar, yo creo es en gran parte a la herencia genetica de mi madre, de la cual pudo heredar ese hermoso par de nalgas, pero además es ese modo tan disitintivo de vestir, siempre tan despreocupado, sexy y cachondo lo que las distigue a ambas de las demas mujeres en el barrio en el que vivimos, yo sé que tal vez este mal que vea a mi madre y mi hermana de esa manera, pero les aseguro que si tuvieran la oportunidad de verlas a diario con esas faldas cortas y ajustadas que siempre usan y dejan ver sus hermosas piernas e incluso que a veces dejan escapar el borde de su descomunal par de nalgas tendrían los mismos pensamientos que tengo yo siempre que las veo.

 

Debo confesar que muchas veces mi hermana e incluso mi madre Betty me descubrieron en un estado de trance hipnotizado por el vaiven de sus nalgas mientras realizan las tareas del hogar o las acompañaba a algún lugar, siempre aprovechaba el momento para quedar un poco por detrás de ellas buscando cualquier excusa para que se adelantaran unos metros por delante de mí y así disfrutar de ese grandioso show que nos brindan con su deliciosa manera de caminar. Este tipo de situaciones fueron desencadenando mi tensión y morbo hacia ellas.

Cuando comenzaron a notar que las veía de una manera morbosa comenzaron una especie de juego “inocente” en que incluían caras burlonas y de complicidad acompañadas de comentarios como: «¿Que me estas viendo cochino? ¿te gusta lo que ves?», «te las vas a acabar con esos ojos», “tómales foto si quieres” ese tipo de comentarios acompañados de movimientos sugestivos de su culo mientras hacían burla de mí en lugar de lograr que dejara de mirar me invitaban a seguir viéndolas de manera morbosa.

En fin no es secreto que mi madre y mi hermana tienen en el barrio una reputación de tipicas calienta vergas, lo cual a mi me molestaba mucho en un principio ya que a pesar de que era consciente de que ellas exageraban su caminar y vestían provocativo para conseguir favores con vecinos, conocidos y familiares ó también simplemente por el gusto de provocar a los hombres. El hecho de que hablaran mal de ellas no dejaba de molestarme, salvo que una situación en particular hizo que cambiara totalmente mi forma de pensar y diera credito a que yo mismo me diera cuenta que realmente si eran un par de provocadoras que gustaban de calentar a cuanto hombre se les parara enfrente sin discriminar.

Ese día sábado todo transcurria de manera normal como cualquier otro, pero con una sola diferencia, nos preparabamos para el cumpleaños número 40 de mi padre, fecha especial ya que a él siempre le ha gustado festejarse en grande e invitar a sus amigos, familia y uno que otro colega de su gremio. El día transcurria de los mas tranquilo y yo descansaba en la sala cuando de repente escuche que me llamaba mi hermana desde su cuarto.

-¡Carlos!

-¿Que pasa? – Contesté desde la otra habitación.

-¡Ven por favor!

Me levante algo molesto del sillon en el que estaba descansando y subí las escaleras para llegar a su cuarto. Cuando entré quedé boquiabierto, ahí estaban las dos, probándose unos vestidos demasiado ceñidos al cuerpo y cortisimos que acababan de comprar para la fiesta.

-¿Que te parecen? ¿Crees que estan bien para la fiesta?

Me quedé callado, estaba en shock, esos vestidos eran mas cortos y ajustados de lo normal, empece a reaccionar, quise contestar pero solo alcancé a balbucear, pero Betty me interrumpió.

-Creo que si le gustaron hija, mira, hasta mudo lo dejamos. A lo que mi hermana contesto con una risa diciendo.

-Ya sé míralo, pobrecito esta todo rojo.

-¿No nos vas a pedir una vuelta?- agregó Betty A lo que muy torpemente alcanze a balbucear.

-Si… a ver una vuelta.

-Yo primero. Dijo mi hermana girando lentamente y parando ese hermoso culo carnoso y bien formado que se carga.

Me puse a mil, pero mi madre Betty se llevo el premio.

Comenzó a girar de un modo lento mientras comenzó a bailar de una manera muy sensual, mis ojos quedaron clavados inmediatamente en sus nalgas, no lo podia creer, con el más ligero movimiento ese vestido dejaba escapar mucha mas carne de lo normal era cuestion de una pequeña inclinacion de mi madre para que ese hermoso par de nalgas se asomaran ligeramente debido a lo corto del vestido.

-¿No crees que es muy corto?

-Si… pero pues trataré de no moverme mucho para que no se escape nada, aparte se ve que te gustó como se me ve, mira nada mas eso.

Me dijo dirigiendo su mirada a mi paquete, era obvio que al verlas iba a tener una erección y el short que llevaba puesto en ese momento no me ayudaba en nada para disimular, no pude contener la pena y me puse completamente rojo.

Mi hermana y mi madre soltaron una carcajada burlona y se dirigieron al cuarto de al lado.

-Vamos hija, yo creo tu hermano necesita hacer algo a solas pensando en nosotras- Dijo mientras reía, ambas siempre se han caracterizado por hacer ese tipo de comentarios algo fuera de lugar lo cual les ha causado muchos problemas.

-Sí, creo que nos quiere hacer de todo hoy, solo acuérdate que no me gusta que se vengan en mi cara, no te doy permiso, eso no te lo imagines. Contestó mi hermana.

-¡Ay! Cállate estúpida no le digas eso, de por sí mira como lo tienes al pobre. Soltaron una carcajada y las dos se dirigieron a la puerta para salir del cuarto riendo a carcajadas.

Al salir del cuarto mi hermana se dio cuenta que observaba obscenamente el culo de ambas y le dio a Betty una nalgada que me hizo excitarme aún más.

Y para ser honesto Betty no se equivocaba, si necesitaba desesperadamente hacer algo a solas , necesitaba masturbarme, corrí hacia al baño y me masturbé de la manera más desesperada que puedes imaginar, fue la primer corrida que tuve pensando en ellas dos, el solo hecho de imaginar a mi hermana y mi madre empinadas mientras penetraba su culo sin control me envolvió, la sensacion fue algo extraña, me excitaba y me sentia raro a la vez, pero les aseguro que fue la mejor corrida que tuve en mucho tiempo.

La fiesta comenzó en punto de las 6 de la tarde aproximadamente pero para este punto Betty ya tenía unos tragos encima lo cual siempre ha hecho que se ponga mas cariñosa de lo normal, los invitados comenzaron a llegar y otra cosa llamo mi atención. Mi madre tiene en su mayoría familiares hombres me refiero a primos, tíos, incluso tiene tres hermanos varones, ella fue la unica mujer, al llegar uno a uno de sus familiares noté que llegaban y se acercaban por detrás de ella tapandole los ojos para que «adivinara» quien era, pero al analizar bien esa acción obvio pude deducir que solo era una tactica para restregarle la verga en las nalgas a mi madre, pero eso lo entendería mas tarde. Obviamente mis primos que tienen un rango de edad parecido al mío quedaron fascinados al ver a Betty con semejante vestido y ese par de altos tacones que hacían resaltar más su glorioso culo. Siempre han sido muy claros conmigo, me han dicho entre bromas que si tuvieran la oportunidad de cogerse a Betty o a mi hermana lo harían sin duda.

Me parecio raro que algunos invitados (por lo general familiares) se acercaban demasiado a Betty usando cualquier excusa, para tomarla desprevenida por la cintura desde la parte de atrás dándole los famosos “arrimones” a lo que ella respondía dando solo un sobresalto de “sorpresa” mientras sonreía en algunas ocasiones ni se inmutaba y dejaba que la persona en cuestión restregara su verga a placer en sus nalgas, en más de una ocasión noté también que cuando la abrazaban bajaban la mano disimuladamente para tocar sus nalgas a lo que ella respondía con manazos juguetones o les tomaba disimuladamente las manos para quitarlas de sus nalgas y colocarles de nuevo la mano en su cintura, “¡Ya te van a ver!” Fue una frase que ella les repitió a muchos de sus parientes durante toda la fiesta pero jamás hubo molestia alguna de parte de ella al sentir tales acciones, sabía que la familia en general era muy unida pero eso era de mas.

Mi tío Enrique el mas cercano en edad a Betty, fue el primero de los tres hermanos en llegar, y como ya les mencioné no dudó en realizar la misma rutina, se acercó a ella por detrás y le tapo los ojos, para que ella “adivinar quien era.

Jamás olvidaré el momento en el que él entro a la casa y la vio de espalda, no pudo evitar soltar una mueca de lasciva , paso sus lengua por sus labios de manera obscena y eso me llamó mucho la atención.

-¿Quien soy Betty?

Me quede pensando, como si tu voz no te fuera a delatar idiota.

Pero mamá me volvio a sorprender. Se hizo la tonta y comenzó a seguirle el juego.

-¡Emmm¡ déjame pensar, ¡no sé!- Contestó de una manera muy cachonda, siempre me ha gustado cuando hace ese tono de niña mimada.

-¡Ay no sé!- mientras Betty “adivinaba” noté que comenzo a inclinarse y a mover sus nalgas de una manera circular muy sutil, mi tío tenía su verga totalmente pegada en el culo de mi mamá y era obvio que ese masaje que mi madre le daba con las nalgas mientras le seguía el juego lo tenía en la gloria, se podía ver en su rostro.

-¡Eres Luis!

-No, no soy Luis.

-¡Entonces Roberto!

-No, ¡soy Enrique Betty! -Acto seguido mi tio quito las manos de los ojos de mi madre y antes de que ella alcanzará a voltearse le dio una nalgada descomunal, mi madre solo dio un pequeño salto hacía adelante, volteo a verlo y le solto una sonrisa que jamás olvidaré.

-¡Ay! Me dolió tonto.

-Discúlpame, ven para sobarte Betty.

-Eso quisieras Idiota. Contestó mientras soltaba una carcajada.

-Siempre has sabido lo que quiero hermosa jajaja, ¡mírate! ¡sigues buenisima!

-¡Eres un idiota! -Contestó mi mamá mientras reía y se abalanzaba hacia él para abrazarlo.

¿Qué? «¿Sigues buenisima?» esa expresión y toda la situación fue la gota que derramo el vaso, sin duda alguna ahora estaba seguro que en mi casa tenía una puta a la que todos querian disfrutar.

La fiesta continuo y no pude dejar de observar como todos los hombres se le quedaban viendo a mamá, ¡claro! Betty como de costumbre no cumplio lo que dijo. «No me voy a mover tanto para que no se salga nada», claro que sí, se movio y mucho, como siempre, caminaba de una manera exagerada que hacía que sus nalgas se movieran aún mas de lo normal y el vestido fuera subiendo poco a poco, mientras servia los platos la inclinacion dejaba ver el principio de sus nalgas carnosas y un hermoso cachetero negro que las hacia resaltar aun mas. En el transcurso de la fiesta y al calor de los tragos que eran abundantes como de costumbre en los eventos de mi casa, comenzaron a hacerse más frecuentes los tocamientos “involuntarios” hacia Betty, todos aprovechaban la oportunidad para tocarla de una u otra manera, quise suponer que era debido al alcohol el hecho de que ella no hiciera nada al respecto pero eso siempre será una incógnita para mí.

Al ver todo eso mi excitación crecío, vi como sus tres hermanos o sea mis tíos se daban un festin tomandole fotos cada vez que podian, las veían y discutian haciendo caras de placer y excitación, ellos siempre van solo acompañados de mis primos a nuestras fiestas, sus esposas jamas van a nuestra casa debido a que no quieren a mi mamá por «corriente» y «zorra» según ellas y pues eso les facilita a mis tíos hacer sus fechorias siempre, y pues como es obvio a mis primos también les encanta el espectáculo que es ver a Betty en cualquier situación.

Este completo ambiente de erotismo empezo a pegarme de lleno, pensé, si mi madre no les reclamaba a ellos ¿por qué no puedo hacerlo yo? me armé de valor para poder hacer yo lo mismo que todos estaban haciendo, mi madre pasó frente a mí con dirección a la cocina y mis ojos quedaron clavados en sus nalgas inmediatamente debido a su forma de caminar, tomé un respiro profundo y me dispuse a seguirla.

Entré a la cocina y ahí estaba ella, tratando de alcanzar un recipinte de un estante, al tratar de alcanzar el artefacto su corto vestido se subió y dejó expuesto la mitad de su culo, el hermoso cachetero de encaje negro se amoldaba perfecto a su exquisito par de nalgas y quedé hipnotizado.

-Déjame ayudarte, yo lo bajo.

Sin darle tiempo a que se moviera me acerqué a ella por detrás y extendí el brazo para ayudarle. Pero al momento de juntar mi verga erecta con sus nalgas me olvidé por completo del recipiente que trataba de alcanzar y le di el arrimón mas descarado que se puedan imaginar.

-¡Ay! ¡Idiota! Dijo en un tono entre sorprendida y algo asustada.

-¿!Que te pasa Carlos!? ¿Por qué haces eso?

-Perdón mamá.

-¿Como que “perdón” idiota? ahorita mismo me vas a explicar por qué hiciste eso, te he visto viendome el culo y… no me molesta, eres hombre y te entiendo ¿Pero esto? ¿Como se te ocurre?

-¡Mi tío Enrique te agarra las nalgas y no dices nada!-Respondí algo exaltado.

Mi madre se quedó callada un pequeño momento, dio un pequeño suspiro y me dijo.

-Mira hijo,el y yo somos casi de la misma edad y es por eso que bromeamos mucho, es solo un simple juego.

-Eso no es un “simple juego”, veo como te mira y como te nalguea de «cariño» y créeme eso no es juego. Es por eso que mi papá siempre te reclama cuando ellos vienen.

-Jajajaja yo sé que a veces se pasa un poco de la raya pero te aseguro que es solo juego hijo así que relájate.

-¿Sí? Entonces en ese caso yo tambien quiero jugar así.

-Mira, mira. Contestó mientras carcajeaba.

-Ahora no solo te basta con verme tambien quieres tocarme, ¿no te bastó con lo que me acabas de hacer tonto? Ni lo sueñes de ninguna manera jugaré así contigo ¿que te pasa?

-Por favor Betty no pido mucho, solo lo mismo que mi tío. Me dio la espalda y no pude evitar clavar la mirada en su culo, mi obsesión por tocarlo cada segundo se incrementaba más.

-¡No! si te dejo hacer eso despues querras hacer más, eres hombre y los conozco no quiero lios ¿que te pasa? ¡Soy tú mamá!. Contesto con ése tono de voz que tanto me encanta.

-No mamá te lo juro que no, solo quiero tener esos mismos privilegios que tiene mi tío.

Soltó una carcajada burlona.

-¿Ahora resulta que mis nalgas son un privilegio? tenias que ser hombre.

Se puso seria y me dio la espalda una vez más.

-Sabes, desde que recuerdo he tenido el mismo problema, no sé por qué les causo tanto morbo, te sorprendería saber quienes me han hecho infinidad de propuestas.

Hizo una pequeña pausa y me hizo la pregunta que terminó por hacerme perder el control.

-¿De verdad te gusta mucho lo que ves?

Preguntó con un tono muy cachondo mientras volteaba y me regalaba una sonrisa.

Mi excitación se apoderó de mí y no me pude contener, me abalancé sobre ella, la tomé y la giré de manera que me diera la espalda, con mi brazo derecho puede rodear su diminuta cintura mientras con la otra alcance a tomar su teta izquierda, me sentí en la gloria, pegué mi nariz a su cuello y pude olfatear ese delicioso aroma que siempre dejaba al caminar junto a mí.

Beatriz un tanto confundía y nerviosa comenzó a forcejear para que la soltara.

-¡Déjame Carlos! Nos van a ver. El hecho de que forcejeara conmigo me excitó de sobre manera y seguí manoseándola a mi antojo. Comencé a tocar con desesperación sus tetas y comencé a morder su cuello.

-¡Suéltame nos van a ver!

Decía desesperada, mientras volteaba hacia la puerta asegurándose de que nadie estuviera cerca, pero una pequeña sonrisa nerviosa al forcejear delató que no le molestaba del todo. Tal vez fue el alcohol no lo sé, pero siempre le ha encantado sentirse deseada.

-Prométeme que podré hacer lo mismo que mi tío.

Repliqué de manera imperativa.

-Lo voy a pensar, pero ya déjame, nos van a ver.

Me contestó con un tono exaltada por el temor a que nos descubrieran.

En este punto ya no me podía controlar, la tomé por el cabello desde la nuca y la empujé de manera que su pecho quedara pegado a la repisa de la cocina, su culo quedó expuesto a mi merced, levante su vestido y mi verga que ya se encontraba a punto de reventar dentro de mi pantalón quedó incrustada entre su hermoso par de nalgas, comencé a realizar movimientos con mi cadera de atrás hacia delante simulando que la penetraba, lo único que se interponía en el camino era mi pantalón y su hermosa lencería.

-¡Esto es lo que te quiero hacer!

Me sentía en la gloria pero ella ya algo alterada reunió las fuerzas necesarias para empujarme y liberarse.

-¡Sueltame! Nos van a ver, más tarde hablamos sobre esto, pero ya cálmate, estás algo pasado de copas tranquilízate, más tarde resolvemos esto.

Me acerqué nuevamente a ella nuevamente la tomé una vez más del cabello y la empujé hacia abajo de modo que su rostro quedó a la altura de mi verga.

La vista era gloriosa, ya la había imaginado así un millón de veces, ella hincada viéndome a los ojos desde abajo mientras se disponía a tragar mi verga, ese era una sueño recurrente para mí.

Betty seguía un tanto confundida no sabía que hacer, yo estaba incontrolable acercaba su cara hacia mi miembro mientras ella trataba de ponerse de pie pero yo no sé lo permitía, entonces hizo algo que me dejó helado.

Dejó de forcejear. Y comenzó a hablarme de una manera muy calmada y con el tono de niña mimada que tanto me excitaba escuchar.

-Carlos, tranquilízate más tarde platicamos con calma, mientras tanto ve a tu cuarto y tranquiliza a tu amiguito un poco.

Sin duda ella sabía lo que hacía, era experta siendo una puta, me dijo que me tranquilizara mientras pasaba su mano lentamente por mi abdomen y la colocaba sobre mi verga por encima del pantalón dando pequeños masajes de arriba hacia abajo que me volvieron loco, después lentamente acercó su linda boca a mi miembro que estaba completamente erguido y lo besó por encima del pantalón mientras me veía a los ojos. Jamás sabré si hizo eso para que la soltara o si realmente ella deseaba hacerlo.

Me tranquilicé, la solté, y rápido se puso de pie frente a mí, se acomodó el vestido para regresar a la fiesta, caminó hacia la puerta pero fui inmediatamente detrás de ella y estiré mi brazo para tocar su culo nuevamente, era tanta mi desesperación por disfrutar ese culo que mi mano no se detuvo y levanto nuevamente una parte de su vestido.

-¡Carlos! ¡Entiende, ya para!

-¿Pensé que ya habiamos acordado que si podía hacer eso?

Mi madre soltó una sonrisa nerviosa mientras se ajustaba el vestido de nuevo. Se acercó nuevamente a mí, se dio un beso en la palma de su mano derecha y la dirigió una vez más a mi verga totalmente erecta.

-Ya te dije que te calmaras, ve a tu cuarto, imagíname y hazme lo que siempre has querido, ponme como siempre has querido y más tarde o mañana hablaremos de eso, ¡Ah! y yo si te doy permiso de que te vengas en mi cara, se que eso te gusta.

Se dio la media vuelta y salió de la cocina para dirigirse a la fiesta nuevamente, mientras yo corría hacia mi cuarto desesperado para seguir sus instrucciones.

Continuará…

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