Celeste tiene un cuerpo de contextura normal, con unas muy lindas tetas, redonditas, con unos pezones color cafe que cuando se excita se le ponen como si fuera un timbre, tiene una cola redondita, un poco grande pero muy buena para agarrarla desde atras, apoyar las manos en sus caderas y empezar a introducirle de a poco la pija en posicion de perrito. Por ultimo y no menos importante, tenia una concha con unos labios gruesos, loa cuales se le hinchaban y mojaba toda la vulva y clitoris cuando estaba caliente.

Celes me conto:
– Seba, sabes que antes de meterme tu mini chorizo en mi boca y saborearlo como lo saboree hasta que no te quedara una gota de leche, probe una concha.

La concha que probé fue la de Juli, esto paso hace unos meses

– Yo: uhhh, me estás empezando a calentar otra vez, contame por favor con lujo de detalles como fue.
– Mmmmm, ya me doy cuenta que se te esta poniendo dura otra vez, asi que como quiero que me vuelvas a meter tu pijon dentro mi concha toda mojada, te lo cuento.

Todo empezo cuando Juli y yo nos juntabamos a estudiar para la facultad, hubo un dia que Juli me contó que se habia peleado con su novio, porque era un imbecil, la habia egañado con otra chica, y entonces lo dejo. Cuando me contaba eso, fui y la abracé, le empece a dar besos en las mejillas, despues ella me miro con una sonrisa, nos quedamos mirando fija y apasionadamente por unos minutos. Despues de esos minutos, Juli acercó sus labios contra los mios, nos empezamos a besar suave y timidamente. Despues nos fuimos poniendo un poco mas calientes, ella alejo un poco su cara, saco la lengua lo mas que pudo, y yo entendí la señal, queria que nuestras lenguas se fundan asi que le acerqué mi lengua y empezamos a moverlas en circulos, pasandonos la saliva desde nuestras bocas, en unos minutos ambas empezamos a chorrear la saliva que salia de nuestros labios, y un poco de esa saliva cayo en los pantalones de Juli, así que ambas nos miramos de forma picarona, y nos desabrochamos el pantalon y rápidamente la bombacha, dejando expuestas nuestras conchas. Fue asi que ambas fuimos a su cama, hicimos la posicion del 69 y empezamos a lamernos las conchas. Las dos estabamos como poseidas, lamiendonos el clitoris y la vulva, mientras nos acariciabamos todo el cuerpo con las manos, las piernas, la espalda, la cola y las tetas. Estabamos muy excitadas, así que en un momento Juli agarró la almohada, acostó mi cola sobre ella y sento arriba de una de mis piernas en forma de tijera, y empezo a rozar su vulva contra la mia, fue una sensación hermosa igual de hermosa que cuando me metiste tu pija adentro Seba. Estuvimos así por un rato, hasta que ya estabamos agotadas por haber tenido multiples orgasmos.

– Yo: Uhhhh, me la pusiste como una piedra Cele, vamos a coger, te parece.
– Ay si sebaaaaa, yo tambien me volvi a calentar, metemela hasta al fondo.

Asi que ese día estuvimos cogiendo un buen rato después de haber escuchado la experiencia que me contó mi hermana…