otra voz masculina decía:

«Una experta puta, hecha a la medida!»

«Síiii» gritaba entre jadeo y jadeo yo, hecha un emparedado entre mi abuelo y mi tío que me tenían ensartada por el culo y la raja respectivamente, haciendome sentir orgasmos increíbles!

Mi cuerpo se contorsionaba de placer.

Cada uno jugaba con una de mis tetas, agregando un suave dolor al gozo.

«¡Más, más fuerte, no se corran por favor sigan así!»

«Te daremos más, tú harás que eso ocurra perra, toma y toma caliente!»

«Esta es tu primera cerdita caliente» dijo mi abuelo.

Mi cuerpo relleno sudaba y se sentía cual una Miss Playboy con esos hombres adultos estremecidos de placer dentro de mis agujeros con sus falos exquisitos, uno muy largo de buen grosor, el otro normal de largo pero grueso que me hacía ver elefantes verdes cuando me enculaba, mi abuelo me había iniciado en el arte sexual desde hacía ya largo tiempo. Mi tío se sumó cuando un día nos descubrió pegados a lo perro en la cama.

Vivo con ellos hace cuatro años, desde que mis padres se separaron y no quise irme con ninguno, ya tenía mi lío con mi abuelo que era viudo, 12 años y ya era su hembra.

Gemía y seguía pidiendo más, me volaba con los orgasmos, chorreaba mi raja de jugos de gozo.

«Aaaah!! me voy otra vez, no puedo seguir, sí más ,más»

Acabamos cansados pero yo seguía jugueteando con ellos, claramente era ninfómana con mis hombres a los 17 años.

Me hacían sentir deseada y bonita!