
Por
Anónimo
Historia de (casi) incesto 3
Yo pensé que me iba a matar cuando descubrió los cacheteros sucios, pase todo el maldito día preguntándome cómo le hacía para inventarme una historia, por suerte esa noche llegó tan cansada que pensé que se le había olvidado la cuestión. Los días pasaban y yo seguía con el miedo de cuando sería que vendría mi muerte. Pero vomenze a notar algo extraño, sus pantaletas volvieron a aparecer en la cesta de la ropa sucia, ya no las lavaba a mano. Un finde semana que el padre de mis otros hermanos se los llevo de paseo, quedamos solo en la casa y hasta en el aire se sentía la tensión.
Ella se sienta en el sofá, tenía un vestido de pillama casi transparente por el paso del tiempo y las miles de lavadas, se notaba que no tenía bra y algo me de ia que tampoco pantaletas, ella mirandome fijamente a los ojos me preguntó que de quién había aprendido a hacer eso con su ropa interior, yo le dije que aprendí solo, que fue algo que pasó por accidente y después no lo podía controlar, tenía los ojos llenos de lágrimas y hablaba casi entre balbuceos.
Ella me mira muy seriamente y me dice: está bien, es algo normal que sientas curiosidad por las mujeres a tu edad, pero yo soy tu madre y hacer eso con mi ropa interior está mal.
Sentí como el alma regresaba a mi cuerpo al escuchar su voz serena y no alterada. Se acercó más a mi y me abrazó con ternura, podía sentir sus pezones contra mi cara, me estaba comenzando a exitar cuando me suelta el bombazo: yo también tengo mis necesidades y bueno se lo que sientes, pero no excusa para que dejes mi ropa interior toda pegajosa, si quieres desahogarte solo habla conmigo y yo te entenderé, y eso sí, cada vez que utilizas mis pantaletas y las ensucies debes lavarlas, yo en ese momento simplemente quedé en blanco
Una respuesta
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Excelente
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