
Por
Anónimo
Forzada por mi suegro
Hola, me llamo Elisa y por una debilidad mia mi suegro se
aprovecho de mi, por lo que intenté no volver a verle en mucho tiempo, esto era dificil ya qué en
navidades siempre ibamos a verles a su casa, pero en todo momento intentaba estar con mi marido
para no quedarme a solas con él.
Todo ha ido bien hasta febrero, fecha en la que mi suegro Roberto vino a Madrid a la Feria del Turismo,
yo sabia que venía y procuré por todos lo medios que no se alojara en casa, pero mi marido Carlos me
dijo que eso no era posible, y que no entendía porqué le tenía tanta manía.
Nada más llegar Roberto me dio dos besos y me dijo al oido:
R.- Ya veo que te has escapado mucho tiempo, pero ahora no vas a poder hacerlo.
Yo sentí que mis pelos se ponían de punta y no supe como reaccionar. A la mañana siguiente mi marido
se había ido a trabajar y mi hijo al colegio, por lo que me encontraba sola con Roberto y con su amenaza
pendiente. Mi suegro salió de su habitación y fue a la cocina donde yo me encontraba.
R.- Hola Elisa, ¿Estás preparada para disfrutar estos días? � Al decir esto no paraba de sonreir.
E.- No vas a hacer nada conmigo, ni lo pienses.
R.- ¿No quieres hacer nada conmigo? Está bien, lo acepto, pero tendras que hacer todo lo que yo te
ordene o tu marido sabrá lo zorra que eres y como te gustó follar conmigo hace 5 años.
E.- No serás capaz, se enteraría tu mujer también.
R.- ¿Y qué? Ella vive de mi sueldo, tu crees que va a preferir creer tu versión y perder a la persona que le
da de comer, o creerme a mi y pensar en lo puta que es su nuera.
E.- Eres un cabrón.
R.- Si, pero ve pensando que vas a hacer. Esta tarde le dirás a Carlos que vas a salir conmigo para
enseñarme la zona vieja de Madrid, estate preparada para las 7 de la tarde y quiero que vayas con falda
corta y blusa escotada.
E.- No lo haré sinvergüenza.
Roberto se fue y pasé todo el día pensando en lo que me había dicho, me daba miedo porque sabía que
era capaz de decirselo a Carlos, por otro lado, pensaba en aquella noche en la que me folló y me ponía
caliente, mi marido nunca lo había hecho así, es más, en todos nuestros años de matrimonio nunca me
había follado el culo, algo que Roberto había hecho con fuerza y que yo había disfrutado como nunca
lo hice antes. La duda de su revelación por un lado, y ese calor interno que sentía pensando en aquella
noche por otro me hizo decidirme, por lo que a las seis de la tarde comencé a vestirme para salir, me
probé todas las faldas y blusas que tenía, hasta que al final decidí ponerme un sujetador de encaje
negro, unas braguitas tipo culotte y unas medias hasta mitad de los muslos, justo hasta donde llegaba
la minifalda de cuero negro, la blusa era semitransparente, por lo que dejaba ver el sujetador debajo y
a mi me pareció muy provocativo, estaba muy excitada, mi relación con mi marido no había sido muy
buena últimamente, por lo que teníamos poco sexo y no muy satisfactorio.
A las siete menos cuarto llegó mi marido, y le dije que iba a salir con Roberto, él se quedó extrañado
y me dijo que como era eso si yo siempre le había tenido mucha manía, por otro lado, le sorprendía
verme tan arreglada.
R.- ¡Que sorpresa que salgas con Roberto! Me alegra que cambies de actitud y dejes esa manía que
tienes con él, aunque casi me da envidia, te has puesto muy guapa para la ocasión.
E.- Pues si, voy a salir con él para que tu veas que no le tengo manía, así ya te quedarás contento.
A las siete volvió Roberto, al entrar por la puerta me miró de arriba abajo y silbó.
R.- ¡Vaya belleza! Veo que te has preparado para salir, así me gusta.
Al bajar al garaje para coger el coche mi suegro me dijo que conducía él, que yo tendría que disfrutar de
al ruta.
R.- Esta mañana me dejaste claro que no querías nada conmigo, asi que yo cumpliré con ello, pero tu
tendrás que hacer lo que yo te diga. ¿De acuerdo?
E.- ¿Qué voy a tener que hacer?
R.- Tu no quieres que yo te toque, así que harás lo que yo te diga, de lo contrario hablaré con Carlos.
¿Cumplirás con lo que te diga?
E.- Siiiii, lo haré.
Fuímos hasta un parking del centro de Madrid, por la puerta del Sol, desde allí paseamos hasta la zona
de bares, donde nos bebimos una botella de vino con unas raciones, a continuación entramos en un
pub y nos tomamos dos copas, yo ya iba un poco bebida y Roberto intentaba aprovecharse para meter
su mano bajo mi falda, yo le dejaba un poco, pero cuando intantaba subirla hacia mi coño cerraba las
piernas y le decía:
E.- ¡Eh! Alto esa mano, tu no vas a tocarme, ese es el trato. � aunque estaba muy caliente no iba a
permtirle que se saliese con la suya, no iba a dejar que me pusiera una mano encima.
R.- Si así lo quieres perfecto, vamos a dar un paseo.
Al montarnos en el coche Roberto me dijo que me sentará detrás, me extraño pero lo hice. Salimos por
las calles y Roberto me miraba por el espejo interior del coche, el alcohol estaba haciendo su efecto y yo
ya llevaba la minifalda un poco subida y casi se dejaba ver mi culotte de encaje.
Roberto paró el coche, bajó la ventanlla y llamó a unos chicos, les dijo algo, ellos miraron hacia donde yo
estaba y se subieron en la parte de atrás junto a mi, me sentí algo incómoda e intenté reaccionar, pero
no me dio tiempo.
R.- Bueno Elisa, ahora comienzan mis deseos que tu debes cumplir, estos dos jovencitos están deseando
verte en acción, así que baja tu cabecita y comienza a comerles la polla a los dos, como verás las tienen
completamente duras.
Los dos de habían abierto las cremalleras y habían sacado sus vergas que estaban completamente rectas
mirando al techo del coche.
E.- De eso nada, no voy a hacerlo.
R.- Lo prometiste, asi que debes cumplirlo. Además, solo te pido que chupes dos pollas un ratito, no es
mucho.
Uno de los chicos tomó mi mano y la llevó a su polla, con suavidad la guiaba arriba y abajo para que yo
le pajeara. Le miré a la cara y vi sus ojos cerrados disfrutando, eso me puso muy caliente y ahora fui yo
quien tomo la iniciativa, me incliné sobre él y me metí su verga en la boca, la chupé despacio, mi lengua
rodeaba su capullo y bajaba por el frenillo, eso hacía que él se arqueara y gimiese con cada lengüetazo
que yo le daba, mi boca ya no podía parar, unas veces se tragaba la polla entera y otras chupaba el
capullo con fuerza para darle más placer, yo notaba que él intentaba meter su polla hasta el fondo de
mi garaganta, pero no me importaba, cuando giraba mi cabeza y veía sus ojos cerrados disfrutando y sus
manos agarrándome del pelo empujando hacia abajo para que no parará, me ponía más y más caliente.
El otro chico, que al principio había mirado sin hacer nada, ahora metía su mano bajo mi falda y urgaba
entre mis piernas intentando apartar el culotte, se notaba su poca experiencia, por lo que Roberto le
dijo:
R.- Rómpele las bragas a esa zorra y fóllatela, no pierdas tiempo.
Roberto iba conducindo por las calles de Madrid y al mismo tiempo no paraba de mirar por el espejo.
El chico obedeció y tiró con fuerza de mi culotte, por lo que me izo daño, así que rapidamente y antes
de que siguiese me lo quité y lo tiré al suelo del coche. Inmediatamente el chaval metió su mano entre
mis piernas y comenzó a tocar mi coño que, a esas alturas, estaba totalmente empapado. No era muy
experto, pero yo, inclinada y con mi boca en la polla del chico 1, abrí mis piernas al máximo para facilitar
el acceso de la mano del chico 2.
R.- ¿Te gusta lo que te he preparado verdad?
Yo no podia hablar, tenía la boca ocupada en mamar bien la verga del chaval, mi boca no paraba de
subir y bajar tragándome la polla una y otra vez. ¡Que rica sabía! Hacía mucho que no se la chupaba a
mi marido, él es muy tradicional y no suele pedírmelo, y yo no lo hago para que no piense que soy una
fulana.
El chico 2 avanzaba mucho en sus movieminetos y ya estaba pajeando mi clitoris, por lo que mis
gemidos comenzaban a ser bastante sonoros. Yo me giraba y subía mi pierna en el asiento del coche
para que él tueviese mayor visión de mi coño y pudiese tocármelo mejor. Al hacer esto el chico se puso
de rodillas y metió su boca entre mis piernas. ¡Joder! Que bien sentaba tener una polla en la boca y que
alguien estuviese comiéndome el coño, no podía pedir más, mis gemidos ya no paraban.
E.- Siiii. Cómeme el coño, así así. ¡Como me gusta! Ahhhh, sigue por favor.
No me había dado cuenta, pero Roberto había parado el coche y estaba grabando con su teléfono toda
la escena.
R.- Si chaval, mira lo zorra que es, ahora follátela, lo está deseando, tírate a esa puta y haz que goce de
verdad.
Yo miré de reojo y vi que me estaba grabando, por lo que intenté parar, pero Roberto me dijo.
R.- No pares y no se te ocurra decir que no vas a follar, harás todo lo que te diga.- Y movió el teléfono
sonriendo- Ahora dile que te folle, dile que quieres que te meta la polla y te parta por la mitad. ¡Venga!
No hacía falta que el cabrón de mi suegro dijese nada, yo ya necesitaba tener una buena polla dentro.
E.- Siii, fóllame, méteme tu polla hasta dentro, quiero sentir dos pollas, una en la boca y otra bien
clavada dentro de mi coño.
El chico se bajo el pantalón del todo y se metió entre mis piernas, noté como de un golpe de cadera
clavaba su polla en mis entrañas, se echo encima y comenzó a moverse rápidamente, yo al tiempo
intentaba seguir chupando, aunque con menos destreza, de repente vi como el chico 1 empezaba a
temblar y, de repente, soltaba un chorro de leche en mi boca, casi me ahogaba, debía llevar mucho
tiempo sin correrse y estaba bien cargado porque su leche se salía de mi boca y caía por mi barbilla, él
no paraba de empujar mi cabeza con sus manos, parecía que quería descargar toda su leche en mi boca
y que no se saliese ni una gota. Roberto lo grababa todo sin perder detalle y a mi ya no me importaba,
grabase mas o menos el final sería el mismo.
El otro chico no paraba de moverse dentro de mi y su polla entraba y salia de mi coño con total facilidad,
estaba tan empapada que podrían haberme metido dos o tres vergas a la vez.
E.- Sii cabrón, clávamela bien adentro, vamos fóllame, así así, métela entera. Ahh ahh, si fóllame.
R.- Has visto como le gusta a esa puta que se la follen, dale lo que quiere, fóllate a la zorra.
El chico 2 que hasta ese momento no había dicho ni una palabra comenzó a soltarse rápidamente.
CH2.- Toma zorra, toma polla, te la voy a meter hasta adentro.
R.- Muy bien, así, dile lo que es.
CH2.- PUTAAA, que eres una puta. ¿te gusta que te folle?
E.- Siiiii, me encanta que me folles, sigue, sigue. Me gusta tener dos pollas para mi.
El chaval, al oir mis palabras se encendió y comenzó a empujar con más fuerzas, por lo que enseguida
me dijo que se iba a correr.
E.- Dentro no, dentro no.
Me lo quité de encima y puse mi cara junto a su polla.
E.- Correte en mi cara venga, correte cabrón, echa tu leche en mi cara.
CH2.- Noo, quiero que me la chupes, quiero correrme en tu boca, venga venga.
R.- Ya has oido lo que quiere el chico.
Me la metí en la boca y sin que me diese tiempo a chuparla ni un minuto el chaval descargó su leche en
mi boca, un chorro de rica y caliente leche que entraba en mi boca y bajaba por mi garganta.
CH2.- Siiii, que bien, sigue chupando zorra, traga hasta la última gota, venga.
Mi boca tragaba y tragaba, esta vez no desperdicié la leche, toda entraba en mi boca y se deslizaba hacia
adentro.
R.- Bueno chavales, se acabó el paseo, ahora bajad del coche y pagadme los 50 � cada uno.
Yo no podía creerlo, me había vendido a dos chicos que no debían tener más de 20 años, me había
prostituido sin mi consentimiento.
E.- Eres un cabrón, hijo de puta.
R.- ¡CÁLLATE! Te los hubieras follado igual, al menos hemos ganado 100 �. Jajaja. Y si quieres te enseño
el vídeo y ves como has disfrutado, eres una auténtica perra viciosa, lo vi nada más conocerte, el
problema es que tu no lo sabías, pero ahora ya lo sabes, ya sabes lo puta que eres y quién es el que te va
a enseñar a disfrutar de ello.
Volvimos a casa sin hablar, en una ocasión intetó acariciar mi pierna, pero la aparté y le dije que no Iba A
hacer nada conmigo, él se rió y no dijo nada.
Por la noche, en la cama junto a mi marido, no podía dormir, solo pensaba en lo que había hecho y
como había disfrutado, hacía mucho que no sentía tanto placer, pero no por el hecho de follar en si,
sino por la experiencia, por haber hecho algo prohibido, algo excitante. Daba vueltas y mas vueltas en
la cama y mi mano bajaba a mi entrepierna con intención de tocarme, no podia quitarme de la cabeza
el deseo de tener la polla de mi suegro en el culo, me había resistido a sus intentos de acariciarme pero
deseaba con todas mis fuerzas que me hubiese poseido, que me hubiese clavado su polla en el culo
y me hubiese hecho disfrutar hasta el orgasmo. Así, con mi marido durmiendo al lado, me acaricié el
clitoris hasta correrme, y en todo momento pensaba en tener esa deliciosa polla dentro de mi estrecho
culo, ese que solo se había follado él.
Por la mañana, al despertarme, me di cuenta que me había dejado el culotte en el coche, así que mi
marido podría verlo al ir al trabajo, me asusté pero no sabía que hacer. En ese momento salió mi suegro
de su habitación y me enseñó el culotte en su mano, me miró y me dijo:
R.- ¿Ya no te acordabas de esto verdad? Te he salvado de que lo encontrase Carlos, así que me debes
otra tarde de placer, hoy no puedo pero mañana a las siete te pondrás un vestido ligero y sin ropa
interior.
E.- ¿Pero qué le digo a Carlos? No se que excusa poner.
R.- Dile que después de tanto tiempo evitándome tienes una deuda conmigo y que vas a llevarme a
comer algo, y te aseguro que algo comerás.
E.- Joder Roberto, eres un cabrón.
El día siguiente, a las 6 y media ya estaba vestida y deseando que llegase mi suegro para salir donde él
quisiera y hacer lo que me pidiese, me había puesto un vestido ligero como había dicho, pero muy corto,
y debajo no llevaba nada, si me sentase se vería mi chocho con toda seguridad, eso me excitaba, estaba
caliente antes de salir.
Cuando llegó Roberto me miró y dio su aprobación, bajamos al garaje y cuando iba a subir detrás me
dijo.
R.- Hoy no toca detrás, sube junto a mi.
Lo hice inmediatamente y al sentarme procuré que el vestido s quedase subido, de forma que mis
pienas quedasen descubiertas y él pudiese verlas perfectamente.
R.- Bonitas piernas. – llevó su mano a mi entrepierna e intentó tocarme el coño.
E.- Quita esa mano, ya te dije que no ibas a hcer nada conmigo. � estaba deseando que me tocará, si me
hubiese obligado le hubiese entregado mi culo allí mismo en el garaje, pero iba a hacerle sufrir todo lo
posible.
Arrancó el coche y salió hacia la carretera de circunvalación M-40, al pasar por Montecarmelo salió y
tomó una carretera estrecha que iba hacia el Monte, allí siguió unos kilometros y de repente paró y
entró por un camino estrecho, ahora tenía claro que me lleva allí para follarme a gusto. Apagó la luz y
avanzó unos metros hasta llegar a la altura de un coche que estaba aparcado, entonces me dijo.
R.- Mira lo que están haciendo ahí.
Miré hacia el coche y vi una chica, más bien rellenita, que estaba de rodillas delante del coche y tenía a
su lado a dos hombres, a uno le estaba comiendo la polla y al otro le pajeaba con la mano, justo al lado
había otros tres hombres con la verga fuera del pantalón que se estaban masturbando viendo como la
chica se la mamaba al otro. Otro más mayor, que se encontraba detrás de ella, aprovechaba para tocarle
las tetas, se notaba que las apretaba con fuerza, pero ella no decía nada, al contrario, comía y comía
polla sin parar, de vez en cuando se sacaba la que tenía en la boca y mamaba la del otro que estaba
pajeando.
R.- ¿Te gusta? Tu, con tu vida familiar y convencional, no has disfrutado nunca, soy yo quien te va a
enseñar a disfrutar de la zorra que llevas dentro. Baja del coche y ponte delante del capo.
E.- ¿Qué? Me da miedo, no se que podría ocurrir.
R.- Haz lo que te estoy dicendo. Baja ya.
Bajé del coche y me senté en el capó, estaba caliente, por lo que este calor traspasó mi vestido y
me llegó de lleno al coño. Roberto encendió y apagó las luces dos veces, al momento dos de los tres
hombres que se estaban masturbando se acercaron hacia mi, uno se puso a un lado y me miró como
pidiendo permiso, yo no dije nada, pero el otro hombre ya estaba metiendo su mano bajo mi vestido
y tocaba mi coño, me inclinó hacia atrás para que me tumbara, lo hice y él abrió completamente mis
piernas, metió su cabeza entre ellas y comenzó a comerme el coño con avidez, metía su lengua dentro
y la sacaba una y otra vez, luego la pasaba de arriba abajo y chupaba los flujos que con mi calentura
estaban saliendo sin parar, el otro hombre ya tenía sus manos en mis tetas y las estrujaba con fuerza,
por momentos me hacía daño, pero debido al placer que estaba sintiendo no era capaza de quejarme.
Pasado un momento giró mi cara, sacó su verga y me la llevó a la boca, ahora era yo quien tenía que
esmerarse, a pesar de ser una postura un tanto incómoda, me tragaba esa polla una y otra vez, se la
chupaba y apretaba con mis labios y movía la cabeza adelante y atrás para meterla todo lo posible,
quería que llegase a mi garganta, el otro había sacado su cara de entre mis piernas y ya estaba con la
polla fuera preparado para envestir mi coño, tiró de mi hasta poenerme el borde del capó y una vez allí
me la metió dentro sin piedad, debía tener unos cincuenta años y era muy corpulento, se veía que ya
tenía experiencia en esto, me agarraba por las caderas y me follaba con fuerza, dejé de mamar la polla
del otro para poder ver como me la estaba clavando, empujaba y empujaba y tiraba de mis caderas
con violencia, si hubiese tenido la polla mas grande me hubiese partido por la mitad, mi excitación iba
creciendo y ya no era consciente de lo que estaba pasando, sin darme cuenta se habían puesto a mi
alrededor otros tres chicos y unos me tocaban las tetas, otro intentaba girar mi cabeza para meter su
polla en la boca y la chica de antes estaba inclinada sobre mi chupando uno de mis pezones al tiempo
que otro hombre se la follaba por detrás. Roberto, que había salido del coche me miraba.
R.- ¿Ves que yo tenía razón? Eres una auténtica zorra, estás disfrutando como nunca, ahora chúpasela a
éste.
Era un hombre de unos setenta años, me daba cierta repugnancia y giré la cabeza, pero Roberto me
tomó del pelo y dijo.
R.- Haz lo que te digo PUTA.
El viejo se acercó a mi y pusó su polla en mis labios, al principio intenté rozarla solo, pero Roberto me
tapó la nariz y el viejo aprovechó para meterla hasta adentro, casí me ahogaba, el viejo estaba muy bien
dotado y me tía su enorme verga una y otra vez llegando casi hasta mis amigdalas, la chica me mordía
los pezones con fuerza de forma que casí sangraban, y el que me estaba follando empujaba con tanta
fuerza que me arrastraba por el capó del coche de un lado a otro. El resto miraban y se pajeaban sin
parar. Roberto les miraba, sonreía y disfrutaba observando como era follada una y otra vez, ya que el
que tenía antes se había corrido en mis piernas y ya tenía otro ocupando su lugar.
R.- ¡VAMOS CABRONES! Folladla bien y echad vuestra leche encima de esa zorra.
El viejo sacó su polla de mi boca y echó un gran chorro de leche en mi cara, su semen resbalaba por mi
frente y caía en mis ojos, casi no podía abrirlos, el que me estaba follando había terminado, se había
corrido encima de mi tripa y ya había uno nuevo esperando para meter su polla en mi coño dolorido.
Aquí todos querían disfrutar mi cuerpo, así que una vez que el viejo se había retirado ya había otro
reclamando que se la mamase, sin poder negarme me tomó de los pelos y metió su polla dentro de mi
boca, la metió y sacó tres veces y soltó un chorro de leche dentro, era de los que estaban pajeandose
todo el rato así que lo único que quería era eso, que me tragase su leche, lo hice sin solución, ya que su
semen había entrado hasta el fondo de mi garaganta, aún así el empujaba y metía su verga bien adentro
tirando de mi pelo. De repente Roberto les apartó y dijo.
R.- Basta ya, se acabó por hoy, ahora me toca a mi.
Todos se apartaron y mi suegro me puso con los brazos apoyados en el capó y las piernas bien abiertas,
mi vestido estaba medio roto y lo tenía lleno de semen.
R.- Hasta ahora te has negado a que te tocara. ¿Quieres que lo haga o sigues negándote?
Yo estaba excitadísima y deseando que me penetrara, era lo que mas quería en aquel momento.
E.- Hazlo venga.
R.- ¿Qué haga qué? Dime exactamente que es lo que quieres.
E.- Venga CABRÓN hazlo.
R.- Dime que quieres que haga.
E.- ¡¡¡FÓLLAME POR FAVOR!!! No Pierdas tiempo, quiero que me folles el culo ya.
R.- Así me gusta Zorra, eso es lo que esperaba oir.
Me agarró por el pelo, me empujó hasta poner mi cara y brazos sobre el coche y dio un golpe a mis
piernas para que las abriera más, mi vientre estaba apoyado sobre el coche y él ejercía fuerza para
apretarme la cabeza y evitar que me moviera. Noté como escupía en su mano y metía un dedo en mi
culo y después dos, al instante sentí como su polla empujaba en mi esfinter y se deslizaba dentro con
violencia,.
R.- ¿Esto es lo que querías verdad?
E.- SIIIII, me gustaaa, muevete cabrón, quiero notar como me follas el culo, venga muevete.
Roberto comenzó a moverse, su polla entraba y salía de mi culo una y otra vez, me empujaba contar el
coche y yo me deslizaba por el capó arriba y abajo al compás de sus embestidas.
E.- Siiii, fóllame, asiiii, me gusta que me folles, me gusta sentir yu polla en el culo, me encanta, siguee.
De repente se paró y echó hacia atrás.
E.- ¡¡¡SIGUE CABRÓN!!! NO PARES.
R.- Ahora te toca a ti, ¿Quieres polla? Pues mueve tu culo y clávatela bien adentro.
Si esperar más empujé hacia atrás hasta que su verga entró hasta el fondo, ahora era yo quien
empujaba, mis caderas se movían con violencia adelante y atrás buscando que la polla entrase hasta
dentro de mi culo.
E.- Diosss que bien, así me gusta, la siento dentro, noto que mi culo se llena por momentos, siiiii. Ahhhh,
voy a correrme, voy a correrme.
Roberto tiró fuerte de mi pelo hacia él, por lo que tuve que retroceder de golpe y su polla se incrustó
hasta mis entrañas, note como sus huevos golpeaban en mi coño con violencia, Roberto no soltaba y
al mismo tiempo empujaba fuerte con sus caderas, por lo que la polla se ajustaba dentro de mi y no
salía ni un milimetro, de repente noté que algo caliente inundaba mi culo, Roberto se estaba corriendo
dentro y descargaba su leche al tiempo que caía sobre mi espalda y me aplastaba contra el coche.
E.- Sigue cabrón, yo no he acabado, venga, venga.
Roberto ya no podía más, sacó su polla y me dijo.
R.- Quédate ahí tumbada.
Llamó al viejo de la polla enorme y le dijo.
R.- Es tuya, acaba con su culo.
Intenté negarme pero fue imposible, el viejo ya había tomado posición entre mis piernas y estaba
empujando su polla contra mi esfinter abierto al tiempo que Roberto me sujetaba la cabeza.
V.- Ahora vas a saber lo que es tener una buena polla en el culo zorra.
El viejo me la metió de golpe, me dolía un poco, pero como mi ano ya estaba dilatado podía soportarlo.
R.- ¿Notas la polla dentro?
E.- Si cabrón, es mejor que la tuya.
R.- A síiii ¿Quieres que te follen todos el culo?
E.- No por favor, todos no.
R.- Pues dale placer a mi amigo, quiero que te muevas con él como lo has hecho antes.
Comencé a moverme con rapidez, mi culo iba adelente y atrás y la polla del viejo entraba cada vez más,
éste me cojía por las caderas y empujaba con fuerza.
V.- Así, muevete, así me gusta, no había tenido nunca un culo como el tuyo, eres divina, tienes el culo
estrecho y mi polla está disfrutando como nunca, muevete venga.
Yo seguía con mi movimiento de caderas y notaba mi culo lleno de carne, y lo mejor era que me
gustaba, estaba disfrutando, a pesar de ser un viejo, sabía moverse y estaba bien dotado, no iba a tardar
mucho en correrme, sentía como el calor de mi cuerpo aumentaba y no podía parar, el viejo me la
clavaba una y otra vez y yo disfrutaba con ello, ya iba a correrme.
E.- SIIII, ASÍ ASÍ, ME ENCANTA, SIIIII, VOY A CORRERME, CLÁVAMELA POR DIOS, CLAVÁMELA, ASIIII,
OHHH.
El viejo aceleró su ritmo y empujó con más fuerza, me estaba partiendo por la mitad, pero no
importaba, era el orgasmo más grande que había tenido en mi vida.
E. SIIIIIII, AHHHHH, DIOS DIOS, HA SIDO ESTUPENDO, ACABA YA CABRÓN.
El viejo siguió dos minutos y de nuevo noté como mi culo se llenaba de leche, era la segunda vez en la
noche, debía escurrir semen entre mis piernas en abundancia.
Miré alrededor y vi a todos los hombres de antes con la polla en la mano y pajeándose sin parar.
R.- ¿Quieres más, quieres que te folle otro el culo?
E.- Nooo, ya he tenido bastante, el viejo ha debido rompérmelo, menos mal que Carlos no me pide
nunca sexo anal.
R.- Vamonos entonces.
Subimos al coche y regresamos a casa, al día siguiente mi suegro se marchó a su ciudad y me prometió
que volveríamos a disfrutar los dos juntos. Nunca pensé que esto me podría ocurrir a mi, siempre pensé
que la gente que hace estas cosas está enferma, pero esos dos días disfruté como nunca antes lo había
hecho.
A partir de ahora no me importará volver a casa de mis suegros.
Eli.
2 respuestas
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