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Anónimo

abril 7, 2025

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Encuentros con la prima

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Hace muchos años nos veíamos más con mi prima. A mí no me caía muy bien, porque era súper molestosa, pero hubo un verano en particular donde pasamos varias semanas juntos, verano en el que ella andaba con las hormonas muy revueltas y yo también. En específico, esto se traducía en que ella se me sentaba encima y se me refregaba sutilmente para “molestarme” cuando estaba viendo tele tranquilo, lo mismo cuando íbamos a la playa, ella “jugando” se me cruzaba de piernas, me atenazaba y quedábamos en una posición súper sexual, con ella haciéndome una especie de koala, además que con eso a mí se me ponía durísima y con el paso de los días aproveché estas situaciones para empezar a frotarme con ella, lo cual ella correspondía haciendo lo mismo. Hubo dos momentos “peak” ese año, uno ese mismo verano, cuando ella pidió dormir conmigo. En esa noche pasó todo lo que pueda pasar con pijama, nos refregamos por horas, partimos haciendo una especie de cucharita y después ella se me subió encima y se me frotó mucho, yo estaba en éxtasis, completamente entregado, agarrándole el culo, la cintura y las caderas. Me dieron muchas ganas de sacarme el pene, pero me daba susto que eso funara el asunto, así que al rato nos quedamos dormidos nomás.

Yo con este episodio quedé detonado, me daba mucha vergüenza pensar en la situación y a medida que se avanzaba el año me daba más cringe que calentura, después de todo era mi prima, yo la conozco desde que era niña, por lo que, cuando esto venía a mi mente sentía harta culpa, pero con una calentura subyacente que se gatilló cuando su familia nos vino a visitar y que se apoderó completamente de mí cuando ella entró a mi pieza y se acostó en mi cama. No sabía cómo abordarlo, quería hacerle de todo, pero ella, más allá de estar muy cerca mío y de acercarme sus glúteos, no hacía mucho, considerando que yo estaba muy caliente. La cosa es que empezamos a jugar a las cosquillas y de alguna forma ella terminó con su cabeza en mis piernas, lo cual me llevó a fijarme en una parte la que no había ido antes: sus senos, me daba susto tocarla por debajo de la ropa, pero me lancé de todos modos. Torpemente metí mi mano debajo de su blusa, pasando por el sostén, hasta llegar a su seno; sentí todo, su forma, su tamaño y su pezón, que estaba super erecto. Estuve un buen rato tocando, hasta que sentí que venían a buscarla para irse a su casa, le saqué la mano y nos hicimos los locos, después ella se fue y la sensación que les describí hace un rato volvió más fuerte que nunca.

Cuando la culpa fue mucha, decidí buscar en internet si esto era normal o era algo demasiado fuera de lugar, la respuesta es que ambas, pues es incorrecto, pero descubrí que más personas habían pasado por cosas similares con primos o primas, más aún cuando coinciden en etapas vitales en las que las hormonas están revueltas para uno y otro. En muchas familias los primos están siempre ahí y pasan mucho tiempo juntos, por lo que este tipo de situaciones se dan. Pasaron varios meses en que no la vi, por ello los sentimientos se fueron apaciguando, creí que había sido una especie de despertar para ambos que no iba a pasar más allá , hasta que llegó el verano siguiente…

Cómo si esta historia no estuviera destinada a terminar todavía, nos volvimos a topar y el manoseo se reactivó. Cada vez que nos quedábamos solos pasaba de todo, toqué sus senos toda las veces que pude, por debajo de la ropa por arriba, el derecho, el izquierdo, ambos a la vez, le di nalgadas, toqué sus piernas; todo lo que pude hacer, lo hice. A veces pensaba que tal vez me excedía o que ella no quería, que es lo que pueden pensar, pero ustedes no saben cómo me pegaba su culo esa mujer y cómo lo refregaba con más afán cuando me la sentía dura, tenía su olor impregnado todo el día, lo que me hacía volver por más. Uno de los momentos en los que sentí “rienda suelta” fue cuando estaba viendo TV, en lo que llega ella a quitarme el control y a ponérselo dentro de sus pantalones para que se los quitara, no lo dudé y metí mis manos, esa vez eyaculé por primera vez con estos “juegos”, creo que ella no se dio cuenta en todo caso, pero las cosas siguieron así hasta que el verano terminó y cada uno se fue para su casa.

Creo que después de esto vino el rango de tiempo en el que más meses pasaron sin vernos, como es obvio, nos íbamos haciendo más grandes y yo pensaba que esto en algún momento iba a parar y así se sintió, como un recuerdo lejano a medida que iba haciendo mi vida. No obstante, el umbral podía seguir subiendo y lo que podía ser una simple anécdota de unas calentadas de sopa con una prima iba a agarrar un carácter mucho más turbio el día que cayó a mi casa con su familia a almorzar y pasar el día. Después de comer yo me fui a mi pieza, no habíamos cruzado una sola palabra con mi prima y nuestros hermanos más chicos estaban jugando en el patio, todo iba normal, incluso había dejado de lado estos pensamientos horny durante el día, al punto que yo estaba acostado en mi pieza usando mi celular cuando llegó mi prima y se me acostó al lado a hacer lo mismo, todo súper chill, al menos los primeros minutos. No pasó mucho hasta que ya estábamos pegados, nos fuimos acercando de a poco hasta que ella estuvo tocando mi pierna izquierda con su culo, me bastó con sentir un pequeño movimiento para girarme y empezar a puntearla, andaba con un short bien apretado y yo con jeans. Le metí ambas manos por debajo de su blusa, le desabroché el sostén y le agarré las tetas como si no hubiera un mañana, al rato le traté de bajar el short, pero no quiso, se lo bajé y rápidamente ella lo devolvió a su posición, lo cual me frustró un poco , pero no iba a forzar nada a fin de que siguiéramos en la misma sintonía. En eso se me ocurrió algo, volví a mi posición inicial, mirando con todo mi cuerpo hacia el techo y pensé en agarrar su mano y refregarla en mi pene por sobre el pantalón, si al soltarle la mano ella continuaba con el movimiento, genial, si no, podía seguir en otra cosa. Con harta ansiedad puse en marcha el plan, el cual, para mi fortuna, funcionó, le indiqué el movimiento con mi mano y al soltarla ella continuó masajeando, se notaba que lo buscaba y que quería sentirlo con sus movimientos que, si bien comenzaron suaves, fueron intensificándose con el rato, lo cual me llevó a pensar en subir un poco el nivel. Levanté su mano y me bajé el pantalón hasta quedar solo en boxer, lo tenía tan parado que la punta me quedó asomada. Entonces, bien repetí el proceso; funcionó nuevamente, su mano empezó a recorrer mi ropa interior por todos lados, yo estaba extremadamente caliente, sentía su mano de cerca frotándome, mientras me tocaba, las yemas de sus dedos me tocaron la cabeza desnuda del pico por accidente, ella paró por un segundo sin dejar de tocarlo y antes de que pudiera indicarle con mi mano que siguiera, ella continuó haciendo movimientos. Estaba en éxtasis, no quería que esto parara, toda la culpa y la vergüenza estaban absolutamente disipadas, esfumadas y yo quería que la situación escalara todo lo que pudiera, lo cual conseguí. Agarré nuevamente su mano y me bajé la ropa interior, quedando con mi pene al descubierto, bajé cuidadosamente su mano como si estuviera a punto de desactivar una bomba y la puse arriba de mi pene, cruzando los dedos que no se ahuyentara. No pude ni pensar en asustarme cuando ella comenzó a frotar mi pene con toda su mano, como un ciego reconociendo a alguien por su rostro ella acarició todo lo que pudo: mis bolas, el tronco y la cabeza una y otra vez, al principio con cuidado y después con más ganas, pero yo sabía que esto podía subir un gradito más. Tomé nuevamente su mano e hice que me lo agarrara para pajearme, le indiqué con mi mano tomando la suya cómo era el movimiento por unos segundos, luego la solté y continuó por su cuenta mientras le agarraba el culo. Su mano se empezó a manchar con mi líquido preseminal, yo estaba vuelto un animal, si me pedía que se lo metiera, yo lo hubiera hecho, por eso casi grito de rabia cuando nos llamaron a cenar, me subí los pantalones, ella se fue a lavar las manos, comimos y se fueron, a diferencia mía que no pude irme esa vez.

Este encuentro cambió todo, el arrepentimiento se asomaba de vez en cuando, pero yo sabía lo que quería y lo sentía cada vez más cerca a medida que se acercaba el verano, en el que nuevamente nos vimos. Cómo les dije, yo quería que esto pasara y busqué formas de hacerlo suceder. Había un problema grandote, ese verano compartí pieza con mi hermano, una cama nido en la que yo dormía arriba y él abajo, por lo que no era muy factible repetir este asunto con el ahí, así que la primera noche, cuando nos llamaron a tomar once yo no fui a comer, dije que me dolía la guata, así que mi hermano me dejó solo en la pieza, pasaron unos 20 minutos y sentí que tocaban la puerta, era ella, diría que se me paró de inmediato. Cabe destacar que mi prima tiene un carácter bien burlesco, en estas situaciones ella no era de lanzarse y comenzar a gemir mientras nos tocábamos, llegábamos súper de a poco a empezar a tocarnos, primero con una mano en la espalda o la cadera o después de hacernos cosquillas, que fue lo que pasó esta vez, unas cosquillas en mi cama mientras “peleábamos” por un juego de celular que terminó con mi mano en su cintura mientras me daba la espalda, que poco a poco bajó hasta su culo, en esta ocasión, lo toqué por primera vez por debajo de su short, mi prima es deportista, siempre ha tenido un cuerpo bien atlético, lo cual me estimulaba aún más. Pero más allá de sentir su cuerpo, quería que ella me volviera a pajear, como un calco, repetí paso a paso lo del episodio anterior y todo volvió a funcionar, ella me masturbó con aún más ahínco que la última vez, haciéndome eyacular, con el paso de los días no podía dejar de pensar en su mano llena de mi semen y en qué habrá hecho con el, porque se levantó harto rato después. Los días pasaron y hubo harto juego, pero no llegábamos a lo mismo, era una tortura ir a la playa, porque ahí, abajo del agua, ella me atenazaba con sus piernas, haciéndome sentirle todo. Me frustró un poco la situación, ya que el escenario no se daba y estábamos en el último día de su estadía, en el que además yo me sentía un poco mareado por unos juegos inflables a los que nos subimos con mis hermanos y primos en la playa, así que me acosté temprano, resignado. Casi sin darme cuenta, el hecho de acostarme temprano me dejó un buen rato solo en la pieza, en lo que entra mi prima y me empieza a molestar por el motivo de mis mareos, “pobrecito” me decía mientras se cagaba de rosa. Yo no estaba pensando en nada, cuando de repente ella se acuesta conmigo dándome la espalda mientras de a poco dejaba de molestarme. Sé que les he dicho varias veces de los sobajeos y punteos, pero estos fueron los más salvajes de todos, por lejos, como si la ropa fuera un obstáculo, se me quitó todo el mareo y la agarré bien fuerte mientras sentía su culo en cada atraque, estaba tan caliente que traté de bajarle los short, para mi sorpresa, se dejó, se los bajé hasta las rodillas y me asomé a mirar, andaba con una especie de tanga; casi se me rompe el pantalón. Pese a que estábamos debajo de las frazadas, se le veía todo el culo, de puro caliente le desbroché el sostén, para tocarle las tetas. No me quise quedar atrás y me bajé el pantalón con el bóxer y se lo pegué de inmediato, estaba muy concentrado en no venirme, porque estaba disfrutando demasiado el momento y, como en otras ocasiones, pensé que tal vez esto daba para un poco más, así que le traté de bajar el calzón, pero ella no me dejó y se lo subió, no me molestó mayormente, tenía todo mi pene en su culo, no podía pedir más, pero quise intentar algo de todos modos…

Obviamente no le iba a intentar bajar de nuevo el calzón, pero si se lo levanté un segundo y rápidamente puse mi pene por abajo, al soltarle la tanga, esta me presionó el pene, que quedó justo entre los dos cachetes, me moví de atrás para adelante para ver si le había parecido bien, lo cual me confirmó devolviéndome el movimiento con su culo, el cual no hizo más que hundir mi pene entre sus nalgas, cabe aclarar que no se lo metí, solo lo froté en su culo desnudo prácticamente, porque el calzón estaba por encima de toda la acción. Esa noche estuvimos desatados, yo le levanté la polera un rato y fue la primera vez que le vi las tetas, porque claro, en todo esto ella siempre estuvo de espaldas y yo solo tocaba, esta vez me asomé a mirarlas, no llegaba a chuparlas, pero me lamí las manos y se las agarraba mientras por debajo me seguí frotando en su culo que no se dejaba de mover, mi pene estaba bien adentro de sus nalgas, creo haberle sentido su ano con el tronco del pene, lo cual hizo que al poco rato le echara toda la leche en la espalda y parte de arriba de su culo, creo que estaba tan caliente que esa vez gemí. Fue como tener sexo, ella se bajó la blusa y pese a estar manchada se quedó ahí un buen rato, incluso me tomaba las manos para que le acariciara la espalda por debajo de la polera, incluso cuando le volví a agarrar un seno ella puso su mano sobre la mía, todo esto mientras mi pene seguía duro, atenazado por su calzón sobre su culo que seguía moviéndose de vez en cuando. A los minutos tuvimos que dejar todo cuando tocaron la puerta, ella se acomodó la polera y se subió el short con el calzón, yo hice lo mismo con mi pantalón y bóxer; era su papá, quien quería que ella se fuera a su cama porque tenía competencia al día siguiente. Ella se levantó para irse y al despedirse de mí nos dimos un casi beso, es decir, sentí una parte de sus labios, pero bien de lado, se podría decir que fue cuneteado. Cabe destacar que esto fue lo más cercano a un beso que nos dimos, lo cual no era mucha expiación para todo lo que habíamos hecho, yo había sentido y visto cosas de mi prima que no se asimilaban a ninguna historia que hubiese podido leer en redes sociales, por lo que más allá de la calentura, era consciente de haberme pasado muchísimos pueblos, pero no eran los últimos, o sea, ese casi beso estuvo lejos de ser el final, pero es bien anecdótico al lado de lo que pasó y lo que iba a pasar.

Mi prima visitaría dos veces más mi casa, una de ellas fue bien chocante, pues cayó con su pololo, yo no tenía intenciones románticas con mi prima, como les decía, con suerte éramos capaces de mantener una conversación, pero que llegara con este muchacho impedía que volvieran a pasar cosas, debo reconocer que, más allá de no afectarme mayormente en lo emocional, esa visita fue incómoda y , en mi mente, marcó una especie de final de esta turbia aventura, pero, aunque no faltara tanto para eso, estaba muy equivocado. Como si de una morbosa coincidencia se tratara, ella volvió a visitar mi casa apenas un mes de haberme enterado que había terminado con este sujeto, esta vez no iba a dejar pasar la oportunidad. Era 2017, éramos bien grandes, esto venía sucediendo y subiendo de nivel con cada encuentro, pero creo que ni ella ni yo queríamos que se detuviera hasta que pasara lo inevitable ¿estaba mal? Absolutamente, pero jamás ninguno de los dos mostró atisbos de frenar la situación. El día que visitó mi casa yo estaba acostado, como en otras ocasiones, viendo mi celular, expectante, al rato ella llegó a mi cama con su teléfono también, pero se acostó en mi pecho, esto no era taaan raaaaro, con mi prima no hablábamos mucho, pero era común que ella tuviera muestras de afecto físico en público, abrazos y etc. Aparte, ella tampoco me abrazó, solo apoyó su cabeza, debo reconocer que esta vez tuve mucha iniciativa, mientras veía mi teléfono le agarré de a poco el culo por debajo de su short, no aguanté más y tomé su mano para llevarla a mi pene, pero antes de llegar, ella me dijo “pasa gente”, pues claro, mi pieza había sido reordenada, entonces toda persona que pasara por fuera de mi habitación veía lo que pasaba en la cama, lo cual era arriesgado con sus papás, los míos y nuestros hermanos recorriendo la casa. ¿Era suficiente para no hacer nada? Sí, ¿Me detuvo? No. En una muestra de descaro como pocas que he tenido en mi vida, me paré y junté la puerta para que no nos molestaran, luego volví a la cama, dejé pasar un rato y le volví a tomar la mano, esta vez ella sí comenzó a frotar, para asegurarme, yo me tapé con una manta que me iba a permitir cubrir todo en caso que alguien entrara de la nada. Mientras me frotaba ella seguía viendo su celular y yo también, aunque lo dejé de lado un segundo para levantarle la blusa y el sostén para verle las tetas, nunca las había tenido tan cerca, así que le chupé el seno izquierdo, sintiendo por primera vez su pezón con mi lengua y mis labios, hice lo mismo con la derecha y luego le bajé la blusa ante la posibilidad de que alguien entrara. Estaba listo para sacarme el pene, y pensé en que esta iba a ser la primera vez que ella lo iba a ver, porque en ocasiones anteriores, como les comenté anteriormente, ella había estado de espaldas, lo cual me causó cierto temor ¿y si era demasiado? Mientras pensaba en esto sentimos un ruido así que le saqué la mano y me tapé, cuando nos dimos cuenta que no era nada le agarré la pierna y la puse sobre mí, mi idea era moverla con mi brazo para que me la frotara, pero no tuve que hacerlo porque ella se me adelantó y la meneó sobre mí unos segundos, estaba súper excitado. Cuando me aseguré de que no estuviera pasando nadie por fuera, le saqué la pierna y aún con la manta por encima me saqué los pantalones y el bóxer, para luego destaparme y dejar frente a frente a mi prima con mi pico, ella no disimuló que le gustó, porque al segundo de verlo soltó el teléfono y lo agarró para empezar a pajearme, al ver que quedó con las dos manos libres, le tomé la otra para que me frotara las bolas, lo cual al rato dejó de hacer para masturbarme con ambas manos, todo esto mientras le agarraba el culo por debajo del short, y al rato, por debajo del calzón, llegando a rozarle ligeramente su ano con mi meñique, ya el asunto no tenía ningún límite, así que, aprovechando que ella estaba en mi pecho, empujé su cabeza hacia mi pene, quería que me lo chupara, se acercó muy de a poco y sin mayor efusividad, así que pensé que no lo iba a hacer, hasta que siento una superficie húmeda y viscosa en mi glande, eran lamidos, mientras me pajeaba a dos manos, me empezó a lamer de a poco el pene, hasta que puso sus manos bien en la base y me succionó toda la cabeza con su boca, y se empezó a mover de arriba a abajo, mientras yo con los ojos blancos, noté que el líquido preseminal le goteaba de los labios, lo estaba gozando mucho, lo que hizo que me precipitara y traté de hacer que se lo metiera entero en la boca, lo cual resultó una vez, permitiéndome sentir como sus labios pasaran por cada centímetro de mi pene, traté de hacerlo de nuevo, pero a la segunda ella se atoró y se lo sacó, me miró a los ojos con cara de que no lo hiciera otra vez y me siguió pajeando con las manos, pero ahora era mejor, porque tenía el pene todo mojado.

Minutos después volvimos a sentir un ruido, así que me tapé y ella tomó su celular, repitiendo la coartada. Afortunadamente fue una falsa alarma, al darme cuenta de esto le tomé la pierna una vez más y la froté fuerte contra mi pene. En eso algo pasó, como que por una milésima de segundo paramos, sabiendo que ya podíamos a pasar a otra cosa, le tomé la pierna y la di vuelta, para quedar con su culo hacia mi, le bajé el short con intenciones de hacer lo mismo que la vez pasada. No obstante, cuando vi su culo frente a mí, casi por instinto le bajé el calzón, tenía su culo desnudo frente a mi pene, también desnudo, cuando se lo bajé, ella me miró, creo que porque estaba medio petrificado y no estaba haciendo nada ¿ Lo iba a hacer? ¿Iba a cruzar este ultimo límite? Pensé mil cosas en cuestión de segundos, pero yo sabía bien lo que quería hacer, después de todo lo que habíamos hecho, no había camino de retorno y tampoco me interesaba buscarlo. Le bajé aún más el calzón y le toqué la vagina, estaba tibia y mojada, no sé por qué lo hice, seguramente para tachar más límites cruzados, después de esto, acerqué mi pene hacia ella, mientras su respiración se agitaba junto con la mía, la avancé hacia ella y sentí sus labios con la punta de mi pene, volví a parar un segundo y en cuanto ella me volvió a mirar la embestí como tantas otras veces, pero ahora por fin sin ropa, al principio no pude entrar, como si la vida me diera una oportunidad más de no cruzar este límite, lo mismo la segunda vez, pero a la tercera me acomodé con cuidado y entré por completo, sintiendo muy en detalle como mi pene se hundía en su vagina caliente, al mismo tiempo que ella se tapaba la boca, mis bolas se mojaron con su líquido y ahora sí, culiamos y culiamos y culiamos, mientras la agarraba fuerte la penetré en reiteradas ocasiones, solo paré un segundo para taparnos con la manta, aunque si alguien entraba no iba a servir mayormente, sentía pequeños quejidos mientras yo me movía dentro de su vagina, que francamente, estaba ardiendo. De harto poco iba a servir la manta que nos tapaba, si mientras lo estábamos haciendo yo le saqué el short y el calzón por completo, provocando que cayeran por los pies de la cama hasta el suelo, quedando ella solo con sus zapatillas blancas mientras levantaba su pierna hacia arriba con mi mano, la escena era brutal.

Durante la cacha, mi pene se salió una vez y se lo volví a meter, al rato se salió de nuevo y ella misma lo tomó para torpemente intentar ponérselo adentro de nuevo, estuvimos harto rato, yo me aguantaba un poco porque no quería que el momento se acabara, así que le levanté la blusa y el sostén para jugar con una de sus tetas mientras saltaba por el movimiento, yo también me empeloté casi completo, pero mis pantalones no cayeron al suelo. Estuvimos un buen rato, a veces rápido, a veces lento, pero siempre en la misma posición y relativamente tapados con la manta, yo la agarré con mi brazo izquierdo del cuello no para ahorcarla, sino para que estuviera más pegada a mí, ahí pude ver su cara de cerca, parecía otra persona, generalmente a ella yo la veía riendo o seria, pero ver su cara de placer me hizo querer cada vez más, y más aún cuando creo haberla visto venirse, porque se tapó la boca mientras le tiritaba la pera, lo cual solo me incentivó a darle cada vez más duro, hasta que eventualmente sentí ganas de venirme. Yo sabía que tenía que venirme afuera y estaba muy mentalizado para eso, porque estábamos sin condón, o bueno, eso pensé. Con su cuerpo súper pegado al mío y viéndole la cara, no se la quería sacar jamás, las ganas de venirme eran cada vez más incontrolables y el poder que sentía que tenía sobre mi eyaculación se fue disipando, hasta que en un punto sentí que se escapó definitivamente de mis manos, o simplemente, no lo quería evitar, por lo que se la metí bien adentro y me vine, sentí que estuve 5 minutos botando leche adentro suyo, a lo cual ella se quedó e incluso se siguió moviendo un rato más.

Pese a haberme ido, nos seguimos moviendo un poco, pero la calentura de a poco se fue pasando, ambos nos habíamos ido y el sentido de realidad fue volviendo progresivamente. Éramos primos que habían tenido sexo, sin protección y conmigo yéndome adentro; la cosa estaba mal. Sin decirnos nada se lo saqué y me puse los pantalones, ella hizo lo propio y se agachó a recoger su ropa y se acomodó la blusa con los sostenes, tras esto partió rápido al baño. Cuando ella se fue me quedé solo en la pieza, estaba absorto, no podía creer lo que había pasado, al igual que otras veces, tenía impregnado su olor, pero sabía que lo de ahora era grave, me daba terror que quedara embarazada, iba a ser un estigma que no me iba a poder sacar nunca, además que era chico y no era aceptable tener un hijo con mi prima; fueron sin duda uno de los momentos de terror más grandes de mi vida. Ella volvió del baño a mi pieza, se hizo la loca, se sentó al lado mío en la cama y volvió a mirar su teléfono, incluso me mostró un par de memes. Pasaron las horas y creo que, por primera vez en mucho tiempo, pasamos momentos uno al lado del otro sin estarnos tocando. Finalmente la fueron a buscar para irse a su casa y nos despedimos como si nada hubiera pasado, pero las semanas siguientes fueron de terror. Tenía pesadillas y a veces no podía dormir, me daba angustia revisar mi celular y que me llegara la notificación de que estaba embarazada y que toda la familia se enterara que habíamos tenido sexo, por lo mismo yo no le hablé, me daba mucha vergüenza darle un carácter tan real a la situación y entablar conversaciones con ella respecto a pastillas, anticonceptivos o su período, era rarísimo, pero el miedo solo empeoraba con el pasar de los días y las semanas, pero fue atenuándose con el pasar de los meses y con las fotos que subía a Instagram en las que se le veía tan flaca como siempre. No sé cómo lo habrá hecho, pero no pasó nada, capaz no estaba en sus días o tomaba anticonceptivos, lo que sea que haya sido, me salvó la vida.

Creo que lo obsceno del último encuentro cerró la llave del proceso y le puso punto final, me parece que nos excedimos (yo sobretodo) con el grado que permitimos que estos acercamientos tuvieran, porque fue mucho más que un despertar sexual, se cruzaron múltiples líneas rojas y nos condenamos con un secreto eterno y a que en cada encuentro familiar nos viéramos a los ojos sabiendo que habíamos vulnerado nuestros cuerpos y explorado y probado rincones del uno y del otro que jamás debimos descubrir. Los años han pasado y nos hemos visto varias veces, el verano posterior a este último encuentro nos topamos nuevamente, pero no pasó nada y de a poco nos dejamos de ver, mientras que nuestras vidas han avanzado paralelamente sin toparse mayormente, cada uno ha tenido parejas y ya estamos harto más grandes. Sin embargo, cuando me dicen que la voy a ver en juntas familiares, siempre hay un rincón de mente que piensa que tal vez ella va a llegar donde estoy, y que mi mano aún sería bienvenida debajo de su ropa, estando a una luz apagada de distancia de poder volver a acceder a nuestros cuerpos, pero lo dudo mucho, es una fantasía culposa que prefiero nunca materializar

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