Mi cuñada es una mujer normal, buena chica, con un buen par de tetas y un culito agradable. Un día llegó a mi casa de imprevisto a visitar a mi esposa, ella se encontraba en el trabajo y yo estaba de vacaciones.

Llegó nos sentamos en el sillón de la sala, ella llevaba una falda con un lindo par de tacones, su blusa no llamaba mayormente la atención, empezamos conversando de todo un poco, le ofrecí una cerveza y la conversación se puso amena.

El rumbo de las cosas cambió drásticamente cuando se paro y me preguntó si le gustaba como le quedaba la falda. La miré y le pedí que se diera una vuelta, ver ese culo me excitó de sobremanera y no pude disimularlo, ella se sonrojó y sonrió.

Le dije que le quedaría mejor un poco más alta y ella juguetona se la levantó un poco más. Ya habían pasado dos cervezas más así que ella se me acercó y me preguntó que tan alta me gustaría. Sin pudor le levanté la falda muy alto, ella se rió y me dijó que que para eso mejor no se la ponía y yo en tono burlón le dije que sería mejor.

Con una cara de vicio ella se sacó la falda sin dejar de mirarme, no llevaba medias solamente una preciosa tanga color negro, sin dejar de mirarla le dije que así estaba mejor. Mi corazón latía a mil por hora, ella se acercó más y yo empecé a acariciarla.

Sin darme cuenta empecé a besar sus muslos y a bajar su tanga. Ella se acomodó mejor en el sillón y yo me arrodillé en el piso, pude ver ese delicado corte de su pubis y esos labios hinchados.

Sin chistar comencé a lamer su concha, su clítoris era algo maravilloso rosadito y delicado.

Con mis manos empece a acariciarla y a darle rienda suelta a mi deseo. Lengüeteaba esa concha como el manjar mas delicioso del mundo, ella gemía y me acercaba más, yo solo esperaba con ansias su orgasmo.

Este llegó con fuerza y yo lo recibí con tanto placer, su clítoris, aunque pequeño palpitaba y solo lo disfrutaba.

En ese momento me senté a su lado y nos empezamos a besar, su teléfono sonó era mi esposa, confirmándole que la iba a buscar, ella le dijo que estaba en nuestra casa y que yo la estaba «acompañando».

Mi esposa no demoró mucho en llegar y yo solamente espero estar a solas con mi cuñada pronto para que me devuelva el favor.